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Singapur: Ejemplar ciudad vertical

El país asiático da una cátedra de urbanismo, sin dejar de lado el tejido social y un esmerado cuidado al medio ambiente y a la planificación de ciudades

GUADALAJARA, JALISCO (30/MAR/2014).- Volemos a través del Océano Pacífico hasta el continente asiático en donde Vietnam, Cambodia y Tailandia se desprenden hacia el Sur en una delgada península para formar Malaysia, en cuya punta se encuentra Singapur, Singapore o Singapura; un compacto conjunto de 63 islas de tan sólo 707 kilómetros cuadrados.

Esta pequeña nación situada frente a Sumatra –con el estratégico y súper transitado estrecho de Malacca de por medio– compite con Rotterdam en Holanda por ser el puerto con más movimiento en el mundo. Además, financiera y económicamente, teniendo uno de los mayores ingresos per cápita del mundo, se le considera junto con Hong Kong, Corea del Sur y Taiwan como uno de los poderosos “Tigres Asiáticos”.

Urbanísticamente -con sus más de cinco millones de habitantes- es igualmente admirada como una de las ciudades ecológicas ejemplares mejor diseñadas del mundo.

Más del 50% de su superficie esta cubierta de una  frondosa vegetación, con más de 50 parques y cuatro reservas naturales desde donde surgen  hermosos edificios de moderna arquitectura vanguardista. Los bellos edificios están estratégicamente ubicados “a tiro de piedra” y en la cercanía de los centros de trabajo, de los lugares de compras, de los lugares de culto y de los centros de diversión y esparcimiento, evitándose movimientos y tránsitos inútiles y costosos para ir de un lugar a otro.
 
Singapore está comunicada con la península de Malaysia por dos enormes puentes; y como el conjunto de islas que forman su territorio carecen por completo de agua, grandes acueductos provenientes de la misma península calman su sed con los costos económicos fácilmente entendibles. Esta valiosa agua es almacenada en formidables cisternas ocultas estratégicamente dispersas por el territorio para preveer cualquier contingencia geológica o política. ¿Impresionante? Ya lo creo. ¿Ejemplar? Sin discusión.

Y si esto no fuera de llamar la atención, deberíamos decir que su aeropuerto “Changi” es considerado como uno de los mejores y más lujosos del mundo; y su línea aérea Singapore Airlines con sus vuelos “Orchid Fligts” en los que a cada dama se le ofrece una orquídea fresca para adornarse.

Siendo primordial el buen vivir de sus habitantes, sus leyes son estrictas e inflexibles.

Pueden ir desde la pena de muerte sin averiguación alguna, hasta los azotes con varas de bambú o multas severas. En Singapore se ha preferido concentrar las actividades de sus habitantes en áreas armónicas y bien diseñadas que ofrecen en un solo lugar la satisfacción de las necesidades de sus habitantes, en lugar de  dispersar las viviendas por el territorio (como en nuestras ciudades) buscando tierras más baratas en las lejanías, con los consecuentes costos estratosféricos.

Singapore cuenta con un transporte colectivo de llamar la atención; y nadie o casi nadie utiliza algún vehículo particular.

Si alguien quiere tener un coche, debe pagar impuestos por casi una vez y media el valor del auto; y tendrá además que comprar una “tarjeta de circulación” válida por diez años que le costará el equivalente a un auto deportivo de lujo.

LO BÁSICO

Equilibrio social


La ciudad capital le da su nombre al país. Pero, ¿qué significa esta palabra? “Singapore” vendría a ser en español  “Ciudad León”.

Su símbolo es el “Merlion”, de cuerpo de león y cola de sirena. Para los visitantes, es una ciudad “ejemplo” a la que urbanísticamente todos debería emular.

Más de 10 millones de turistas visitan ese país cada año.
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