Suplementos
Vacacionar en el Parque Agua Azul
El hoy Centro de Cultura Ambiental ha sido un espacio de recreación para los tapatíos durante más de un siglo
GUADALAJARA, JALISCO (30/DIC/2012).- Como un oasis en medio de la extensa mancha urbana, el Parque Agua Azul mantiene sus puertas abiertas a locales y extranjeros; a quienes quieren respirar un aire más fresco en estos días de contaminación y a los que buscan un espacio de tranquilidad o de recreación en esta temporada vacacional.
Conforme el visitante atraviesa la entrada y se va adentrando en las 16 hectáreas del terreno, se esfuma casi por completo el incesante ruido de autos y camiones que avanzan presurosos por la Calzada Independencia, la Avenida González Gallo y la Calzada de las Palmas, las tres calles que rodean a este parque de forma triangular. El barullo del tráfico vehicular es reemplazado por los sonidos de los regadores y las limpiadoras de hojas secas, y por el canto de los distintos tipos de aves que ahí habitan.
Los jardines húmedos y la abundante vegetación –donde destacan árboles como los eucaliptos, fresnos, jacaranadas, tabachines, ceibas, ficus y parotas– contribuyen a crear un microclima más fresco, del que se despide un olor a tierra mojada. En el espacio verde reina la tranquilidad durante las mañanas de los días entre semana, pues se observan apenas algunas parejas y unas cuantas familias con niños que prueban aquí sus juguetes nuevos.
No faltan en el Agua Azul los adornos de la temporada decembrina, como las numerosas nochebuenas que imprimen su toque rojo en jardineras y pasillos; las estatuas de algodón que hacen las veces de muñecos de nieve; y un Nacimiento a escala humana hecho de papel maché y material reciclado que se exhibe en el Partenón.
Siguiendo los principios ecológicos que rigen a este parque, se observa también –cerca de la entrada de la Calzada Independencia– un árbol navideño construido a base de hojas secas, que es además una invitación para que la gente participe en la Tercera Campaña de Reciclaje de arbolitos de Navidad, iniciativa de la que forma parte el Agua Azul.
La historia de un parque
El Agua Azul no fue siempre un Centro de Cultura Ambiental, como se define actualmente uno de los parques más emblemáticos de Guadalajara. Su historia se remonta a la última década del siglo XIX, cuando el gobierno de Jalisco compró la finca y los baños Agua Azul a un particular, y convocó a un concurso para presentar los proyectos de la primera construcción. Desde entonces fue un espacio de recreación para las familias tapatías que acudían a pasear a pie, en caballo o en una pequeña embarcación por la represa.
Cuando José Guadalupe Zuno se convirtió en gobernador del estado (1923-1926), el lugar se convirtió en parque Zoológico. Y años después, durante la gestión de Jesús González Gallo (1947-1953), se mutiló una parte para construir la carretera a Chapala en la avenida que hoy lleva el nombre del entonces gobernador. Sobre ésta fue construido un puente que aún hoy conecta la parte principal del parque con la unidad deportiva.
De 1965 a 1983 estas instalaciones acogieron las Fiestas de Octubre de Guadalajara, en el 84 se trasladaron al Auditorio Benito Juárez.
Después de ser remodelado por el arquitecto Eduardo Ibáñez, el 14 de febrero de 1992 –por motivo de los festejos conmemorativos del 450 aniversario de Guadalajara— el parque fue reabierto como un Centro de Cultura Ambiental, donde se incluyeron las áreas de investigación y exhibición –el mariposario, el aviario y el orquidiario– que hoy siguen siendo los principales atractivos.
Especies en observación
La primera de las grandes estructuras metálicas que está al entrar por la puerta principal del parque, es el mariposario, en cuyo espacio esférico conviven hasta 14 especies de mariposas que varían de acuerdo a la estación y el periodo biológico, con árboles frutales y una diversidad de plantas. El visitante puede caminar en el interior de la esfera –donde se mantienen las condiciones climáticas naturales– para contemplar los colores y formas de los ejemplares que ahí habitan.
Otro centro de observación e investigación es el aviario, que cuenta con una población de 250 aves de 53 especies, tales como cardenales, azulejos, guacamayas o faisanes.
Y finalmente está el orquidiario de forma piramidal, donde se exhiben algunas de entre las miles de especies que conforman la familia Orchidaceae. Es preferible visitar esta zona en marzo y octubre, ya que entonces la floración es más abundante.
TOMA NOTA
Vísitalo
- Por primera vez, después de 20 años, el parque estuvo abierto el pasado 25 de diciembre, y estará también al servicio del público el 1° de enero.
