Tecnología
Crean nanopartículas fluorescentes contra el cáncer sin efectos secundarios
Las partículas pueden localizar tumores muy pequeños y ayudan a comprobar que el cáncer se ha eliminado por completo
"Esta es la primera nanopartícula fluorescente diseñada especialmente para minimizar sus efectos secundarios tóxicos", afirma el profesor de química Michael Sailor, de la Universidad de California San Diego, quien encabezó el estudio publicado hoy en la revista Nature.
La nanotecnología, la ciencia de lo diminuto, es prometedora para la medicina, aunque plantea inquietudes en cuanto a la seguridad de los materiales a nano-escala que se emplean.
Hasta ahora, muchas de las nanopartículas utilizadas en ensayos de laboratorio habían demostrado ser demasiado tóxicas para poder ser empleadas en humanos.
Este es el primer estudio que permite sacar imágenes de tumores y órganos mediante partículas de silicona biodegradables en animales vivos, según los autores de la investigación.
Sailor explicó que ya se utilizan nanopartículas de óxido de hierro -de toxicidad casi nula- como agentes de contraste para mejorar las imágenes por resonancia magnética, pero no se emplean para administrar medicamentos.
La ventaja añadida de estas nuevas nanopartículas inorgánicas porosas es que se pueden usar además para dirigir una medicina anticancerosa directamente hacia un tumor de manera eficaz y segura.
El objetivo es "guiar al medicamento directamente hacia el tumor", y no a otras partes del cuerpo, lo que permite unas dosis menores de drogas contra el cáncer que a menudo tienen efectos secundarios, según Sailor.
Las nanopartículas con su carga de medicamento son inyectadas en el flujo sanguíneo y cuando encuentran el tumor se adhieren a él.
El científico dijo que esperan iniciar ensayos clínicos en humanos de aquí a dos años.
Desde hace unos tres años también se administra ya a los seres humanos un preparado anticanceroso (Abraxane) que es transportado por vía sanguínea mediante nanopartículas de albumina de suero humano.
Pero Sailor explicó que las nanopartículas inorgánicas como las de silicona tienen la ventaja de que a diferencia de las biológicas (la albumina) no crean anticuerpos que las rechazan después de una primera dosis.
Durante el experimento, las nanopartículas de silicona fueron tratadas para alterar su estructura de modo que al ser iluminadas con una luz ultravioleta despedían un brillo rojizo.
Según Sailor, este es el primer indicador fluorescente no tóxico que ha demostrado ser efectivo para obtener imágenes de un tumor en un animal vivo.
Los investigadores que inyectaron las nanopartículas de silicona en los ratones pudieron ver los tumores iluminados durante varias horas. Los niveles cayeron de forma apreciable en una semana y habían desaparecido a las cuatro semanas, según el estudio.
Las nanopartículas fluorescentes pueden detectar tumores demasiado pequeños para ser vistos por otros métodos y permiten también a los cirujanos asegurarse de que un tumor ha sido completamente eliminado.
Las nanopartículas de silicona se autodestruyen y sus restos son filtrados por los riñones.
Un estudio de los órganos vulnerables como el hígado, el bazo y los riñones, que ayudan a eliminar las toxinas, no mostró alteraciones duraderas en los ratones tratados con las nuevas nanopartículas, según el estudio.
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