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Teclas y melodías
''Mi historia entre tus dedos'' es una cinta con pasaporte francés donde la nostalgia es el gran motor en la trama
GUADALAJARA, JALISCO (02/FEB/2014).- ¿En verdad existieron competencias de velocidad para escribir a máquina? No lo sé, pero es solo una de las deliciosas incongruencias y exageraciones que forman Mi historia entre tus dedos, película francesa que los colegas de la sección de Cartelera de éste diario tuvieron a bien calificar con un fulminante punto negro, el cual, traducido a palabras, significa: no vale la pena. Pienso que si la vieron, les incomodó la amable artificialidad del argumento, la falta de audacia del manejo narrativo, y el cremoso colorido retrógrada de la ambientación, mismos aspectos que a mí, en conjunto, me divirtieron bastante.
El director es un hombre de 42 años que hasta ahora había hecho cortometrajes y videoclips. Lo que aprendió en esos trabajos, se nota para bien, en la buena selección de canciones populares que usa de acompañamiento y en la soltura con que resuelve la escenificación de las distintas etapas del concurso de mecanógrafas, a base de combinar de modo diferente en cada una de ellas el ritmo de las imágenes, el sentido de la acción, y el valor emocional del sonido. Como es de esperar, esa técnica recurre durante el duelo final al uso de la cámara lenta para dilatar el resultado y causar un grado mínimo de angustia.
En la anécdota básica se encuentra disfrazado el mito de Pigmalión, en especial, la versión que de él hiciera el dramaturgo británico George Bernard Shaw. La idea de una mujer sin distinción transformada en una dama refinada por intermediación de un educado caballero, que termina enamorado de su creación.
La película está alimentada por una nostalgia alegre y sin problemas. En la concepción visual de la época en que sucede la historia -fines de los años 50- se acopla el cine norteamericano y el francés. Por una parte flota el recuerdo de las comedias de Doris Day y Rock Hudson (Problemas de alcoba, Vuelve amor mío) con sus humorísticas rivalidades entre sexos que acaban siendo las mejores situaciones para que intervenga el amor.
Pero también hay la referencia directa a la figura de Audrey Hepburn, eminente protagonista de títulos clásicos de Hollywood entre los que destacan varias comedias románticas (La princesa que quería vivir, Sabrina, Amo París, Muñequita de lujo). Quien aparece como un ideal femenino para el personaje central, una joven, hija del tendero de un pueblito, que desea emanciparse de un futuro muy poco prometedor como esposa del hijo del mecánico del lugar.
Respecto de las películas francesas, evoca el estilo vibrante de Los paraguas de Cherburgo, con la que comparte la apariencia ampulosa de decorados lustrosos, detallistas, y de cuidada fotografía.
A diferencia de lo que se permite hacer Hollywood en el género, el realizador francés puede introducir un desnudo y una escena de cama sin mayor escándalo.
SABER MÁS
Ficha Técnica
Mi historia entre tus dedos (Populaire), Francia, 2012; Dirección: Regis Roinsard; Guión: Daniel Presley, Regis Roinsard; Actuación: Romain Duris, Deborah Francois.
El director es un hombre de 42 años que hasta ahora había hecho cortometrajes y videoclips. Lo que aprendió en esos trabajos, se nota para bien, en la buena selección de canciones populares que usa de acompañamiento y en la soltura con que resuelve la escenificación de las distintas etapas del concurso de mecanógrafas, a base de combinar de modo diferente en cada una de ellas el ritmo de las imágenes, el sentido de la acción, y el valor emocional del sonido. Como es de esperar, esa técnica recurre durante el duelo final al uso de la cámara lenta para dilatar el resultado y causar un grado mínimo de angustia.
En la anécdota básica se encuentra disfrazado el mito de Pigmalión, en especial, la versión que de él hiciera el dramaturgo británico George Bernard Shaw. La idea de una mujer sin distinción transformada en una dama refinada por intermediación de un educado caballero, que termina enamorado de su creación.
La película está alimentada por una nostalgia alegre y sin problemas. En la concepción visual de la época en que sucede la historia -fines de los años 50- se acopla el cine norteamericano y el francés. Por una parte flota el recuerdo de las comedias de Doris Day y Rock Hudson (Problemas de alcoba, Vuelve amor mío) con sus humorísticas rivalidades entre sexos que acaban siendo las mejores situaciones para que intervenga el amor.
Pero también hay la referencia directa a la figura de Audrey Hepburn, eminente protagonista de títulos clásicos de Hollywood entre los que destacan varias comedias románticas (La princesa que quería vivir, Sabrina, Amo París, Muñequita de lujo). Quien aparece como un ideal femenino para el personaje central, una joven, hija del tendero de un pueblito, que desea emanciparse de un futuro muy poco prometedor como esposa del hijo del mecánico del lugar.
Respecto de las películas francesas, evoca el estilo vibrante de Los paraguas de Cherburgo, con la que comparte la apariencia ampulosa de decorados lustrosos, detallistas, y de cuidada fotografía.
A diferencia de lo que se permite hacer Hollywood en el género, el realizador francés puede introducir un desnudo y una escena de cama sin mayor escándalo.
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Ficha Técnica
Mi historia entre tus dedos (Populaire), Francia, 2012; Dirección: Regis Roinsard; Guión: Daniel Presley, Regis Roinsard; Actuación: Romain Duris, Deborah Francois.
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