Tecnología

El Glaciar Grey sufre con el calentamiento climático

Es una de las maravillas del Parque Nacional Torres del Paine, en el Sur de Chile

PUERTO NATALES (29/NOV/2015).- El Glaciar Grey, una de las maravillas del Parque Nacional Torres del Paine, en el sur de Chile, perdió 19 kilómetros cuadrados de hielo en los últimos 30 años a causa del aumento de la temperatura y la alta producción de témpanos.

“Esta pérdida de masa es producto del cuantioso número de desprendimientos de hielo y del alto derretimiento debido al incremento de las temperaturas”, explicó el investigador del Centro de Estudios Científicos de Chile, Andrés Rivera.

El Glaciar Grey, que acaba en el lago del mismo nombre, es uno de los espectáculos naturales más impresionantes del parque Torres del Paine, declarado Reserva de la Biósfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1978 y visitado por millares de turistas año tras año.

Aunque el cambio climático afecta de forma negativa a todos los glaciares, los que como el Grey terminan en lagos o fiordos, “no responden linealmente a ese aumento de temperatura, pues su rápido o lento retroceso depende en gran medida de la batimetría, es decir, de la profundidad de la zona lacustre en la que terminen”, explicó Rivera.

Profundidad

“Cuando la profundidad del lago o fiordo en el que acaba el glaciar es igual o mayor a 90% del espesor del hielo, la masa se despega del fondo, flota y pierde su estabilidad, motivo por el cual el hielo comienza a desprenderse con mucha más facilidad”, dijo el geógrafo de la Universidad Católica de Chile, Esteban Sagredo.

Los retrocesos del Grey se exacerbaron en esos periodos en los que la base del glaciar se encontraba en zonas profundas del lago, como en la década de los años 90 o entre el 2011 o el 2015, cuando retrocedió más de un kilómetro en su margen occidental y creó una bahía inexistente hasta ese momento.

“Estimo que el glaciar va a seguir retrocediendo pero mientras el frente se mantenga en aguas someras, la regresión no será catastrófica”, señaló Rivera quien recalcó que, dadas sus gigantescas dimensiones, “el Grey no está en peligro”.

Los témpanos son una clara evidencia del incesante retroceso del Grey que también se manifiesta en los distintos segmentos rocosos desprovistos de vegetación que permiten que el visitante se haga una idea de la magnitud de este sobrecogedor mar de hielo en la década de los años 40 del siglo pasado.

POLO SUR
La Antártida, en riesgo de derretirse

La Antártida corre el riesgo de perder de forma descontrolada sus capas de hielo ante cualquier variación climática y provocar una subida importante del nivel de los océanos.

Un equipo de la Universidad de Victoria, en Nueva Zelanda, apreció un rápido adelgazamiento de la Capa de Hielo Oriental del continente helado tras estudiar las marcas en rocas de diferentes niveles de altitud.

Según la universidad neozelandesa, las imágenes tomadas por los satélites muestran en la actualidad que algunas partes de las capas de hielo antártico están adelgazando por el calentamiento de los océanos.

Inestabilidad de la capa de hielo marina

La principal preocupación es la posible “inestabilidad de la capa de hielo marina”, en la que un retroceso de los contornos pueden dar lugar a una pérdida inestable de hielo.

Esta inestabilidad puede ser provocada por un ligero aumento de la temperatura.

“Se puede necesitar solamente de una pequeña variación climática para dar inicio a una pérdida descontrolada de hielo capaz de continuar por siglos o (incluso) milenios”, advirtió Jones, cuyo estudio se publicó en la revista Nature.

Los expertos aseguran que la Capa de Hielo Oriental tiene suficiente hielo para aumentar el nivel de los océanos en decenas de metros.  

Una masa bajo amenaza

La masa de hielo de 244 kilómetros cuadrados, que se presenta ante el visitante como una sinfonía de colores que se modifica a cada momento, ha ido retrocediendo de forma continua desde 1945 y es uno de los glaciares chilenos que más superficie ha perdido en los últimos años.

Concretamente, según las investigaciones de Rivera, alrededor de 19 kilómetros cuadrados de hielo entre 1986 y 2015.

Las enormes masas de hielo que se desprenden de la pared del glaciar son uno de los grandes atractivos que sorprenden a los visitantes que cada día navegan por el lago a bordo de pequeñas embarcaciones turísticas.

Los reflejos de luz de esta pared turquesa de seis kilómetros de ancho y hasta 50 metros de altura se combinan con los matices y tonalidades del cielo y las nubes creando un paisaje de ensueño. 
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