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Uno de cada cuatro adultos padece un trastorno mental
Sólo uno de cada cinco personas recibe la atención adecuada
En un comunicado, la miembro del Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente Muñiz", señaló que en casos como el de la esquizofrenia, la esperanza de vida se reduce hasta en 10 años, por lo que es necesario estrategias para atender estos trastornos.
La especialista indicó que a pesar de los avances científicos en el desarrollo de medidas para identificar y tratar de manera oportuna los problemas de salud mental, solo uno de cada cinco personas recibe atención.
Mencionó que los trastornos mentales son considerados un problema de salud pública, por lo que es urgente desarrollar instrumentos para la detección oportuna de los problemas más frecuentes en escenarios de atención saturados.
Robles García señaló que es necesario guías de manejo basadas en evidencia científica, como la Guía de Intervención mhGAP para los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias en el nivel de atención de la salud no especializada de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En cuanto a la adaptación de diferentes escalas y clasificaciones para el estudio de las enfermedades mentales, la investigadora detalló que se requiere como primer paso entender la relación de la cultura y del ambiente en la manifestación de los síntomas de los trastornos mentales en una población determinada.
La especialista expuso que no se trata solo de traducir de un idioma a otro, sino modificar la forma en que se abordan uno o varios de sus componentes, al tiempo que se respeta o conserva la esencia de la escala o clasificación.
La terapeuta refirió que la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE) es un catálogo de la OMS que sirve como método de registro y monitoreo de las epidemias y amenazas a la salud de sus 194 países miembros.
En este sentido, la investigadora consideró que el área de la salud mental está plagada de creencias personales que pueden derivar en recomendaciones sin beneficio. Pero también en prejuicios e intervenciones dañinas, contrarias al objetivo de bienestar y desarrollo humano que comparten quienes se especializan en la salud mental.
Por lo que la alfabetización en salud mental, que se refiere al nivel de conocimiento y a las creencias de los trastornos mentales que hacen posible su reconocimiento y prevención, puede ser considerada como una de las estrategias para disminuir el estigma y la brecha de atención, aseguró la especialista.
"Si la población general y los profesionales de la salud cuentan con los conocimientos básicos sobre los síntomas y tratamientos efectivos de los problemas de salud mental, estarán en posibilidades de entenderlos como condiciones de salud que requieren de atención especializada, y no como castigos o asuntos que se pueden resolver con la voluntad", subrayó.
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