- Calzada Independencia Sur 973 / Martes a domingo, de 10:00 a 18:30 horas / Niños $3.50 y adultos $5.50 / Teléfonos: 36190328 / 32 / 40
Conforme el visitante atraviesa la entrada y se va adentrando en las 16 hectáreas del terreno, se esfuma casi por completo el incesante ruido de autos y camiones que avanzan presurosos por la Calzada Independencia, la Avenida González Gallo y la Calzada de las Palmas, las tres calles que rodean a este parque de forma triangular. El barullo del tráfico vehicular es reemplazado por los sonidos de los regadores y las limpiadoras de hojas secas, y por el canto de los distintos tipos de aves que ahí habitan.
Los jardines húmedos y la abundante vegetación –donde destacan árboles como los eucaliptos, fresnos, jacaranadas, tabachines, ceibas, ficus y parotas– contribuyen a crear un microclima más fresco, del que se despide un olor a tierra mojada. En el espacio verde reina la tranquilidad durante las mañanas de los días entre semana, pues se observan apenas algunas parejas y unas cuantas familias con niños que prueban aquí sus juguetes nuevos.
No faltan en el Agua Azul los adornos de la temporada decembrina, como las numerosas nochebuenas que imprimen su toque rojo en jardineras y pasillos; las estatuas de algodón que hacen las veces de muñecos de nieve; y un Nacimiento a escala humana hecho de papel maché y material reciclado que se exhibe en el Partenón.
Siguiendo los principios ecológicos que rigen a este parque, se observa también –cerca de la entrada de la Calzada Independencia– un árbol navideño construido a base de hojas secas, que es además una invitación para que la gente participe en la Tercera Campaña de Reciclaje de arbolitos de Navidad, iniciativa de la que forma parte el Agua Azul.
La historia de un parque
El Agua Azul no fue siempre un Centro de Cultura Ambiental, como se define actualmente uno de los parques más emblemáticos de Guadalajara. Su historia se remonta a la última década del siglo XIX, cuando el gobierno de Jalisco compró la finca y los baños Agua Azul a un particular, y convocó a un concurso para presentar los proyectos de la primera construcción. Desde entonces fue un espacio de recreación para las familias tapatías que acudían a pasear a pie, en caballo o en una pequeña embarcación por la represa.
Cuando José Guadalupe Zuno se convirtió en gobernador del estado (1923-1926), el lugar se convirtió en parque Zoológico. Y años después, durante la gestión de Jesús González Gallo (1947-1953), se mutiló una parte para construir la carretera a Chapala en la avenida que hoy lleva el nombre del entonces gobernador. Sobre ésta fue construido un puente que aún hoy conecta la parte principal del parque con la unidad deportiva.
De 1965 a 1983 estas instalaciones acogieron las Fiestas de Octubre de Guadalajara, en el 84 se trasladaron al Auditorio Benito Juárez.
Después de ser remodelado por el arquitecto Eduardo Ibáñez, el 14 de febrero de 1992 –por motivo de los festejos conmemorativos del 450 aniversario de Guadalajara— el parque fue reabierto como un Centro de Cultura Ambiental, donde se incluyeron las áreas de investigación y exhibición –el mariposario, el aviario y el orquidiario– que hoy siguen siendo los principales atractivos.
Especies en observación
La primera de las grandes estructuras metálicas que está al entrar por la puerta principal del parque, es el mariposario, en cuyo espacio esférico conviven hasta 14 especies de mariposas que varían de acuerdo a la estación y el periodo biológico, con árboles frutales y una diversidad de plantas. El visitante puede caminar en el interior de la esfera –donde se mantienen las condiciones climáticas naturales– para contemplar los colores y formas de los ejemplares que ahí habitan.
Otro centro de observación e investigación es el aviario, que cuenta con una población de 250 aves de 53 especies, tales como cardenales, azulejos, guacamayas o faisanes.
Y finalmente está el orquidiario de forma piramidal, donde se exhiben algunas de entre las miles de especies que conforman la familia Orchidaceae. Es preferible visitar esta zona en marzo y octubre, ya que entonces la floración es más abundante.
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- Por primera vez, después de 20 años, el parque estuvo abierto el pasado 25 de diciembre, y estará también al servicio del público el 1° de enero.
- Calzada Independencia Sur 973 / Martes a domingo, de 10:00 a 18:30 horas / Niños $3.50 y adultos $5.50 / Teléfonos: 36190328 / 32 / 40
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