Tecnología
El nuevo iPhone 5 enloquece a los neoyorquinos
Apple reúne a miles de fanáticos de la tecnología en Estados Unidos y otros ocho países
"He estado haciendo cola ocho días, pero no sólo por conseguir el teléfono sino por la experiencia de esperar por él. Ya es tradición que la gente acampe por los productos de Apple y la camaradería que se forma es asombrosa", dijo a Efe Jessica Mellow mientras esperaba en la fila de la icónica tienda de Apple en la Quinta Avenida.
Esta neoyorquina de 22 años ya acampó el año pasado para hacerse con un iPhone 4S y entonces pudo conocer a "muchísima gente" con la que aún mantiene el contacto, gracias a un blog que aúna a una comunidad "de gente que es diferente porque tiene un teléfono diferente".
Son muy diferentes las razones que han llevado a la gente a pasar días en una fila que llegó a dar la vuelta a la manzana en la concurrida e icónica tienda de Apple, que hoy abrió a las 08:00 hora local y que, a partir de ese momento, ha recibido la visita fluida e ininterrumpida de compradores en tandas.
Los motivos fueron desde la tradición y el ánimo de socializar que impulsó a Mellow, quien también se había dejado seducir por "las buenas críticas" que ha recibido el teléfono, hasta los que consideran el microcosmos que se gesta en estas hileras de personas como "un experimento social".
Es el caso de Hacem Sayed, quien ocupaba el codiciado primer puesto de una fila que inauguró el pasado 13 de septiembre, y en la que este desarrollador de aplicaciones para móvil aprovechó para testar su nuevo producto.
"Hacer cola -la cuarta que guarda con motivo de un lanzamiento de Apple- es para mí una inversión. He estado probando mi nueva aplicación con la gente que está aquí, ya que es muy útil para comunicarse, así que todos estos días he estado trabajando, con mi portátil -un Mac-", aseguró Sayed.
Por ello, aunque reconoció que lleva usando productos de Apple desde 1984 y que "raramente" le han "decepcionado", destacó que hacerse con el iPhone 5 se trata sólo de una "razón adicional" para encabezar la cola de admiradores de la empresa californiana.
Las compañías no han sido insensibles al filón que supone este foco de atención mediática, por lo que introdujeron publicidad, a través de camisetas que portaban no pocos de estos clientes, como el puertorriqueño Bryan Ceballo, de 18 años, quien recibió gratis el teléfono a cambio de promocionar a una empresa.
Ceballo es "fanático" desde 2007 de la compañía fundada por Steve Jobs, tiempo en el que ha hecho fila en nueve ocasiones, para lograr otros tantos productos de una marca que es "muy importante" para él, "porque es a la vez muy simple y muy poderosa", y a la que antepone "todo" excepto a su "familia y a Dios".
Tampoco faltaron en esta variopinta fila los que, en vez de ensalzar a la compañía, condenaron su comportamiento, como Stacey Hesslar, quien aprovechó para "denunciar que Apple está evadiendo impuestos, que utiliza mano de obra esclava, de modo que, cuando la gente compre el iPhone sepa qué está apoyando".
Pasar días en la fila les ha obligado a compartir baño en la tienda de Apple, pedir comida "a domicilio" instalado temporalmente en la Quinta Avenida, ducharse en un gimnasio cercano y recargar sus inseparables dispositivos electrónicos en el propio establecimiento o en cafeterías, según cuenta Mellow.
También hay una palabra con la que los familiares de los estoicos miembros de esta particular fila coinciden en definirlos, según reconocen muchos de ellos: "locos". "Mi familia piensa que es una locura, pero sólo es una más de las mías, así que no les sorprende", bromeó Sayed.
El iPhone 5 se puso a la venta hoy en nueve países, como Japón, donde robaron más de 200 unidades en diversas tiendas de distintas ciudades, o Australia, donde el cofundador de Apple, Steve Wozniak, hizo cola toda la noche como uno más, y se podrá adquirir a partir del 28 de septiembre en otros 22 países, incluido España.
La expectación causada por la nueva joya de Apple llevó a que se reservaran en un solo día dos millones de unidades y a que se tenga que retrasar la entrega de algunas terminales hasta octubre, algo que no afectará a los cientos de orgullosos neoyorquinos que hoy se llevaron su nuevo juguete bajo el brazo tras una larga espera.
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