Tecnología
Besar, una vieja y sana costumbre
Científicos destacan que los besos dan bienestar porque hacen liberar oxitocina y quemar calorías
Muchos medios se dieron entonces a la tarea de destacar la vigencia de una de las imágenes más conocidas en el mundo: “El beso”, obra de Robert Doisneau, que brillaba en el medio de su gran retrospectiva.
Y aunque la foto de posguerra no haya perdido ningún valor al saberse que en realidad fue un encargo de la revista Life al profesional –Doisneau decidió contratar a actores para que fueran besándose por París por falta de tiempo–, su artificio sublime testimonia la fuerza que tienen los labios pegados entre dos personas.
Se trata de un vértigo simbólico que a nadie deja indiferente y que perturba muchas veces. Escandaliza a las señoras recatadas cuando se topan en el transporte público con una pareja besucona que expresa la pasión mutua sin complejos.
Ya lo dijo Joan Manuel Serrat en su canción “Señora”:
“Ya sé que no soy un buen yerno / Soy casi un beso del infierno, pero un beso, al fin…”
El beso hizo leyenda en la Guerra Fría: cuando Fidel Castro hizo su primer viaje a la Unión Soviética, le habían contado que los políticos rusos tenían la costumbre de estampar sonoros ósculos en los labios de su visitante ocasional, como singular muestra de bienvenida.
Para conjurar tamaño estropicio, el mandatario cubano anduvo todo el tiempo por tierras rusas con el puro en la boca. Al menos eso cuenta la leyenda.
Por eso no deja de llamar la atención que el Alcalde Moscú, Serguei Sobianine, quiera prohibir que los hombres se besen en los lugares públicos de la capital. Sabe que es una práctica rusa con historia, pero teme que pueda resultar “una incitación a la homosexualidad”.
Claro que son nuevos tiempos en la ex Unión Soviética, que vive la era del macho Vladimir Putin, aficionado no a dar piquitos sino a mostrarse con el torso desnudo, fusil en ristre y alguna bestia muerta a sus pies.
No de labios pegados, pero sí con ruido, se dan besos habitualmente los hombres en Francia o en Argentina. Es una tendencia en alza que no se ve en México, donde los varones acaso si llegan a los cálidos abrazos pero nunca al chuick chuick entre ellos.
En Argentina, precisamente, desde 1989, los comerciantes de dulces realizan una campaña anual titulada “Una golosina por un beso”, algo así como regalas un gansito y ¡muack!, enmarcada en lo que se denomina “Semana de la dulzura”.
A juzgar por lo que dice la ciencia, efectivamente, hay que besarse más. Se trata de una práctica habitual en la especie humana y también presente en otros primates, los chimpancés y bonobos.
La palabra proviene del latín “basium” –acción de besar- y besar del latín “basiare”, tocar algunas cosas con los labios contrayéndolos y dilatándolos suavemente, para manifestar amor, amistad, o reverencia.
La boca, según la teoría freudiana, es el primer lugar donde se asienta el deseo sexual. Una idea afirma que nuestra primera experiencia de confort, seguridad y amor procede de las sensaciones de la boca asociadas con la lactancia, nuestra primera forma de conectarnos con la vida y con el mundo.
Los especialistas en salud aseguran que los besos son terapéuticos, queman calorías (12, uno de 3 minutos), suben el ánimo, mejoran la autoestima, activa la circulación sanguínea y ayuda a las personas a enfermarse menos y a vivir más años.
“Los besos nos dan bienestar porque nos hacen liberar oxitocina, una hormona importantísima en el enamoramiento, el orgasmo, el parto y el amamantamiento, asociada con el cariño, la ternura y el contacto físico con los demás”, dijo el experto Dr. Claudio Santa María, rector del Instituto Superior de Ciencias de la Salud de Argentina.
Así, “besarse estimula la liberación de endorfinas, unos opiáceos naturales del organismo que provocan una sensación placentera, actúan como antídoto para la depresión, la angustia, el desánimo, la tristeza o la aflicción”, afirma el profesional.
- El beso estimula la secreción de distintas hormonas que funcionan como analgésicos y que fortalecen nuestras defensas inmunológicas.
-Las parejas felices se besan más que las infelices. Se besan en todas las situaciones, el beso por la mañana, al despedirse, al saludarse.
-Un beso es la mejor terapia, principalmente para superar las depresiones
-Los beneficios para la salud provocados por un beso apasionado se explican porque una fuerte liberación de adrenalina provoca un aumento de la tensión arterial y del ritmo cardíaco.
-El beso lo podemos disfrutar en la intimidad y en público
-En la relación de pareja son muy valiosos, es un pilar de la relación sexual, de la complicidad, aumentan el vínculo y la confianza y seguridad en la pareja.
- Cuando nos besamos utilizamos cerca de 30 músculos lo que disminuye la formación de arrugas en la piel, mejora sensiblemente y estimula su regeneración.
- Está demostrado que las personas que reciben y dan a menudo besos apasionados tienen menor probabilidad de sufrir alexitimia, que es el desorden neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal.
- En enfermos es recomendable porque ayudará a su pronta recuperación y fortalece las defensas inmunológicas y en sanos porque mejorara su calidad de vida. *
Más allá de las costumbres un beso es algo más que la manifestación de afecto entre dos seres.
Sinembargo.mx
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