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Cuidado con el esguince de tobillo
Esta lesión se produce cuando los ligamentos son lastimados por rotación excesiva, resultante de un movimiento brusco hacia adentro o hacia afuera
El traumatólogo adscrito al Hospital General Regional 180 dijo que esta lesión se produce cuando los ligamentos son lastimados por la rotación excesiva del tobillo, resultante de un movimiento brusco hacia adentro o hacia afuera del pie y frecuentemente debido a una caída.
Indicó que en el servicio de urgencias de ese nosocomio los esguinces en general representan entre 50 y 60 por ciento de la consulta recibida y los de tobillo abarcan entre 20 y 30 por ciento de la misma.
Agregó que las más propensas a sufrir este tipo de lesiones son las mujeres en edad productiva, en proporción de dos a uno en comparación con los hombres, "porque son ellas las que más comúnmente utilizan calzado inadecuado como tacones muy altos o sandalias que no le proporcionan estabilidad a la hora de pisar".
Comentó que una de los principales síntomas de una lesión de este tipo es el dolor, además de inflamación, imposibilidad para doblar el tobillo y la aparición de equimosis o una coloración violácea en la zona.
Mencionó que el esguince se divide en tres grados en función de los cuales se da tratamiento.
"El grado uno se trata con un vendaje, compresas frías, antiinflamatorios y analgésicos, y la persona puede seguir su vida normal, sin embargo, el grado dos y tres provocan incapacidad funcional ya que el paciente no puede caminar por el dolor".
Explicó que en el caso del esguince de segundo grado, el tratamiento incluye, además, reposo que va de siete a 14 días; y en el grado tres, la colocación de una férula en el área afectada cuyo tiempo de permanencia dependerá de la gravedad de la lesión.
Subrayó que, de no tratarse, se corre el riesgo de que los ligamentos no cicatricen de manera completa, quedan flojos, lo que provoca que el paciente comience a presentar torceduras en esta parte del cuerpo de manera frecuente y en casos extremos sea necesario intervenir quirúrgicamente.
Resaltó que la mejor manera de prevenir esta clase de lesiones es utilizar zapatos adecuados, "evitar uso de tacones muy altos, así como todo aquel calzado que no sujete bien el pie, caminar por superficies regulares, retirar los objetos que se encuentren por los pasillos e iluminar de buena manera el interior de la casa".
Recomendó realizar ejercicios para fortalecer los ligamentos y los músculos de la tibia y el peroné como correr, caminar de puntas y de talones, medidas que fortalecen esta región anatómica y reducen el riesgo de lesionarse fácilmente.
Aconsejó que ante los síntomas descritos, es importante acudir a revisión médica para descartar este tipo de lesión y recibir el tratamiento adecuado evitando el riesgo de secuelas permanentes.
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