Tecnología
Crían ranas nutritivas en Estado de México
Valorada por su alto valor nutricional, por ser afrodisíaca, incluso considerada comida gourmet, el anfibio es críado en Toluca en donde se aprovechan todos sus nutrientes
En entrevista, el ranicultor expresó “de la rana lo único que no se come son los huesos”. Caldo de rana, ancas y más platillos basados en este peculiar anfibio se pueden degustar en Los Cotones en San Pedro Tlaltizapán, estado de México.
Mario comentó que desde tiempos antiguos el Río Lerma fue una zona rica en diferentes especies silvestres comestibles, y que los antiguos habitantes basaban su alimentación en lo que encontraban.
“Fue una zona de matlazincas: eran altos, todos muy sanos, su principal alimentación era el tepocate, la rana, la carpa, los cuíles, los patos silvestres, ellos vivían de la acuacultura”, contó.
A raíz de la alta contaminación que sufre el Río Lerma, la rana que habita ahí por consecuencia está demasiado sucia para su consumo, por lo que vieron una posibilidad de hacer negocio.
“La rana tiene un excelente sabor, de hecho a nivel internacional es considerado como alimento de gourmet, si le aunamos el alto valor nutricional, esto provoca que este alimento pueda ser una solución al problema nutricional en México”, comentó.
La política bajo la que se cría la rana-toro es de estricta limpieza, todos los días cambian el agua de las ranas, no les dan de comer alimento vivo, se les alimenta con harina de pescado y, a los renacuajos en sus primeros días se les da leche en polvo. “Todo esto nos da la certeza de tener un animal en condiciones óptimas”.
El señor Mario se siente orgulloso de no depender de nadie, lo que antes sucedía era que el gobierno del estado de México producía el renacuajo y se lo daba a los productores. “Nosotros aquí logramos que se reprodujera el animal en nuestras instalaciones, fuimos los primeros que nos independizamos, al año y medio lo logramos, fuimos autosuficientes, hemos creado nuestra propia tecnología para el desarrollo del ranario”.
El gobierno del estado de México ha apoyado el crecimiento del cultivo de ranas pero se debe a que “trabajamos”, expresó el ranicultor.
El gobierno estatal ha apoyado con dinero en las diferentes fases de crecimiento de este ranario, está en curso la edificación de un segundo invernadero, un rastro de sacrificio, el restaurante; y los ayudaron también con el equipamiento de la oficina.
Hernández aclaró que la rana es originaria de nuestro país y así echó por tierra la información que circula en Internet en relación a que esta especie fue introducida desde Estados Unidos.
El ranicultor da el reconocimiento al biólogo Alejandro Lili Muñoz, quien fue el primero en investigar en laboratorio y campo de la producción de rana.
“Las primeras ranas son silvestres de Villa Guerrero, aquí ya estaban, no hay que hacerle al mago, son capturadas de allá y Alejandro manda traer cuatro parejas de Brasil; tengo una rana híbrida una ‘F1’, el fin fue obtener la fortaleza de la rana silvestre de México con el desarrollo rápido de las ranas brasileñas, fuimos los primeros en tener esta raza”, afirmó orgulloso el ranicultor.
Mario Hernández, de profesión contador, ahora experimenta con el cultivo de acosíl y axolote; tiene paciencia, con base en la experimentación ha sacado a flote el ranario y con estas nuevas especies espera tener buenos resultados.
Los Cotones en San Pedro se encuentran en Santiago Tianguistenco, ahí todos los días se puede llegar con el señor Mario a degustar los exquisitos platillos que saben cocinar. Aquí sólo pagará 90 pesos por platillo, a diferencia de los 600 que llegan a costar en los restaurantes de alta cocina donde se prepara carne de rana.
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