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Un oficio que termina en casa

El cartero conserva su esencia, pese a la evolución de las tecnologías

GUADALAJARA, JALISCO (13/NOV/2010).-  La aventura comenzó así, con una bicicleta rodado 28, dos alforjas de cuero rellenas de cartas y un gran entusiasmo por emprender la primera ruta. Con el paso de los años y la llegada de la tecnología, muchos de los oficios de antaño han sufrido transformaciones, otros simplemente han desaparecido. El de cartero es uno de los pocos que conserva su esencia: servir a la ciudadanía y ser el canal de infinidad de mensajes hacia las personas.

Gabriel Esquivel es cartero desde los 16 años de edad y tiene una trayectoria de dos décadas en el Servicio Postal Mexicano; le antecede una dinastía de carteros, entre primos, tíos y papás. “Comencé con este oficio en  1990, con una bicicleta rodado 28 tipo turismo; por descendencia vengo de una familia postal. Mi labor consiste específicamente en hacer llegar la correspondencia a los ciudadanos, lo cual lo hago con mucho cariño y dedicación”, comenta.

Sin duda, la revolución de los medios masivos de comunicación, los increíbles avances de la ciencia y el correo electrónico, han sido factores fundamentales en la disminución de esta actividad. “El envío de cartas personales ha bajado bastante, tal vez en 90% en relación a la década en que yo entré a trabajar. Ahora las personas prefieren mandar un simple mensaje de texto y listo, quizá no porque se haya perdido el amor al correo, pero sí por comodidad”.

El oficio es noble, pero… ¿Es redituable moralmente para quien lo desempeña? Asegura Gabriel que para él “lo más satisfactorio es el reconocimiento de la gente; escuchar que las personas te dicen ‘gracias’ o que ya te conocen y tú los conoces a ellos, eso es muy redituable, además de saber que se está sirviendo a la ciudadanía”.

Evolución

Como todo oficio de antaño, los cambios se hacen presentes para transformarlo en un empleo más fácil y eficaz. Puede sonar coherente que el envío de cartas personales haya disminuido por la revolución de la telefonía y las redes cibernéticas, pero si se hace una retrospectiva con lo que años atrás fue el oficio de un cartero, quizá la pregunta que vendrá a la mente es ¿y la bicicleta? Gabriel comenzó así; hoy, su motocicleta es su principal herramienta de trabajo; las cartas ya no llevan el mismo sentido, hoy en día, asegura Gabriel, “es más correspondencia de tipo comercial o estados de cuenta, recibos telefónicos, entre otros”.

''Mi oficio me gusta mucho, me da muchas satisfacciones y creo que seguiré para siempre aquí, porque hago lo que desde chico quise hacer ''
Gabriel Esquivel, cartero del Servicio Postal Mexicano.

El dato

Un cartero reparte alrededor de 400 cartas diarias en su área, aunque si llega materia postal de Teléfonos de México, pueden oscilar entre las dos mil y dos mil 500 piezas.
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