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Un paseo nocturno en Guadalajara

Cada sábado la Avenida Chapultepec viste su camellón con cultura y arte, una ocpión de recreo para propios y extraños de esta ciudad

GUADALAJARA, JALISCO (14/AGO/2010).-Transitar por la Avenida Chapultepec siempre ha sido un placer. Se trata probablemente de la mejor arteria vial de la ciudad, enclavada en la llamada Zona Rosa de Guadalajara.

El camellón, rehabilitado en fechas recientes, ofrece la posibilidad de caminar con tranquilidad o echarse en una de las bancas para ver la vida pasar, con un poco de contaminación, sí, pero eso no le ha quitado aún el gozo al disfrutar de esta zona.

Fue hace casi seis años (en diciembre de 2004) cuando se pensó en darle vida nueva al lugar, con la instalación -por así decirlo- de un corredor cultural en el que se involucraron diversas manifestaciones  artísticas: música, danza, teatro, con escenarios en diversos puntos de la inmensa avenida; y un espacio para una especie de “mercado del arte”, en el que se asentaron varios libreros, creadores visuales e incluso uno que otro artesano.

En aquellos años, cuando Santiago Baeza era director de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara (hoy esa área se conoce como Secretaría de Cultura, aunque muchos años atras fue la Oficilía Mayor de Cultura), el camellón crecía apropiándose de algunos cruces viales, es decir, sólo se podía circular en automóvil por Vallarta, La Paz, López Cotilla, México y Niños Héroes, mientras que el resto de las calles se cerraba a la circulación, permitiendo el libre tránsito de los peatones. Incluso hubo algunas ocasiones en que la circulación se cerró del todo.

En ese tiempo se sentía bien ser peatón como Jaime Sabines. Se armaban los grupos de amigos y había oportunidad de deambular de un lado a otro casi sin preocupación de que un automovilista lo atropellara, “casi”, porque nadie está a salvo.

Se definían fragmentos de tiempo para escuchar a las bandas de blues, jazz, rock, cumbias, electrónica; se realizaban pequeñas paradas para ver el espectáculo teatral o dancístico de tal o cual grupo; sla mirada se entretenía en los puestos de libros, cuadros y esculturas, o chucherías de toda clase; había una atmósfera de “buenaondez” por doquier.

Los asiduos al Paseo Chapultepec lo disfrutaban al máximo (al principio, incluso podían consumirse bebidas alcohólicas); los vendedores hacían su agosto -como se dice por a'i-; los artistas encontraban pequeños coleccionistas para sus obras; mientras los músicos, teatristas y bailarines esperaban que su pago sí saliera para la próxima semana, pues desde hace tres les daban largas para liquidar sus cuentas.
Poco a poco, por razones obvias, el corredor cultural comenzó a irse en pique; aunque los puestos comerciales continuaban instalándose, los grupos artísticos ya dudaban en ser parte de la fiesta, por las deudas pendientes con el Ayuntamiento.

En 2006 la ex Dirección de Cultura se desentendió del evento; comenzaron las prohibiciones a los vendedores para instalarse en el camellón de Chapultepec, fueron relegados a un fragmento de éste, ubicado entre Washington y Niños Héroes, y después incluso les arrebataron la posibilidad de establecerse ahí, donde ya nadie quería ir.

Sin embargo, fueron ellos quienes se empecinaron en continuar la tradición; se unieron como organización civil y pasó lo que ha sucedido en muchas otras áreas del arte: la sociedad tomó el toro por los cuernos y buscó la forma de continuar promoviendo la cultura en la ciudad.

Al cabo de un tiempo, se les concedió la oportunidad de continuar con la tradición, y aunque el Paseo Chapultepec ya no tiene las dimensiones que tenía años atrás, ni la diversidad de actividades, todavía es un imán para la gente, jóvenes quizá de otras generaciones que entretienen su mirada en los puestos de los libreros, entre Lerdo de Tejada y La Paz; los pintores, entre Montenegro y Guadalupe Zuno; y los artesanos, entre Zuno y Lerdo de Tejada.

La música de vez en cuando se estaciona en el lugar, casi a nivel del suelo, con grupos de blues, jazz y rock, compartiendo sus ritmos no sólo con los transeúntes, sino con los automovilistas que se cruzan por Avenida La Paz.

Luego de un sexenio, Paseo Chapultepec continúa, fortaleciéndose como una tradición; como lugar de tránsito para comenzar la fiesta nocturna, en el caso de los jóvenes; la oportunidad para llevar a los pequeños para que empiecen a conectarse con la cultura; o la opción para quiees habitan en la zona y desean pasar el tiempo en un espacio que cada vez está más vivo.


LO QUE PUEDES ENCONTRAR


• Arte en semilla y piel: trabajo artesanal en joyeríam accesorios, bolsas y artículos de piel.
• Cristal desodorante Sac Tuun: sulfato mineral natural, sin alcohol, perfumes o químicos, que elimina el mal olor.
• Piedras y libretas: rocas talladas con mensajes especiales, libretas hechas a mano, con materiales reciclados y naturales
• Diversidad en libreras: diferentes editoriales independientes de la ciudad, aprovechan el espacio para ofrecer sus ediciones; mientras que otros pequeños libreros acuden al lugar para ofrecer a los paseantes libros usados y nuevos, bestsellers o lo que necesites.
• Accesorios de decoración: lámparas, pequeñas maletas, estuches o cualquier otro objeto para darle nueva vida a tu espacio.
• Arte para todos los gustos: pinturas, fotografías y esculturas se encuentran en el camellón a disposición de los paseantes, para llernarles el ojo con una emoción que puede permanecer por siempre.

Navega: www.paseo-chapultepec.com
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