Tecnología

Bélgica apuesta por la energía eólica

El país europeo está sobre poblado y carece de recursos energéticos propios; la alternativa limpia podría ser una gran solución

BÉLGICA.- El parque eólico marino de Thornton Bank, que tendrá 60 turbinas enclavadas a 30 kilómetros de la costa belga con una potencia instalada de 300 megavatios, se erige como referente en el sector, dadas sus características únicas en Europa.

"Por primera vez en Europa contamos con turbinas de viento de 5 megavatios cada una, alejadas 30 kilómetros de la costa y colocadas a más de 35 metros de profundidad" , explicó a la prensa Filip Martens, el consejero delegado de C-Power, empresa que gestiona este proyecto.

En su primera fase piloto, se instalaron en junio los seis primeros aerogeneradores, que ya funcionan perfectamente, señaló durante una presentación del parque a la prensa.

El costo en esta etapa -que incluye, además de las seis primeras turbinas, el cable que transporta la energía desde los molinos hasta Ostende, la ciudad belga más cercana- ha alcanzado los 150 millones de euros.

Pero el objetivo es colocar un total de 60 turbinas, que generarán un total de un teravatio/hora, equivalente el consumo de 600 mil personas.

Según los cálculos de C-Power, para ello serán necesarios 900 millones de euros, una inversión que está previsto saldar doce años después de su puesta en marcha.

En principio, está previsto que en los próximos dos años se instalen otros 25 molinos, un proceso complejo y costoso, dadas las colosales dimensiones de cada turbina.

La principal ventaja de este tipo de plantas eólicas, frente a las ubicadas en tierra, es la reducción del impacto visual y medioambiental, aunque sus elevados costes de construcción y mantenimiento suponen importantes inconvenientes.

"El viento también es mejor, 22% ó 23% más rápido que en la tierra, pero no lo suficiente para suplir el coste adicional de estar situado en el mar", aclaró Martens.

Además, cada cuatro horas, el centro de control de la planta ha de contrastar el parte meteorológico, dado que el estado del tiempo condiciona completamente el trabajo en una planta de estas características.

"En realidad, el gran reto es trabajar con la climatología", recalcó Martens. Sin embargo, se trata de un mercado con mucho margen de desarrollo, que no ha de enfrentarse a las limitaciones espaciales de la tierra, lo que permite construir plantas mucho mayores, explicó.

Martens aseguró que, dada la excepcional lejanía de los aerogeneradores del parque de Thornton Bank, ningún ciudadano de Ostende ha manifestado su temor a que el parque afecte al turismo.

Otra de las particularidades del proyecto es que sus responsables estarán obligados a desmantelar el parque una vez que se agoten sus dos décadas de vida, un período acotado por los permisos pero que podría alargarse si la planta funciona correctamente.

"Hemos apartado ya el dinero, 37 millones de euros, para garantizar que dentro de 20 años todo quede como si nunca hubiese habido una turbina" , recalcó Martens, que se preguntó qué pasaría si otro tipo de centrales eléctricas -nucleares, de gas o de carbón- también tuviesen que sufragar esos gastos.

El consejero delegado de C-Power recalcó que para Bélgica, un país densamente poblado y sin recursos energéticos propios, la energía eólica marina se erige como la única solución para poder alcanzar los objetivos medioambientales marcados por la Unión Europea, que prevé una reducción del 20% de las emisiones de dióxido de carbono para 2020.

A pesar de que los países del norte de Europa lideran en estos momentos el sector de la energía eólica marina -sobre todo Dinamarca y Reino Unido-, Martens resaltó que cualquier otro país en el que se den las condiciones adecuadas de corriente y profundidad puede desarrollar estos parques.

"Estoy seguro de que la zona mediterránea nos seguirá" , dijo el consejero delegado de C-Power, que recordó que en España aún no existe ningún parque de estas características.
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