Tecnología
Campesinas sustituyen leña y fósiles por energía solar
Cocinas y paneles solares son sustiduidos para contribuir con el medio ambiente
" Mujeres Solares de Totogalpa" es el nombre de la cooperativa que aglutina a 19 mujeres y un hombre, que trabajan en la promoción, producción e investigación de la energía renovable en la provincia de Madriz (norte) para el desarrollo sostenible de la familia y la comunidad.
Esa cooperativa nació de un proyecto de reintegración de víctimas por minas, sembradas en Nicaragua durante la guerra civil de los años 80, apoyado por el Programa de Fuentes Alternas de Energía de la estatal Universidad Nacional de Ingeniería (PFAE/UNI) en 1999 e impulsado por la ingeniera estadounidense Susan Kinne.
La finalidad de ese proyecto era capacitar a las víctimas de minas en la producción e instalación de paneles fotovoltaicos para generar empleo y uso de fuentes alternas de energía en comunidades locales que no tenían acceso a electricidad, dijo a Efe Nimia López, administradora interina de la cooperativa.
Luego, las mujeres campesinas de la comunidad de Sábana Grande, de Totogalpa, 220 kilómetros al norte de Managua, hicieron suyo ese proyecto tras darse cuenta de que la energía solar puede ser utilizada para cocinar, en lugar de usar leña y, así, evitar la deforestación y las enfermedades respiratorias.
Ese grupo de mujeres solares, como se autodenominan, se formó cuatro años después, en 2003, con el fin de utilizar cocinas, secadores y paneles que usen la energía solar, que es limpia y sostenible, en vez de la térmica.
"A las amas de casa (de Totogalpa) nos gustaron más las cocinas solares, porque se ahorra leña, tiempo para cocinar, no hay polvo y no producimos humo", señaló Nimia López, beneficiada con un horno solar.
Yelba María López, otra campesina nicaragüense beneficiada con una cocina y un panel solar, dijo a Efe que antes compraba al mes hasta cien córdobas (unos 5 dólares) de leña; y hoy, gracias a la cocina solar que tiene en su casa, ubicada al pie de una montaña, no tiene que pagar por leña.
También ha reducido un 85 por ciento la factura de la energía eléctrica por el uso del panel solar, afirmó.
Yelba López contó que se ganó la cocina y el panel solar a cambio de trabajo en el Centro Solar, sede de la cooperativa, donde las mujeres elaboran con sus manos todos esos aparatos que funcionan con energía renovable.
Las cocinas que funcionan con la energía solar son construidas en un 70 por ciento con materia prima local y están compuestas por madera, vidrio, papel aluminio, cedazo de nailon y un reloj que mide el calor o la temperatura.
Los paneles están hechos de material de aluminio, vidrio y celdas que acumulan la energía solar a través de baterías y tienen una vida útil de hasta 25 años.
Con esos paneles, se puede generar energía solar por seis horas en un hogar donde utilicen seis lámparas, un televisor y una grabadora de sonido.
La administradora interina de la cooperativa aseguró que "Mujeres Solares de Totogalpa" no sólo persigue la autosuficiencia económica, sino trabajar por el desarrollo sostenible de la comunidad "para generar empleos con dignidad que promocionen la energía renovable y protejan el medio ambiente".
Próximamente, tienen prevista la construcción de un restaurante, un hotel, una pequeña escuela y una guardería en Totogalpa.
El restaurante, que ofrecerá comidas elaboradas a base de energía solar, que abunda en la Nicaragua tropical, será auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Humanista para la Cooperación con los Países en Desarrollo (Hivos, Holanda).
"La idea es demostrar, más que todo, que sí podemos utilizar otras energías alternativas para no depender de la energía convencional y térmica", apuntó.
Por contribuir al desarrollo sostenible, esa cooperativa de mujeres campesinas ha sido merecedora de numerosos premios locales e internacionales, entre ellos el premio Seed.
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