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Un frío regalo para ''Guanatos''
Los tapatíos celebran el aniversario número 469 de la fundación de Guadalajara
GUADALAJARA, JALISCO (16/FEB/2011).- Frente al Instituto Cultural Cabañas, se extiende una gran placa blanca de hielo desde el 9 de febrero y hasta el 9 de marzo. Tapatíos y turistas se amontonan curiosos, como ante un espectáculo que está por comenzar. Una mujer en silla de ruedas ha asistido con su familia y observan desde la barrera, muy atentos.
Paciencia es de lo que se tiene que armar uno al formarse, ya que durante el fin de semana la espera es de al menos tres horas para disfrutar la pista de hielo. La fila se hace más corta al pasar las horas y el pánico escénico invade a los novatos en el hielo ya que las caídas, los choques y cualquier desventura de los participantes es disfrutada al máximo por la multitud que se reúne alrededor de la pista.
Los niños superan el miedo de hacer el ridículo al caerse, y son los que sacan mayor jugo a la experiencia. Algunos, más atrevidos, atraviesan el espacio con pasos gráciles, mientras que los menos experimentados se divierten intentando ponerse de pie mientras se apoyan en las paredes.
¿Cuánto esperaste? Gritó un hombre canoso desde el otro lado de la valla metálica -3 horas- recibió como respuesta- Y con ojos abiertos como platos y una gran sonrisa volvió a cuestionar ¿Y vale la pena? Si, la verdad sí. -Le respondieron con una sonrisa aún más amplia.
Hay quienes en vez de patinar se dedicaron de plano a conocer el hielo ya que sus piernas no les daban para más. Otros, se negaron a soltar el barandal, dejando el centro de la pista libre para los que ya agarraron colmillo.
Un compañero es importante como apoyo físico (y moral para los reservados) para dar los primeros pasos en el hielo; sin embargo el personal de la pista esta siempre presto a dar ayuda a quien lo requiera.
Los que abandonan el espacio lo hacen con una gran sonrisa y con un pensamiento: Quiero hacerlo ¡Otra vez! De este modo, los tapatíos celebran el aniversario número 469 de la fundación de Guadalajara.
Paciencia es de lo que se tiene que armar uno al formarse, ya que durante el fin de semana la espera es de al menos tres horas para disfrutar la pista de hielo. La fila se hace más corta al pasar las horas y el pánico escénico invade a los novatos en el hielo ya que las caídas, los choques y cualquier desventura de los participantes es disfrutada al máximo por la multitud que se reúne alrededor de la pista.
Los niños superan el miedo de hacer el ridículo al caerse, y son los que sacan mayor jugo a la experiencia. Algunos, más atrevidos, atraviesan el espacio con pasos gráciles, mientras que los menos experimentados se divierten intentando ponerse de pie mientras se apoyan en las paredes.
¿Cuánto esperaste? Gritó un hombre canoso desde el otro lado de la valla metálica -3 horas- recibió como respuesta- Y con ojos abiertos como platos y una gran sonrisa volvió a cuestionar ¿Y vale la pena? Si, la verdad sí. -Le respondieron con una sonrisa aún más amplia.
Hay quienes en vez de patinar se dedicaron de plano a conocer el hielo ya que sus piernas no les daban para más. Otros, se negaron a soltar el barandal, dejando el centro de la pista libre para los que ya agarraron colmillo.
Un compañero es importante como apoyo físico (y moral para los reservados) para dar los primeros pasos en el hielo; sin embargo el personal de la pista esta siempre presto a dar ayuda a quien lo requiera.
Los que abandonan el espacio lo hacen con una gran sonrisa y con un pensamiento: Quiero hacerlo ¡Otra vez! De este modo, los tapatíos celebran el aniversario número 469 de la fundación de Guadalajara.
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