Tecnología
Australia y Nueva Zelanda condenan los planes surcoreanos de cazar ballenas
La oposición y el Partido Verde australiano han exigido presionar a Corea del Sur para que considere sus planes de cazar un número indeterminado de ballenas
La primera ministra de Australia, Julia Gillard, declaró que su Gobierno expresará a Corea del Sur su oposición a la caza de Ballenas, según informa la agencia australiana de noticias.
"He ordenado a nuestro embajador en Corea del Sur que exprese el asunto hoy al nivel más alto del Gobierno surcoreano", dijo Gillard a los periodistas en Melbourne, tras insistir en que no hay excusas para matar ballenas, ya sea por motivos comerciales o científicos.
Además, la oposición y el Partido Verde australiano han exigido al Ejecutivo presionar a Corea del Sur para que reconsidere sus planes de cazar un número indeterminado de ballenas Minke en las costas surcoreanas tal y como anunciaron en la reunión de Panamá.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Nueva Zelanda, Murray McCully, advirtió que a partir del anuncio de hoy, cualquier acción dirigida a cazar ballenas en las aguas de su país tendrá "consecuencias muy serias".
McCully declaró a los periodistas que de ejecutarse el plan surcoreano "aquellos comprometidos con la conservación de las especies sufrirían un serio revés" y confió en que el gobierno de Seúl considere las preocupaciones de la comunidad internacional antes de adoptar una decisión final.
El Gobierno de Wellington expresará su preocupación a las delegaciones surcoreanas y de su país que están presentes en la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que se celebra esta semana en Panamá, según el portal de noticias Stuff.
La organización ecologista Sea Shepherd, conocida por sus enfrentamientos con los balleneros japoneses en la Antártida, y Greenpeace, también prometieron hacer una campaña contra Corea del Sur si intenta cazar cetáceos con fines "científicos".
El líder de Sea Shepherd, Paul Watson, comentó a la agencia australiana AAP desde Berlín que si la caza se realiza en aguas surcoreanas su organización no podrá enfrentarse directamente.
La Comisión Ballenera Internacional impuso una moratoria internacional a la caza de ballenas a mediados de la década de 1980, pero esta medida contempla una excepción que permite la captura con fines científicos, que es aprovechada por Japón.
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