Tecnología

Alta expectativa estropea arranque de 'The Evil Within'

El apartado gráfico decepciona, mostrando poca nitidez y atención a los detalles

GUADALAJARA, JALISCO (18/OCT/2014).- Ausencia total de luz; volumen alto en el televisor; todos los distractores eliminados; eterna actualización de consola descargada y jornada laboral oficialmente concluida. El ambiente estaba listo para dar el primer botonazo al juego en el que más expectativas deposité para este año. En aquel que, supuse, haría olvidarme de la experiencia de juego que hace apenas unos meses (los conocí tarde; mal hecho) me presentó Naughty Dog con The Last of Us.

Pese a que las usualmente odiadas fallas en el luminario del barrio abonaron al ambiente de oscuridad pretendido, las primeras dos horas con The Evil Within nunca hicieron que brincara del asiento. Por el contrario; los tráilers y videos de avance en el desarrollo lograron que adoptara una sensación de haber estado allí antes.

Lo lamenté. Cuando era perseguido por el grotesco carnicero que conocí en los ''probetes'' que Bethesda Softworks dio a los ansiosos, ya sabía qué hacer para evadirlo.

Allí supe que los primeros momentos de TEW se habían echado a perder, pues aunque éste logró alcanzarme un par de veces (y al detective Sebastián Castellanos no le fue nada bien), nunca llegó el terror puro que hace más de una década me inspiró el Tyrant de Resident Evil 2, cuando golpeó una cámara en la parte final de la segunda vuelta y de inmediato me salió al paso.

Intranquilo, sí; aterrado, no. Entré al casillero y vi al enemigo hacer su coraje por no ver a nadie, mientras echaba a andar su sierra eléctrica y golpear todo lo que estaba al lado... excepto al sitio en el que me hallaba. Un descerebrado no inspira temor; acaso ternura.

Descubrí un patrón de conducta luego de varios ataques mortales, y al final logré evadirlo. Seguí el camino hacia el exterior del edificio y éste comenzó a cimbrarse. Al estar en la calle, uno de mis compañeros me gritaba desde una ambulancia que subiera de inmediato. Lo hice y comenzó un video con mucha acción. Esperé secuencias de botones o minijuegos, pero nunca llegaron.

Desde el inicio, The Evil Within me dio el 'gore' que ya había prometido. Lamentablemente me lo mostró antes de que el juego estuviera en mi PS3, y allí quedó el factor sorpresa. Además decepcionó en el apartado gráfico, mostrándome poca nitidez y atención a los detalles; podría compararlo con The Last of Us de nuevo, pero creo que es perder proporción.

En suma, las primeras horas frente al nuevo hijo de Shinji Mikami fueron todo, excepto un anzuelo para animar a la continuidad. Los enemigos que suceden a la aparición del carnicero son lentos y torpes, aunque la lógica de juego está pensada para que aún frente a éstos seas vulnerable. Puedes ''esprintear'' (así dice: la castellanización del juego es pésima, y el manejo de voces, peor), pero te cansarás enseguida y aún cuando un grupo de ¿zombies? esté a poco de alcanzarte, tranquilamente te detendrás para tomar aire. ¡Primero es la salud!

Pero no todo es malo: también hay destellos de luz que muestran originalidad, como la sensación de locura que sientes al tratar de guardar partida, y el método elegido para que puedas mejorar ciertas habilidades (con lo que pareciera ser una lobotomía). Pero eso no basta para la compra.

La esperanza está en que el fluir del juego me permita apreciar las bondades reales de The Evil Within; trataré de entregar un panorama más justo, pues estas líneas son sólo un prejuicio basado en los dos primeros capítulos.

Si quieren enterarse de lo que sigue, pueden leerme el miércoles próximo en www.guerradekonsolas.com, donde estaré dando un panorama más amplio del título que Bethesda nos trató de vender desde su origen como el juego del año. Ojalá gane puntos, pues hasta el momento no lo ubicaría en ningún peldaño de gloria.

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
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