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Activistas australianos abordan ballenero japonés

La acción forma parte de una campaña para detener la caza de los cetáceos

SIDNEY, AUSTRALIA (08/ENE/2012).- Tres activistas australianos abordaron hoy un barco de la flota de balleneros japonesa frente a la costa de Australia como parte de una campaña para detener la caza de estos cetáceos en el Antártico, informó el grupo proteccionista Sea Shepherd.

Los ecologistas ayudaron a tres miembros del grupo Forest Rescue que aprovecharon la oscuridad para asaltar la pasada noche el buque "Shonan Maru 2", informó Sea Shepherd en un comunicado.

El abordaje ocurrió en aguas australianas, a unos 25 kilómetros de la costa suroeste, donde el "Shonan Maru 2" hacía un seguimiento del barco de Sea Shepherd, el "Steve Irwin".

Los activistas hicieron el asalto en dos pequeñas embarcaciones que salieron desde el barco de los ecologistas y tres de ellos lograron subir al buque japonés para forzarlo a regresar a la costa y parar su vigilancia al "Steve Irwin".

En otro comunicado en el portal de internet de Sea Sheperd, los activistas justificaron su acción para "poner fin a la caza ilegal" y para presionar al gobierno australiano a tomar medidas contra los balleneros.

"Estamos a bordo de este barco porque nuestro gobierno no ha cumplido con su promesa electoral de poner fin a la caza de ballenas en los mares del sur", dijo Forest Rescue.

En 2011, el país asiático suspendió dos meses antes de lo previsto la pesca de cetáceos en el Océano Antártico debido al acoso de Sea Shepherd, que en los últimos años ha llevado a cabo abordajes, lanzamiento de ácidos corrosivos o encadenamientos de sus activistas a los balleneros japoneses.

Por ello, este año Japón anunció que buques de la Agencia de Pesca protegerían a sus balleneros.

Por su parte, la organización indicó que este año emprenderá en las aguas de la Antártida una de las más intensas campañas de acoso a los balleneros japoneses con el fin de arruinar la temporada de caza de cetáceos y lograr su suspensión.

Japón decidió abandonar la caza de ballenas en 1986 por una moratoria internacional, aunque la retomó en 1987 tras alegar motivos científicos y comenzó a efectuar expediciones a la Antártida en nombre del Instituto de Investigación de Cetáceos.
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