Tecnología
Darwin ignoraba el número de especies que habitaban la Tierra
Muchas interrogantes se descubrieron a través del código genético
Charles Darwin, quien mañana cumple 127 años de muerto, inició sus estudios sobre la evolución de los seres vivos, hasta la fecha, el hombre se ha preguntado cuál es el total de especies que habitan la Tierra.
Darwin no tenía dudas, sabía que la vida en el planeta era muy diversa, lo que desconocía era el número aproximado de especies que lo habitan.
Cuando hizo el viaje a bordo del Beagle, descubrió que todas las islas del Océano Pacífico estaban pobladas con diferentes especies de aves.
Este hecho le llevó a cuestionarse: ¨por qué Dios necesitaría crear tantas miles, cuando unos pocos cientos de ellas serían suficientes?
En la nota "10 preguntas que Darwin no sabría contestar", publicada en el número más reciente de la revista "Quo", el científico estadounidense, Mike Benton, ofrece las respuesta que hoy da la ciencia a aquellas preguntas que el naturalista no pudo comprobar.
En el caso de los colores, Darwin no pudo comprobar que las aves los vieran, actualmente, cámaras especiales adaptadas y estudios anatómicos de los ojos a diferentes animales demuestran que sí pueden distinguirlos e incluso ven algunos en la gama ultravioleta que los seres humanos no pueden ver.
Sobre las extinciones en masa, los científicos de la época del evolucionista sabían que éstas eran eventos de la naturaleza, pero desconocían por qué ciertas especies desaparecían y otras no. De hecho se pueden señalar cinco o seis extinciones en masa.
En ellas, el 50 por ciento o más de las especies del planeta desaparecieron, sin embargo, el poder creativo de la evolución permitió recuperar la vida en las etapas siguientes y reconstruir nuevos ecosistemas.
En el siglo XIX se sabía que de padres pelirrojos nacían hijos con el cabello del mismo color, pero se desconocía por qué sucedía. La clave llegó al descubrirse que el código genético reside en el núcleo de cada célula, es decir en los cromosomas.
En 1953 se desveló la estructura del ADN y la biología molecular nació de este descubrimiento. Hoy representa la mitad de las investigaciones científicas en el mundo y su raíz es la teoría de la evolución darwiniana.
Cuando el evolucionista inglés hizo un estudio sobre las rocas, barajaba las cifras sobre la antigüedad de la Tierra, su cálculo iba desde decenas hasta cientos de millones de años. El descubrimiento de la radioactividad en la década de 1890 y su aplicación en la datación de las piedras.
Por medio de la comparación de la descomposición de ciertos minerales radiactivos, como el uranio y el argón 40, se demostró que la Tierra tiene más de cuatro mil 500 millones de años de antigüedad, por lo tanto el instinto de Darwin estaba en lo correcto.
Charles Darwin, quien nació el 12 de febrero de 1809 y murió el 19 de abril de 1882, fue el primero en señalar que todos los organismos vivos han evolucionado desde un único ancestro común, pero no supo cómo probarlo.
Desde 1940, muchos fósiles han sido identificados y datados, los más antiguos tienen tres mil 500 millones de años y confirman que toda la vida está relacionada en un gran árbol, en cuya base se encuentra un organismo muy simple.
Algunos contemporáneos del investigador inglés, señalaron que los dinosaurios tenían gran tamaño por ser más avanzados fisiológicamente, porque tenían sangre caliente y por el clima del mesozoico.
Hoy se sabe que estos animales no fueron seres desarrollados y sus dimensiones obedecían a que si bien nacían de huevos, durante su etapa juvenil crecían a un ritmo muy rápido, similar al de los actuales mamíferos.
Durante sus viajes, a Darwin le llamaron la atención los pingüinos que sobreviven a orillas de mares helados, así como los crustáceos que tienen su habitat bajo el hielo. Pero el inglés se hubiera sorprendido más si hubiese conocido la vida de algunos microbios que se han descubierto recientemente, llamados "extremófilos".
El estudio de estos microbios, que viven en condiciones extremas, ha dado fuertes indicios sobre el origen de la vida en ausencia de oxígeno, y acerca de la posibilidad de vida en otros planetas.
En aquellos tiempos sólo se pensaba que los avances harían la vida más confortable, pero hoy se comienza a reconocer que muchos procesos industriales perjudican a la Tierra, Darwin no se hubiera sorprendido, él era consciente de que los seres humanos pueden interferir en el equilibrio natural, como resultado de millones de años de evolución.
