Tecnología
Autos eléctricos sin conductor viajan de Italia hasta China
El recorrido de 13 mil kilómetros abarcó Europa Oriental, Rusia, Kazajistán y el desierto de Gobi
Cuatro vehículos eléctricos sin conductor completaron exitosamente el viaje de prueba de Italia a China, una versión moderna del periplo de Marco Polo, con su llegada el jueves a la Expo de Shangai.
Las camionetas, equipadas con cuatro escáners a energía solar y siete videocámaras en combinación para detectar y evitar obstáculos, son parte de un experimento destinado a mejorar la seguridad en la carretera y perfeccionar la tecnología automotriz.
Los sensores en los vehículos les permitieron sortear condiciones exigentes de camino, tráfico y clima, coleccionando a la vez una serie de datos que se analizarán para investigaciones ulteriores, en un estudio patrocinado por el Consejo Europeo de Investigación.
"No conocíamos la ruta, quiero decir cómo eran los caminos y si serían propicios; ni si habría poco, mediano o mucho tráfico; conductores sensatos o alocados; de modo que encontramos de todo", dijo Isabella Fredriga, ingeniera de investigación en el proyecto.
Aunque las camionetas no llevaban conductor ni mapa, llevaban en su interior a investigadores como pasajeros en caso de emergencias. Los experimentadores debieron intervenir unas pocas veces: cuando los vehículos quedaron en un atolladero de tránsito en Moscù y en los peajes.
El proyecto no usó mapas pese a atravesar regiones remotas de Siberia y China. En un momento, una de las camionetas se detuvo para llevar a un viajero que pedía autoestop.
Un sistema computerizado de visión artificial, llamado GOLD (siglas en inglés para designar un Detector Genérico de Obstáculos y Senderos), analizó la información de los sensores para ajustar automáticamente la velocidad y dirección de los vehículos.
"Este volante es controlado por la PC (computadora portátil). De modo que la PC envía un comando y mueve el volante, y nosotros podemos seguir el camino, tomar las curvas y evitar los obstáculos con esto", observó Alberto Broggi, de Vislab, en la Universidad italiana de Parma, el director de investigación del proyecto.
"La idea era hacer un largo trayecto en distintos continentes, distintos países, distintos climas, distintas condiciones de tránsito, distinta infraestructura", afirmó. "Así podíamos enfrentar un gran número de situaciones para poner a prueba el sistema".
La tecnología se usará para estudiar los medios de complementar las habilidades de los conductores. También podría tener aplicaciones en agricultura, minería y construcción, dijeron los investigadores.
Los vehículos marchan a velocidades máximas de 60 kilómetros (38 millas) por hora y debieron ser recargados durante ocho horas después de cada dos a tres horas de manejo.
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