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Viajeros en la historia
John Davis de Norte a Sur y de Este a Oeste
A John Davis se le considera el “padre del descubrimiento ártico”, pues fue uno de los primeros en abrir camino entre aquellas gélidas regiones. Nació en Sandride, cerca de Dartmouth, Inglaterra, alrededor de 1550. Desde un principio subió a los barcos para experimentar las sensaciones del mar; a los treinta años era ya un marinero reconocido. Las historias sobre el nuevo continente le empezaron a estimular para procurar viajar a él. Se dio cuenta que esta tierra estaban en proceso de descubrimiento, pues los mapas aún no registraban la totalidad de ella. El reto de encontrar el Paso del Noroeste fue uno de los tantos proyectos que se propuso hacer. Hacia 1583-4 presentó un proyecto para realizar el viaje, y en 1585 ya estaba preparando la salida.
El propósito inicial era explorar West England y la Isla de Baffin, regiones que otro inglés, Martin Frobisher, había explorado apenas diez años atrás y que había marcado un importante avance en la exploración de la región (con todo y los errores e imprecisiones que cometió) aunque faltaba todavía mucho para concretar el paso hacia el Pacífico. Logró preparar dos barcos, el Mooneshine y el Sunneshine.
Partió de Dartmouth siguiendo la ruta que los antiguos navegantes siguieron hacia Groenlandia; costeó el cabo Farewell al extremo sur y siguió hacia el norte por la costa occidental de Groenlandia, hasta llegar a un punto en que decidió alejarse de la costa e ir hacia el oeste, creyendo que ya había encontrado el camino libre a China. Las violentas tormentas obligaron a la expedición a regresar, no sin antes haber descubierto el Estrecho de Cumberland, en la isla de Baffin, del que pensó era el camino directo a China, del mismo modo en que lo había hecho Frobisher con su llamado Estrecho de Frobisher, el cual resultó ser una bahía.
Regresó a Londres y preparó un nuevo viaje al año siguiente, siguiendo la misma anterior con el objetivo de ampliar el recorrido. Su tercer viaje a esta gélida región lo realizó en 1589, en la pequeña nave, Ellen. Partió de Londres y decidió ir más hacia el norte de lo que antes había recorrido, hasta la Bahía de Baffin, y fue entonces que al mar entre Groenlandia y la enorme isla de Baffin, lo bautizó como Estrecho de Davis, pues fue el primero en navegar el corazón de éste. Llegó hasta la isla de Disko y entró en contacto con los esquimales, de quienes hizo una interesante descripción de sus costumbres, vestimenta y demás. Continuó hacia el norte hasta más allá de Upernavik, a los 72° de latitud norte.
El panorama se le complicaba y la vía para llegar al Pacífico no aparecía por ningún lado. Viró hacia el oeste y volvió a recorrer la costa oriental de Baffin regresando hacia el sur; llegó hasta la península de Labrador, en Canadá, y bautizó el cabo Chidley. Desde este punto hacia el sur, era ya tierra firme continental, por lo que parecía esfumarse la esperanza de encontrar el Paso del Noroeste. Regresó a Inglaterra en septiembre de ese 1589 y nuevos planes empezó a gestar en su cabeza, como luchar en defensa del imperio inglés contra el español.
Después de haber navegado el norte oceánico, los nuevos proyectos lo llevaron hacia el sur en busca del Estrecho de Magallanes, y en ese intento descubrió las Islas Falkland (Malvinas), frente a las costas argentinas, las cuales llegaron a ser un punto estratégico para los navíos ingleses.
Después se dirigió hacia las Indias Orientales, donde fue muerto por piratas japoneses en 1605. El mundo marítimo fue pequeño para Davis, conoció cada rincón de sus aguas, tanto como para haber escrito una obra titulada “El secreto del hombre de mar” (The seaman´s secret), en 1594; y al año siguiente escribió “Descripción hidrográfica del mundo”, donde explicó todo el problema del Paso del Norte, el que no pudo encontrar.
Cristóbal Durán
ollin5@hotmail.com
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