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Calentamiento global hace volver a alces a la tundra de Alaska

Veranos más cálidos y largos han favorecido el crecimiento de arbustos que los alimentan

ALASKA, ESTADOS UNIDOS (14/ABR/2016).- El calentamiento global ha permitido que los alces recolonicen la tundra de Alaska por primera vez desde 1880, ya que veranos más cálidos y largos han favorecido el crecimiento de arbustos que los alimentan.
 
Investigadores de la Universidad de Alaska aseguran que los icónicos alces de la región estarían extendiéndose hacia vastas áreas de la -antiguamente congelada- tundra, donde ahora tienen mucha comida para los periodos fríos del invierno.
 
Estudios previos indican que los alces gradualmente desaparecieron de la tundra hacia finales del siglo XIX debido al exceso de caza y sugieren que el reciente avistamiento de estos mamíferos en el centro de Alaska podría atribuirse a la emigración de los seres humanos.
 
Los alces que habitaron la tundra alascana fueron desapareciendo de manera gradual a partir de 1880 y para principios del siglo XX ningún ejemplar se encontraba en esa región. Sin embargo, desde el año 2009 se ha reportado la presencia de estos animales.
 
Los científicos decidieron investigar cuál sería la razón de su desaparición y subsiguiente reaparición, y averiguar si el suministro de alimentos -que se basa en los arbustos durante todo el invierno- tendría alguna relación con ello.
 
Los arbustos tienen que ser lo suficientemente altos como para alcanzar su punto máximo a través de la capa de nieve que los cubre, pues de lo contrario los alces no pueden comerlos.
 
En su estudio, publicada en la revista PLOS ONE, los investigadores compararon la altura de los arbustos estimados a partir de 1860 hasta 2009, periodo que vio un aumento de la temperatura global en 0.8 grados centígrados.
 
Encontraron que los arbustos habían crecido de 1.1 metros a 2 metros desde 1860, lo que significa que más forraje sobresalía de la nieve, listo para ser comido.
 
Los investigadores sugieren que esto significa que los arbustos probablemente eran demasiado cortos para servir de alimento a los alces antes del siglo XX.
 
A medida que las temperaturas se han elevado en los últimos 150 años, los arbustos se han beneficiado de una temporada de crecimiento más larga en los meses de verano, lo cual ha permitido que los alces se muevan hacia el norte, en las regiones de tundra.
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