CIUDAD DE MÉXICO.- Desde que el naturalista inglés,
Darwin no tenía dudas, sabía que la vida en el planeta era muy diversa, lo que desconocía era el número aproximado de especies que lo habitan.
Cuando hizo el viaje a bordo del Beagle, descubrió que todas las islas del Océano Pacífico estaban pobladas con diferentes especies de aves.
Este hecho le llevó a cuestionarse: ¨por qué Dios necesitaría crear tantas miles, cuando unos pocos cientos de ellas serían suficientes?
En la nota "10 preguntas que Darwin no sabría contestar", publicada en el número más reciente de la revista "Quo", el científico estadounidense, Mike Benton, ofrece las respuesta que hoy da la ciencia a aquellas preguntas que el naturalista no pudo comprobar.
En el caso de los colores, Darwin no pudo comprobar que las aves los vieran, actualmente, cámaras especiales adaptadas y estudios anatómicos de los ojos a diferentes animales demuestran que sí pueden distinguirlos e incluso ven algunos en la gama ultravioleta que los seres humanos no pueden ver.
Sobre las extinciones en masa, los científicos de la época del evolucionista sabían que éstas eran eventos de la naturaleza, pero desconocían por qué ciertas especies desaparecían y otras no. De hecho se pueden señalar cinco o seis extinciones en masa.
En ellas, el 50 por ciento o más de las especies del planeta desaparecieron, sin embargo, el poder creativo de la evolución permitió recuperar la vida en las etapas siguientes y reconstruir nuevos ecosistemas.
En el siglo XIX se sabía que de padres pelirrojos nacían hijos con el cabello del mismo color, pero se desconocía por qué sucedía. La clave llegó al descubrirse que el código genético reside en el núcleo de cada célula, es decir en los cromosomas.
En 1953 se desveló la estructura del ADN y la biología molecular nació de este descubrimiento. Hoy representa la mitad de las investigaciones científicas en el mundo y su raíz es la teoría de la evolución darwiniana.
Cuando el evolucionista inglés hizo un estudio sobre las rocas, barajaba las cifras sobre la antigüedad de la Tierra, su cálculo iba desde decenas hasta cientos de millones de años. El descubrimiento de la radioactividad en la década de 1890 y su aplicación en la datación de las piedras.
Por medio de la comparación de la descomposición de ciertos minerales radiactivos, como el uranio y el argón 40, se demostró que la Tierra tiene más de cuatro mil 500 millones de años de antigüedad, por lo tanto el instinto de Darwin estaba en lo correcto.
Charles Darwin, quien nació el 12 de febrero de 1809 y murió el 19 de abril de 1882, fue el primero en señalar que todos los organismos vivos han evolucionado desde un único ancestro común, pero no supo cómo probarlo.
Desde 1940, muchos fósiles han sido identificados y datados, los más antiguos tienen tres mil 500 millones de años y confirman que toda la vida está relacionada en un gran árbol, en cuya base se encuentra un organismo muy simple.
Algunos contemporáneos del investigador inglés, señalaron que los dinosaurios tenían gran tamaño por ser más avanzados fisiológicamente, porque tenían sangre caliente y por el clima del mesozoico.
Hoy se sabe que estos animales no fueron seres desarrollados y sus dimensiones obedecían a que si bien nacían de huevos, durante su etapa juvenil crecían a un ritmo muy rápido, similar al de los actuales mamíferos.
Durante sus viajes, a Darwin le llamaron la atención los pingüinos que sobreviven a orillas de mares helados, así como los crustáceos que tienen su habitat bajo el hielo. Pero el inglés se hubiera sorprendido más si hubiese conocido la vida de algunos microbios que se han descubierto recientemente, llamados "extremófilos".
El estudio de estos microbios, que viven en condiciones extremas, ha dado fuertes indicios sobre el origen de la vida en ausencia de oxígeno, y acerca de la posibilidad de vida en otros planetas.
En aquellos tiempos sólo se pensaba que los avances harían la vida más confortable, pero hoy se comienza a reconocer que muchos procesos industriales perjudican a la Tierra, Darwin no se hubiera sorprendido, él era consciente de que los seres humanos pueden interferir en el equilibrio natural, como resultado de millones de años de evolución.
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