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Jalpa, bizarro poblado cuyo nombre significa 'el arenal'
Enseguida de Juchipila, pasamos por Mezquitera Sur y luego una danza de enormes arcos nos detuvo, era “La Purísima”. A la diestra de la carretera miramos una finca, con ancha escalera, aledaña a tres palmeras, sube a su amplio portal, delimitado por altas columnas cuadradas. Entre ventanas verticales con forja, una puerta de dos hojas abre al interior. Del lado opuesto, y cuesta abajo, vimos la capilla, con una preciosa espadaña de un vano arqueado, rematado con un vano triangular y arriba una cruz con volutas a los costados. Al Norte, un atractivo portal de gruesas columnas y arcos toscanos en medio punto. Después del casco viejo, observamos los enormes arcos en medio punto y desnudos, reforzados por contrafuertes y entre ellos puertas y ventanas, en el segundo nivel, dos ventanas. Los arcos soportaban la techumbre del ingenio, de ladrillo cuadrado y de buen tamaño, ladrillos que reposaron sobre cimbra, tres arcos sostienen dos columnas cada uno. A un costado de la nave luce con donaire un tiro, alto y de dos cuerpos, el primero de planta cuadrada y el segundo, circular. Nicolás me llamó para contemplar un hermoso canario que cantaba en un arbusto. A corta distancia apreciamos un bonito marco de cantera, correspondiente a una puerta, en arco escarzano y moldura de media caña. En su lado izquierdo, dos exquisitas ventanas verticales, espigadas y con forja. Del otro lado, un letrero anuncia: “HOTEL HACIENDA LA LABOR”.
Pasando La Cerillera, entramos a Jalpa, recorrimos su plaza, con cautivadores jardines, sombreados por palmeras y ficus. Al centro un elegante kiosco de cantera blanca y de dos pisos, de planta octagonal y con un vano por cara, rematado por un arco trilobulado, embellecido por dos columnas salientes, en cada esquina, estriadas y con capiteles corintios, cubierto en cúpula de ocho gajos y almena en su cresta. La puerta de la esquina de Arechiga y Obregón nos giñó el ojo, de dos vanos ligeramente arqueados, con clave saliente, abrazados por un arco escarzano, con volutas y dentado, al centro sale un maravilloso león, con mirada fija y orejas paradas. Arco enmarcado por medias columnas dóricas, el friso con tres redondeles y cornisa dentada. A unos pasos admiramos el templo de Santo Santiago, enriquecido por elementos estípites, la puerta en arco de medio punto con capiteles dóricos, enmarcada por medias columnas estriadas y dóricas, en el friso, un entramado vegetal con Santo Santiago al centro. Sobre la cornisa, la ventana coral, vertical y embellecida por un nicho con santo por costado y por un elaborado remate estípite, con expresivas caras. Por remate una cruz en relieve, con costados curvos. Del lado izquierdo se levantó el campanario, de planta cuadrada y de dos cuerpos, con un vano arqueado por cara, el primer cuerpo de menor altura, algo peculiar, y engrosado por canteras estriadas, abajo, dos ventanas con vistosos marcos. Del lado derecho se adoso un reloj, coronado por una espadaña de tres vanos. La planta del interior, en cruz latina con cúpula en su cruce. En el altar estaba el Santo Patrono, que en 1822, fue alcanzado por un incendio, posteriormente, se puso un Cristo, el Señor de Jalpa, actual patrono.
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