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Una ciudad saludable requiere más espacios públicos: experta
Señalan que la falta de seguridad vial puede generar deterioros en la salud
Ciudad de México sea una urbe saludable y amigable, es necesario acelerar la transformación de los espacios públicos, opina Perla Castañeda Archundia, estudiante de la Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Considera que hoy en día la Ciudad de México no es un espacio público saludable porque su infraestructura peatonal es deficiente e insegura.
La licenciada en Promoción de la Salud dijo que la calificación para la capital del país es reprobatoria porque pocas delegaciones ofrecen ventajas en la calidad de las banquetas y realizan obras de rehabilitación con intervención discrecional, no cumplen con la normatividad respectiva.
En un comunicado, abundó que ello genera deterioro de la salud en el espacio público e incluso falta de seguridad vial; esta situación configura ya un problema de alcance global, de acuerdo con informes según los cuales las aceras inadecuadas han creado un dilema casi universal.
Castañeda Archundia resaltó que las instancias de gobierno correspondientes ofrecen atención insuficiente a las necesidades de los peatones, convertidos en usuarios vulnerables que afrontan riesgos de discapacidad, lesión y aun muerte al cruzar las calles, como reveló el documento sobre la situación de la Seguridad Vial de la Organización Mundial de la Salud 2009.
En la actualidad "una buena obra pública es excepción, no norma" y se ignora si las constructoras que realizan las obras públicas peatonales ajustan sus criterios de intervención respecto de la política vigente o las realizan sin seguir alguna directriz.
Indicó que "el concepto de salud no se origina ni es exclusivo de la medicina; su promoción en el espacio público significa ejercer el derecho a la salud en la movilidad peatonal: caminar con seguridad y satisfacción, así como accionar la movilidad institucional de los diversos entes públicos responsables".
El espacio saludable involucra al ciudadano que desea cambiar su entorno para dotar a la comunidad, barrio o colonia de banquetas seguras para un uso social.
En la ''Semana de movilidad urbana. Seminario internacional: Los espacios del caminar en la ciudad de México'', presentó la ponencia La caracterización del espacio público saludable en la Ciudad de México.
Documentos, leyes, programas, diagnósticos e informes manuales determinan que las obligaciones de dotar a los ciudadanos de espacios dignos, seguros y satisfactorios para el caminar recaen en los actores de gobierno quienes, lamentablemente, desconocen cómo desarrollar obras públicas de calidad.
Consideró que la promoción de la salud parte de la construcción de banquetas que se correspondan con la normatividad; para ello resulta importante la gestión urbana que involucre a la persona que desea cambiar su entorno y a los órganos de gobierno.
Para crear una ciudad saludable "es necesario cumplir la normatividad; identificar aquellas que se cumplen y las que no; conocer los materiales que se utilizan en la construcción y los costos de las obras calificadas como saludables a fin de evitar el dispendio de recursos públicos".
La Ciudad de México está lejos de integrarse entre las denominadas urbes amigables, como propone el programa general de desarrollo del gobierno capitalino para el periodo 2013-2018, así como de pertenecer a la red mundial de metrópolis y comunidades adaptadas a las personas mayores.
Para lograrlo es necesario acelerar la transformación de los espacios públicos y tener referencias de ciudades amigables, pues es mínimo el número de banquetas que puede ser transitable por este sector de la población sin estar en situación de algún tipo de riesgo. "Pero la certificación no debe desarrollarla la autoridad, porque pueden elaborarla a modo", recomendó.
CIUDAD DE MÉXICO (30/ABR/2016).- Para lograr que la
Considera que hoy en día la Ciudad de México no es un espacio público saludable porque su infraestructura peatonal es deficiente e insegura.
La licenciada en Promoción de la Salud dijo que la calificación para la capital del país es reprobatoria porque pocas delegaciones ofrecen ventajas en la calidad de las banquetas y realizan obras de rehabilitación con intervención discrecional, no cumplen con la normatividad respectiva.
En un comunicado, abundó que ello genera deterioro de la salud en el espacio público e incluso falta de seguridad vial; esta situación configura ya un problema de alcance global, de acuerdo con informes según los cuales las aceras inadecuadas han creado un dilema casi universal.
Castañeda Archundia resaltó que las instancias de gobierno correspondientes ofrecen atención insuficiente a las necesidades de los peatones, convertidos en usuarios vulnerables que afrontan riesgos de discapacidad, lesión y aun muerte al cruzar las calles, como reveló el documento sobre la situación de la Seguridad Vial de la Organización Mundial de la Salud 2009.
En la actualidad "una buena obra pública es excepción, no norma" y se ignora si las constructoras que realizan las obras públicas peatonales ajustan sus criterios de intervención respecto de la política vigente o las realizan sin seguir alguna directriz.
Indicó que "el concepto de salud no se origina ni es exclusivo de la medicina; su promoción en el espacio público significa ejercer el derecho a la salud en la movilidad peatonal: caminar con seguridad y satisfacción, así como accionar la movilidad institucional de los diversos entes públicos responsables".
El espacio saludable involucra al ciudadano que desea cambiar su entorno para dotar a la comunidad, barrio o colonia de banquetas seguras para un uso social.
En la ''Semana de movilidad urbana. Seminario internacional: Los espacios del caminar en la ciudad de México'', presentó la ponencia La caracterización del espacio público saludable en la Ciudad de México.
Documentos, leyes, programas, diagnósticos e informes manuales determinan que las obligaciones de dotar a los ciudadanos de espacios dignos, seguros y satisfactorios para el caminar recaen en los actores de gobierno quienes, lamentablemente, desconocen cómo desarrollar obras públicas de calidad.
Consideró que la promoción de la salud parte de la construcción de banquetas que se correspondan con la normatividad; para ello resulta importante la gestión urbana que involucre a la persona que desea cambiar su entorno y a los órganos de gobierno.
Para crear una ciudad saludable "es necesario cumplir la normatividad; identificar aquellas que se cumplen y las que no; conocer los materiales que se utilizan en la construcción y los costos de las obras calificadas como saludables a fin de evitar el dispendio de recursos públicos".
La Ciudad de México está lejos de integrarse entre las denominadas urbes amigables, como propone el programa general de desarrollo del gobierno capitalino para el periodo 2013-2018, así como de pertenecer a la red mundial de metrópolis y comunidades adaptadas a las personas mayores.
Para lograrlo es necesario acelerar la transformación de los espacios públicos y tener referencias de ciudades amigables, pues es mínimo el número de banquetas que puede ser transitable por este sector de la población sin estar en situación de algún tipo de riesgo. "Pero la certificación no debe desarrollarla la autoridad, porque pueden elaborarla a modo", recomendó.
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