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Brasileños protestan por la construcción de gran represa en Amazonía
Los participantes en las protestas entonaron consignas contra las obras y recordaron que cuentan con el respaldo de diversos organismos tanto de Brasil como del exterior
Las mayores manifestaciones se registraron en las ciudades de Sao Paulo y Belén, capital del estado de Pará, en cuya región sur se emplazará la que será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo tras la de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay, y la china de Tres Gargantas.
"La represa de Belo Monte significa la última puñalada al corazón de la Amazonía", declaró en Belén el presidente del Consejo Indígena Misionero, Erwin Krautler, quien es además obispo de Xingu, zona en que las obras inundarán 516 kilómetros cuadrados de selva.
Además de Belén, donde se concentraron unas dos mil personas, y Sao Paulo, hubo manifestaciones similares en las ciudades de Brasilia, Río de Janeiro, Fortaleza, Joao Pessoa, Recife, Salvador, Santarém, Florianópolis, Cuiabá, Manaus y Belo Horizonte.
Los participantes en las protestas entonaron consignas contra las obras y recordaron que cuentan con el respaldo de diversos organismos tanto de Brasil como del exterior, entre los que citaron la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Amnistía Internacional.
El proyecto de Belo Monte fue planteado en la década de los 70 por la dictadura militar que gobernaba entonces el país y reflotado en los últimos años por el Gobierno del ahora expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
También desempeñó un importante papel para que se retomara el proyecto la actual presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien fue una de sus promotoras como ministra de Lula y lo considera una de las iniciativas energéticas más importantes para la Amazonía.
La represa de Belo Monte, que deberá estar operativa en 2015, será construida con un coste de unos 10.600 millones de dólares y su capacidad de generación será de un máximo de 11.233 megavatios en las épocas de crecida del río Xingú.
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