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Cielo despejado favorece visibilidad de lluvia de estrellas

Las Eta Acuáridas tuvieron mejor avistamiento durante esta madrugada

MÉRIDA, YUCATÁN (07/MAY/2016).- Un cielo despejado favoreció que la lluvia de estrellas Eta Acuáridas fuera visible y la cuarta más copiosa del año, con una frecuencia de hasta 60 meteoritos por hora, informó el astrónomo Eddie Ariel Salazar Gamboa.
 
El especialista y docente del Instituto Tecnológico de Mérida (UTM) indicó que este fenómeno astronómico se aprecia del 19 de abril al 28 de mayo, pero el mayor avistamiento fue durante la madrugada de los días 6 y 7, con la "caída" de un meteorito por minuto.
 
Las Eta Acuáridas es una de las lluvias de estrellas más copiosas del año, junto con las Cuadrántidas, Perseidas y Gemínidas, cuya frecuencia de estas tres últimas oscila entre los 80 a 120 meteoritos por hora.
 
El factor generador de este suceso es el cometa Halley, el cual, al acercarse a la Tierra en 1986, dejó residuos cerca de la estrella Eta en la constelación de Acuario, región del universo desde la cual los bólidos son atraídos por la gravedad.
 
El periodo de paso del cometa Halley cerca de la tierra, tiene un periodo de 76 años, pues se observó en 1910, retorno en 1986 y será visible de nueva cuenta en 2062.
 
La mayor intensidad de caída de meteoritos se registrará a partir de las 3:30 horas, cuando la constelación emerge totalmente en el sureste de la bóveda celeste, hasta las 6:30 horas, cuando aparece el Sol.
 
Salazar Gamboa recordó que los meteoritos "son partículas de piedra, hielo y/o metálicas que tienen varios centímetros de tamaño, las cuales atraviesan la atmósfera, dejando una estela con duración de varios segundos".
 
"Algunos cometas, cuando pasan cerca del Sol, dejan una gran cola, cauda o cabellera de diversos materiales, como hielo sucio de agua, bióxido de carbono y otras substancias, como azufre, silicio, magnesio, amoniaco, metano, entre otros", dijo.
 
Cuando el cometa está cerca del Astro Rey, este material refleja la luz solar y por ello vemos la cola del cometa brillando en todo su esplendor durante las noches obscuras y sin Luna.
 
Estas partículas, abundó, son muy pequeñas, algunas de ellas alcanzan un tamaño de pocos milímetros de diámetro hasta varios centímetros.
 
Reiteró que aún es visible esta lluvia de estrellas, aunque para apreciarlas mejor es recomendable alejarse de la contaminación lumínica de la ciudad, "de ésta manera se apreciarán hasta los más pequeños bólidos que se sublimarán".
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