Tecnología
El trasplante de embriones cumple un cuarto de siglo
El transplante consiste en transferir el embrión de la mujer que lo concibe al útero de otra mujer, que será la que de a luz
El 3 de febrero de 1984 la revista The Journal of the American Medical Association (JAMA), dio cuenta del nacimiento en California dos semanas antes, de un varón concebido en el útero de una mujer y gestado hasta el parto en el de otra.
John E. Buster, jefe del equipo médico que llevó el procedimiento en la Escuela de Medicina de la Universidad de California, explicó que la técnica, novedosa en humanos, era similar a la que por mucho tiempo se había usado para el ganado.
El trasplante de embrión es diferente de la fertilización “in vitro”, y no requiere cirugía o anestesia.
En el procedimiento supervisado por el equipo de Buster, el embrión que empezaba a desarrollarse fue transferido de una mujer que lo había concebido por inseminación artificial, a otra que dio a luz 38 semanas después.
Para que el proceso se encamine hacia un embarazo exitoso, los ciclos hormonales de la mujer donante del óvulo y de la que recibirá el embrión trasplantado en su útero deben estar sincronizados.
En el procedimiento original, cinco días después de que la donante del óvulo recibe la inseminación artificial, se "enjuaga" y si hay un embrión sano presente se injerta de inmediato en el útero de la que lo gestará a término.
A esa altura, el embrión puede consistir de apenas ocho a 10 células y puede verse solo con microscopio.
El esperma que se usó en la inseminación artificial, en el caso que llevó al nacimiento del bebé en 1984, provino del esposo de la mujer que gestó el bebé después de la segunda semana de la concepción.
El proceso difiere de la fertilización “in vitro” que consiste en la extracción quirúrgica de un óvulo no fertilizado de la mujer, la fertilización en una probeta en el laboratorio, y la implantación del óvulo fertilizado en el útero.
El equipo de Buster ya había efectuado más de 46 trasplantes de embriones cuando uno de ellos condujo al nacimiento "de un bebé sencillamente hermoso", según lo describió el pionero.
La técnica de reproducción dio lugar a encendidos debates científicos, acaloradas polémicas sobre valores morales y religiosos, y la elaboración, a lo largo de años, de legislaciones detalladas que cubren derechos y responsabilidades de las "madres suplentes".
Para muchos sectores con valores religiosos o morales más tradicionales, el trasplante de embrión fue equivalente al "alquiler de úteros", esto es la contratación de mujeres con capacidad para llevar un embarazo a término para la gestación de los hijos de otras que hubieran perdido embarazos anteriores.
La mujer que llevó a término la primera gestación lograda con este método tenía poco más de 30 años de edad y una historia de ocho años de embarazos frustrados.
El recurso de que otra mujer geste el hijo para una pareja no es novedoso, sin embargo, ya en la Biblia se menciona la historia de Hagar, la sirvienta de Sara, que concibió un hijo con Abraham, el esposo de Sara, para que la pareja lo criara.
La diferencia en la era moderna es el trasplante del embrión del útero de una mujer al de otra.
En un cuarto de siglo la técnica ha logrado la aceptación social, y en por lo menos ocho de los estados de EU existen leyes que protegen los arreglos contractuales estipulados entre las partes involucradas en tal práctica.
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