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La segunda parte de ''Los juegos del hambre'' llega a la pantalla grande
GUADALAJARA, JALISCO (24/NOV/2013).- Los juegos del hambre es una obra en tres volúmenes que se volvió éxito de ventas en el mercado editorial de los Estados Unidos. Pensada para lectores adolescentes, la trama combina una visión futurista con elementos de programas de televisión y algunos apuntes sociológicos y políticos, sobre la lucha de clases y los sistemas de gobierno.
Sin embargo, fundamentalmente se trata de una fantasía heroica que tiene un toque singular: su personaje central es una muchacha. Después de siglos de imaginar esforzados varones salvando a la humanidad, viene una mujer y rebasa con su arco y flechas, con su actitud sentimental y a la vez retadora e inteligente, a Harry Potter, anexas y conexas, en el interés del lector juvenil.
Cuando una novela se convierte en un buen negocio, el cine no tarda en tocar a la puerta. Ante una clientela numerosa (cerca de 26 millones de ejemplares vendidos) y casi siempre predispuesta a cotejar las imágenes que fabricó su cabeza, sobre la base del texto, con las que algún cineasta pone en la pantalla, en el 2012 apareció la primera adaptación correspondiente al libro uno.
Poco más de un año después tenemos la segunda que ilustra los acontecimientos del tomo titulado: En llamas. Nombre que la película justifica de modo directo mediante un bonito efecto visual que, ocasionalmente, simula que sale fuego del ropaje de la protagonista.
La nueva película enfrenta el problema típico de los episodios que constituyen la parte media de una historia, es tan sólo un puente que conecta el inicio con el final, y debe sostener y, de ser posible, hacer crecer el interés.
Los guionistas siguiendo a la autora resuelven la dificultad dando más de lo mismo. Encuentran un pretexto para repetir el asunto del juego mortal que gracias a la televisión sirve para controlar a la población. No entiendo muy bien cómo es que la repetición ayuda a dar sustancia o complejidad al relato general.
Lo que en todo caso se siente como un acierto es que la competencia tan sólo abarca unos 40 minutos de las poco más de dos horas que dura la cinta. Para cuando se llega al momento de la acción hay otros aspectos de los personajes y de la situación que lograron desarrollarse. En particular resalta el cuidadoso e interesante manejo de la relación romántica del personaje central. Los besos, las miradas, los suspiros poseen una ambivalencia que sorprende.
En comparación con la parte anterior Los juegos del hambre: en llamas resulta más densa en sus insinuaciones. Aparte de las evidentes referencias críticas al sistema de gobierno, a la organización social y al papel de los medios masivos, se nota una preocupación constante por señalar cómo la civilización actual se debate entre la realidad y el artificio.
Saber más
Ficha técnica
Los juegos del hambre: en llamas (The Hunger Games: Catching Fire), EUA, 2013.
Dirección: Francis Lawrence.
Guión: Simon Beaufoy, Michael Arndt, a partir de la novela de Suzanne Collins.
Actúan: Jennifer Lawrence, Liam Hemsworth, Woody Harrelson, Josh Hutcherson.
Sin embargo, fundamentalmente se trata de una fantasía heroica que tiene un toque singular: su personaje central es una muchacha. Después de siglos de imaginar esforzados varones salvando a la humanidad, viene una mujer y rebasa con su arco y flechas, con su actitud sentimental y a la vez retadora e inteligente, a Harry Potter, anexas y conexas, en el interés del lector juvenil.
Cuando una novela se convierte en un buen negocio, el cine no tarda en tocar a la puerta. Ante una clientela numerosa (cerca de 26 millones de ejemplares vendidos) y casi siempre predispuesta a cotejar las imágenes que fabricó su cabeza, sobre la base del texto, con las que algún cineasta pone en la pantalla, en el 2012 apareció la primera adaptación correspondiente al libro uno.
Poco más de un año después tenemos la segunda que ilustra los acontecimientos del tomo titulado: En llamas. Nombre que la película justifica de modo directo mediante un bonito efecto visual que, ocasionalmente, simula que sale fuego del ropaje de la protagonista.
La nueva película enfrenta el problema típico de los episodios que constituyen la parte media de una historia, es tan sólo un puente que conecta el inicio con el final, y debe sostener y, de ser posible, hacer crecer el interés.
Los guionistas siguiendo a la autora resuelven la dificultad dando más de lo mismo. Encuentran un pretexto para repetir el asunto del juego mortal que gracias a la televisión sirve para controlar a la población. No entiendo muy bien cómo es que la repetición ayuda a dar sustancia o complejidad al relato general.
Lo que en todo caso se siente como un acierto es que la competencia tan sólo abarca unos 40 minutos de las poco más de dos horas que dura la cinta. Para cuando se llega al momento de la acción hay otros aspectos de los personajes y de la situación que lograron desarrollarse. En particular resalta el cuidadoso e interesante manejo de la relación romántica del personaje central. Los besos, las miradas, los suspiros poseen una ambivalencia que sorprende.
En comparación con la parte anterior Los juegos del hambre: en llamas resulta más densa en sus insinuaciones. Aparte de las evidentes referencias críticas al sistema de gobierno, a la organización social y al papel de los medios masivos, se nota una preocupación constante por señalar cómo la civilización actual se debate entre la realidad y el artificio.
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Ficha técnica
Los juegos del hambre: en llamas (The Hunger Games: Catching Fire), EUA, 2013.
Dirección: Francis Lawrence.
Guión: Simon Beaufoy, Michael Arndt, a partir de la novela de Suzanne Collins.
Actúan: Jennifer Lawrence, Liam Hemsworth, Woody Harrelson, Josh Hutcherson.
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