Tecnología
Astronautas de Atlantis se despiden de la estación
Después de una emotiva ceremonia de despedida, los astronautas sellaron el domingo las escotillas entre el transbordador Atlantis y la Estación Espacial Internacional, preparándose para la partida de la nave, que se producirá el lunes.
Los 10 astronautas se abrazaron y se dieron la mano mientras flotaban juntos en el espacio por última vez, en una misión que llevó a cabo la muy esperada instalación del nuevo laboratorio europeo Columbus en la base orbital.
El Atlantis, que despegó el 7 de febrero y arribó a la estación dos días después, tiene previsto desengancharse en las primeras horas del lunes y aterrizar el miércoles en el Centro Espacial Kennedy en Florida.
El Ejército de Estados Unidos espera que la nave aterrice, para intentar derribar un satélite espía averiado cargado con combustible tóxico antes de que reingrese a la atmósfera.
El astronauta Dan Tani, quien regresará a casa a bordo del Atlantis después de una estadía de cuatro meses en la estación, rindió tributo a la cooperación internacional en la estación y se le entrecortó la voz cuando recordó a su madre, quien falleció cuando él estaba en el espacio.
Tani, de 47 años, hizo notar que había trabajado con astronautas de Francia, Alemania, Italia y Rusia durante su estadía.
"Naciones que no siempre han sido amigables ahora están cooperando y estamos haciendo grandes cosas", expresó.
"La otra cosa en la que estaba pensando hoy era sobre mi madre (...) mi inspiración", agregó Tani, esforzándose por contener las lágrimas.
Rose Tani, de 90 años, falleció en diciembre en un accidente de auto cerca de Chicago.
El astronauta francés Leopold Eyharts, quien viajó a bordo del Atlantis, se quedará en la estación para supervisar los trabajos en el Columbus.
El laboratorio de 1.900 millones de dólares fue llevado a la estación por el Atlantis e instalado el 11 de febrero. Su entrega fue retrasada durante años por problemas que incluyeron el accidente del transbordador Columbia en el 2003.
El próximo vuelo del transbordador, cuyo lanzamiento está fijado para el 11 de marzo, llevará consigo la primera parte del gran laboratorio japonés Kibo.
El Ejército de Estados Unidos planea derribar un satélite espía averiado, que según afirman constituye una amenaza para la seguridad pública debido a su carga de combustible tóxico.
La fuerza espera poder calcular su destrucción, de modo que los restos caigan al mar y no amenacen zonas pobladas.
Tanto la NASA como las Fuerzas Armadas han indicado que la estación espacial, que orbita a más de 322 kilómetros por encima de la Tierra, no corre ningún peligro de parte de los restos del satélite. EL INFORMADOR/Redacción
AGP 17/02/08
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