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Afirman que fármaco ataca contagio de VIH

Truvada bloquea al VIH, pero no elimina del todo el peligro de transmisión

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (19/MAY/2014).- Tras años de estudios, de controversias y de las aprobaciones oficiales de rigor —largas y burocráticas—, el Centro para el Control de las Enfermedades (CDC, siglas en inglés) aprobó la semana pasada nuevas recomendaciones para la prevención del sida y ha aconsejado a la población de alto riesgo que tome el fármaco Truvada (su nombre comercial) para reducir las probabilidades de infectarse con el VIH.

El CDC recomienda que debería medicarse para evitar un potencial contagio cualquier persona que tenga relaciones sexuales sin preservativo, incluyendo a los gay y bisexuales; los heterosexuales con parejas de alto riesgo de contraer la enfermedad —drogadictos por vía intravenosa, por ejemplo—; quienes mantengan relaciones sexuales con una persona infectada, y todo aquel que comparta jeringuillas.

La recomendación del CDC llega casi cuatro años después de que la revista New England Journal of Medicine publicó los resultados de un estudio clínico de tres años (financiado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, NIH) que anunciaba la llegada de un tratamiento que podía reducir el riesgo de contagio de VIH en más de 90 por ciento. Comercializada con el nombre de Truvada para el tratamiento, la píldora había sido sintetizada en 2004 por Gilead Sciences, el mayor productor mundial de medicamentos contra el sida, y usada en combinación con otros retrovirales como tratamiento fundamental en personas que viven con sida.

El NIH concluyó que Truvada no sólo era tratamiento para personas ya infectadas sino que prevenía el contagio. Los investigadores etiquetaron el tratamiento como “profilaxis previa a la exposición”, en término abreviado: Prep. Para bien o para mal, no fueron pocos quienes lo denominaron “el nuevo condón”.

En 2012, la FDA (la Agencia del Medicamento de EU) aprobó Truvada para el consumo y definía el fármaco —una pastilla azul— como una combinación de los antirretrovirales tenofovir y emtricibatine. Fue la primera vez que los asesores del Gobierno de EU respaldaron administrar un medicamento antiviral a las personas sanas expuestas al VIH a través de relaciones sexuales o drogas intravenosas. Aquel día de 2010 en que el NIH anunció los resultados de laboratorio de la Prep, el equipo investigador recibió una llamada de felicitación del presidente Barack Obama y la revista Time situaba a Prep en el número uno de las innovaciones médicas de ese año.

Desde entonces se ha recorrido un largo camino en el que la comunidad médica ha sido reacia a recetar Truvada —no tiene buena acogida prescribir medicinas a gente sana— y los críticos del medicamento han cuestionado su seguridad, eficacia y precio (unos 170 mil pesos al año: 13 mil dólares o nueve mil 500 euros, aunque lo cubren la mayoría de los seguros médicos), y han acusado al Gobierno de conspirar con las grandes compañías farmacéuticas a costa de la salud pública.

Para los científicos del CDC, Truvada es un paso adelante después de comprobar que, tras más de 30 años de aconsejar el uso de preservativos para evitar el contagio, las cifras de infectados han permanecido casi inamovibles en la última década, con 50 mil casos nuevos cada año. Nada apunta a que los gay vayan ahora a usar Truvada, pero es un nuevo camino abierto frente al hecho de que cada vez son más los gay en EU que mantienen relaciones sexuales sin protección (20% más en 2011 que en 2005).

Con información de El País

ASÍ FUNCIONA
Los datos


Truvada contiene como elementos activos los antirretrovirales tenofovir y emtricitabin, que obstaculizan al virus a la hora de trasladar su sustancia genética e infectar a alguien.

La idea es que quien tome Truvada con regularidad y no esté infectado tendrá mayor protección si el virus entra a su cuerpo: el VIH tendrá dificultades para infectar las células y reproducirse.

El riesgo, sin embargo, no desaparece del todo. Un usuario del fármaco, infectado, puede contagiar a alguien más todavía.

En el sitio web Truvada.com se detalla cómo funciona el medicamento con numerosas advertencias. La primera es que la información está dirigida para estadounidenses desde la adolescencia. Luego se ofrece información sobre el uso preventivo de Truvada y se advierte que no cura el sida.

Hay numerosos avisos sobre los efectos secundarios y las contraindicaciones posibles y se insiste en que el medicamento no reemplaza al uso del condón como la medida profiláctica conocida más exitosa en contra del VIH-sida y otras enfermedades de transmisión sexual.

El fármaco no es nuevo; Estados Unidos simplemente pasó de reconocerlo a recomendarlo, la semana pasada, como un medicamento preventivo. Está aprobado desde 2004 para el tratamiento de adultos y niños mayores de 12 años infectados con el VIH.

Dos investigaciones permitieron recomendarlo como medida preventiva. Primero fue un estudio con unos dos mil 500 hombres gays y bisexuales seronegativos, entre los cuales el riesgo de infección se redujo en 42%; en el segundo estudio, de la Universidad de Washington, el riesgo se redujo 75 por ciento, entre unas cuatro mil 800 parejas heterosexuales con un miembro seropositivo.

Convivimos en paz con el virus, pero...

Los tratamientos para atender a las personas con VIH-sida han convertido a la enfermedad casi en un problema crónico, al haber aumentado las tasas de supervivencia. Eso es por supuesto un progreso para cualquiera, pero muchos críticos advierten de que el temor y el “respeto” que los jóvenes tienen hacia el VIH sida ha descendido también, dado que ahora “convivimos” más con el virus. “Muchos se creen invencibles porque no vivieron los ochenta, cuando los vecindarios estaban llenos de esqueletos vivientes y funerales diarios”, recordó un médico citado por un periódico estadounidense en los últimos días.

El número de nuevas infecciones no ha descendido. En Estados Unidos hay unos 50 mil casos nuevos cada año. Esto alimenta la polémica sobre Truvada: mientras unos celebran la alternativa que reforzaría la prevención, otros advierten del riesgo de que la sociedad se “confíe” todavía más.

CONTROVERSIA Y ABIERTA OPOSICIÓN

Uno de los temores que tienen las autoridades sanitarias es que la población en riesgo deje de usar preservativos ante la existencia de Truvada. El Centro para el Control de las Enfermedades (CDC, siglas en inglés) recomienda en su anuncio de la semana pasada que se sigan usando profilácticos, ya que Truvada no protege contra otras enfermedades de transmisión sexual como sífilis o la gonorrea. En cualquier caso, como apuntan los expertos, estas dos patologías se curan con antibióticos, pero el VIH dura de por vida y su degeneración en enfermedad es mortal si no se trata.

Sin embargo, hoy como hace cuatro años, AHF (AIDS Helthcare Foundation), la mayor organización de lucha contra el sida del mundo, sigue vaticinando una “catástrofe en la salud pública” y ha calificado las directivas del CDC como “uno de los capítulos más vergonzosos” en la historia del organismo. En opinión de esta fundación, lo que se esconde detrás es la maniobra de una poderosa farmacéutica para que gente joven y sana compre una medicación que no necesita.
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