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Viajeros en la historia
La “fama y memoria” de Pedro de Valdivia
Habían pasado una cruenta lucha contra los nativos araucanos en la que habían perdido varios de sus soldados, y pensaban seriamente en regresar a Perú y olvidar aquellas tierras guerreras y de difícil dominio. Pero el acuerdo fue que, de los que pocos que quedaron con vida, un pequeño grupo de cinco hombres encabezados por Alonso de Monroy regresaría a Perú para solicitar ayuda; según cuentan las crónicas: el viaje fue verdaderamente duro “por la indigencia que los expedicionarios”.
A fines de 1543 regresaron con la ayuda esperada: soldados, víveres, armas y demás, en un barco que atracó en Valparaíso, y de inmediato Valdivia reinició el sometimiento de los indígenas, de modo que lograron establecer la ciudad de manera definitiva. Entonces pensaron en retomar la gran expedición que tenían planeada hasta la parte sur del cono.
Por esos años fundaron algunas otras ciudades como parte de la empresa de establecer el poder español y avanzar hacia el sur, además de que Valdivia temía que se le adelantaran y llegaran otros por el Estrecho de Magallanes y conquistaran antes que él la región que se proponía para sí.
Fundó entonces La Serena (1544) en el valle de Coquimbo, y se dirigieron a explorar tierras más al sur, hasta los 41° grados latitud sur, donde hoy se encuentra precisamente la provincia y ciudad de Valdivia. Entre ésta y Santiago se encuentra el río Biobío, a los 38°, y ahí nuestro explorador decidió enfrentar a los araucanos para establecer otra ciudad y poco a poco ir afianzando su dominio.
Las luchas eran difíciles puesto que los nativos tenían especiales estrategias de guerra, además de que habían aprendido el uso del caballo para estos fines, y hasta el propio Valdivia quedó asombrado por el coraje y la osadía con que los indígenas peleaban.
Conforme avanzaban hacia el sur Valdivia fundó otras ciudades de manera sucesiva: Concepción del Nuevo Extremo (1550); La Imperial, Valdivia y Villarrica (1552), y Los Confines (1553).
Mientras algunos historiadores resaltan esta admirable labor de fundar ciudades para afianzar el gobierno español en América del sur, otros consideran que fue precisamente ése el error de Valdivia puesto que actuó con “escasa prudencia extendiendo demasiado sus dominios y dispersando excesivamente sus fuerzas”. Tuvo que distribuir a los pocos hombres que tenía, lo cual provocó que los grupos de españoles que se formaron para controlar la región fueran débiles.
Eso lo aprovecharon los indígenas del lugar. El jefe Caupolicán, indio yanacona, planeó cómo atacar y expulsar a los blancos. Juntó un ejército y fue en busca de Valdivia. Éste se enteró de las intenciones del nativo, y no quiso esperar: salió desde la ciudad de Concepción con un grupo de cincuenta españoles y el encuentro de produjo en Tucapel, en la actual provincia de Biobío.
Si bien el armamento de los españoles era superior al de los indígenas, éstos los superaban en número; los jinetes hispanos fueron atacando a los enormes escuadrones de indios, los cuales, si eran vencidos, rápidamente eran reemplazados por otros. La batalla fue cruenta y complicada para ambos bandos, poco a poco fueron siendo derribados los peninsulares; quedaban pocos españoles, y Valdivia, que ya era gobernador de Chile, decidió la inevitable retirada. Pero ya era demasiado tarde: fue capturado y muerto por los triunfantes indios que reclamaban con justa razón su territorio y su tradición.
Fue en los alrededores de Tucapel donde Valdivia terminó sus días, en un campo mapuche aunque no se sabe con precisión el lugar ni la fecha, sólo que fue a finales de 1553. La consolidación hispana no se había logrado aún, pero esta larga expedición de Pedro de Valdivia marcó el inicio del dominio hispano en Chile, ganando tras su muerte la “fama y memoria” que siempre procuró.
Cristóbal Durán
ollin5@hotmail.com
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