Tecnología
Agujeros negros no son más peligrosos que saltar un acantilado: investigador
Un estudio afirma que la percepción de que son una amenaza es incorrecta ya que éstos son buenos
agujeros negros "no son más peligrosos para la vida humana que saltar por un acantilado", según el investigador de la Universidad de Stanford (EU) Roger Blandford, quien asegura que desde una perspectiva cósmica éstos son agentes de cambio responsables de alimentar el ecosistema galáctico.
El director del Instituto Kavli de Astrofísica de Partículas y Cosmología de la citada universidad impartió hoy en la Fundación BBVA una conferencia titulada "El universo de alta energía: rayos gamma, rayos cósmicos, estrellas de neutrones y agujeros negros".
Esta conferencia forma parte del ciclo "La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos".
Este experto en los fenómenos más energéticos del universo se refirió a una de las confusiones más comunes respecto a los agujeros negros: la percepción de que son "una amenaza, que de alguna forma son malos", sin embargo no es así: "Los agujeros negros son buenos".
En una nota de la Fundación BBVA, Blandford detalló que la región del universo en que habitamos es muy tranquila en comparación con otras dominadas por procesos en que se liberan enormes cantidades de energía: explosiones de estrellas de masa muy superior a la del Sol, choques de agujeros negros o material acelerado mientras cae dentro de un agujero negro.
La investigación de estos fenómenos es un área relativamente joven en la astrofísica, pero las últimas décadas han sido muy fructíferas en el estudio de las fuentes de muy alta energía y han transformado nuestra visión del cosmos, según la nota.
Para cuestiones como qué causa el enorme brillo de algunas galaxias o qué fenómenos aceleran las partículas de altísima energía que golpean la atmósfera terrestre ya hay una respuesta muy probable aunque "no los comprendemos aún del todo", afirmó Blandford.
En el primer caso, la clave son los agujeros negros muy masivos, de los que se sabe que hay uno en el centro de todas las galaxias -incluida la nuestra-.
En el segundo problema, la explicación está en las ondas de choque provocadas por las explosiones de supernovas.
En especial el estudio de los agujeros negros ha avanzado mucho, indicó este investigador.
Hoy se sabe que son responsables de esparcir por el universo "los elementos químicos necesarios para la vida" y que "a gran escala los agujeros negros muy masivos pueden estimular la formación de galaxias".
Los problemas pendientes en el área, sin embargo, siguen siendo numerosos, como la comprensión del proceso de alimentación precisamente de los agujeros negros súper masivos en el centro de las galaxias, el origen de los rayos cósmicos de energía ultra alta o la causa de las explosiones cortas de rayos gamma.
MADRID, ESPAÑA (01/JUN/2015).- Los
El director del Instituto Kavli de Astrofísica de Partículas y Cosmología de la citada universidad impartió hoy en la Fundación BBVA una conferencia titulada "El universo de alta energía: rayos gamma, rayos cósmicos, estrellas de neutrones y agujeros negros".
Esta conferencia forma parte del ciclo "La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos".
Este experto en los fenómenos más energéticos del universo se refirió a una de las confusiones más comunes respecto a los agujeros negros: la percepción de que son "una amenaza, que de alguna forma son malos", sin embargo no es así: "Los agujeros negros son buenos".
En una nota de la Fundación BBVA, Blandford detalló que la región del universo en que habitamos es muy tranquila en comparación con otras dominadas por procesos en que se liberan enormes cantidades de energía: explosiones de estrellas de masa muy superior a la del Sol, choques de agujeros negros o material acelerado mientras cae dentro de un agujero negro.
La investigación de estos fenómenos es un área relativamente joven en la astrofísica, pero las últimas décadas han sido muy fructíferas en el estudio de las fuentes de muy alta energía y han transformado nuestra visión del cosmos, según la nota.
Para cuestiones como qué causa el enorme brillo de algunas galaxias o qué fenómenos aceleran las partículas de altísima energía que golpean la atmósfera terrestre ya hay una respuesta muy probable aunque "no los comprendemos aún del todo", afirmó Blandford.
En el primer caso, la clave son los agujeros negros muy masivos, de los que se sabe que hay uno en el centro de todas las galaxias -incluida la nuestra-.
En el segundo problema, la explicación está en las ondas de choque provocadas por las explosiones de supernovas.
En especial el estudio de los agujeros negros ha avanzado mucho, indicó este investigador.
Hoy se sabe que son responsables de esparcir por el universo "los elementos químicos necesarios para la vida" y que "a gran escala los agujeros negros muy masivos pueden estimular la formación de galaxias".
Los problemas pendientes en el área, sin embargo, siguen siendo numerosos, como la comprensión del proceso de alimentación precisamente de los agujeros negros súper masivos en el centro de las galaxias, el origen de los rayos cósmicos de energía ultra alta o la causa de las explosiones cortas de rayos gamma.
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