Tecnología

Científicos logran reemplazar el tejido eréctil del pene en animales

Un equipo científico de la Universidad Bautista Forest, en Carolina del Norte, usó técnicas de bioingeniería para reemplazar completamente el tejido eréctil del pene en animales

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.-  Según un artículo que publica esta semana la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores del Instituto de Medicina Regenerativa de esta universidad desarrollaron la técnica que podría, en el futuro, permitir que los cirujanos reconstruyan y restauren la función en el tejido dañado o enfermo del pene humano.

El tejido eréctil que los científicos cultivaron se conoce como corpora cavernosa penis. Dos columnas de este tejido esponjoso forman una parte significativa del pene y se llenan de sangre durante la erección.

Anthony Alata, director del instituto, dijo que los investigadores usaron células de conejo para cultivar tejido eréctil de pene para reemplazarlo en animales del laboratorio.

Después de la implantación del tejido, los conejos tuvieron un funcionamiento sexual normal y produjeron crías.

"Por supuesto se requieren más estudios, pero nuestros resultados son alentadores e indican que la tecnología tiene un potencial considerable para los pacientes que necesiten la reconstrucción del pene", añadió Alata.

"Tenemos la esperanza de que los pacientes con anormalidades congénitas, cáncer de pene, lesiones traumáticas y en algunos casos disfunción eréctil se beneficiarán con esta tecnología", dijo.

La reconstrucción del tejido eréctil dañado del pene siempre ha sido complicada debido a la estructura única del tejido y su compleja función. No existe un reemplazo para este tejido que permita una función sexual normal y, aunque se han intentado varias cirugías incluidas una prótesis de siliconas, en general no se restaura la función eréctil natural.

Los científicos recurrieron a la bioingeniería para la creación de tejido eréctil en el laboratorio.

En un estudio anterior, también con conejos, habían cultivado pequeños segmentos de tejido eréctil que tenían 50 por ciento de la función del tejido original.

Los científicos cosecharon del tejido eréctil de los animales las células de músculo blando y células endoteliales, el mismo tipo de células que cubre el interior de los vasos sanguíneos y luego multiplicaron estas células en el laboratorio en un proceso de dos fases.

Primero inyectaron las células en un "andamio" tridimensional que les proveyó sustento mientras se desarrollaban. Alrededor de un mes después de la implantación del "andamio" comenzó a formarse en el pene del animal el tejido organizado con estructuras vasculares.

La prueba de función del tejido implantado mostró que la presión vascular dentro del tejido eréctil era normal, que la sangre fluía a través del tejido, que la respuesta al relajamiento inducido por óxido nítrico era normal y que las venas se drenaban normalmente después de la erección.

Cuando los animales con el tejido así construido se aparearon con hembras, las muestras vaginales mostraron esperma en ocho de 12 instancias, y cuatro de las 12 hembras quedaron preñadas.
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