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Reputación de corticoides afecta tratamiento contra asma: especialistas
Especialistas en esta enfermedad comentan que la reputación negativa de estas hormonas aumenta el riesgo de exaltaciones
El asma es una enfermedad que inflama los bronquios, y se estima que en nuestro país la padecen hasta 10 millones de personas, principalmente menores de edad porque se presenta a una edad temprana.
En un encuentro con medios en el marco del Foro Internacional de Expertos en Asma y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica ( EPOC), explicaron que desinflamar los bronquios es todo un reto que lleva al menos tres meses, pues cuando ese órgano se atrofia es imposible ponerlo en reposo.
La tos es el primer síntoma de que la enfermedad está empeorando, pero ninguno de los enfermos consulta el primer día al médico porque se buscan remedios de automedicación o caseros.
Aunque en ocasiones se puede pensar que se trata de un resfriado, es importante mantenerse atentos si esa tos se presenta en la noche, al levantarse, al reír, al hablar, al correr y casi en cualquier actividad, porque entonces es muy probable que sea asma, alertaron.
El neumólogo del Hospital Central de las Fuerzas Armadas de Uruguay, Gustavo Rodrigo señaló que la mayoría de los pacientes de asma va a requerir, en algún momento, corticoesteroides inhalados.
Sin embargo, reconoció que la publicidad negativa hacia los corticoides genera una resistencia de los pacientes, sus familiares e incluso de algunos médicos para que estas sustancias formen parte del tratamiento, debido a los efectos secundarios.
Esto se da en contra "del buen tratamiento de la enfermedad", pero "todo tratamiento con corticoides es el medicamento esencial y siempre se va a buscar que el paciente este controlado con la dosis más baja".
Los efectos secundarios pueden ser temblores, nerviosismo, mareos, palpitaciones y aumento de la frecuencia cardiaca, pero si el asma no se controla puede afectar el desarrollo de los menores, que son la población más afectada por este mal.
Mientras que Mark Fitzgerald, director de la Estrategia Global para el Manejo y la Prevención del Asma (GINA), destacó la necesidad de educar a los pacientes y sus familiares en el uso de estas terapias, porque contribuyen a disminuir las crisis y las hospitalizaciones.
"El problema del asma es que la gente se acostumbra a vivir con ella, se vuelven menos activos en lugar de buscar las nuevas terapias que les ayuden a sentirse mejor porque hay medicamentos seguros", dijo.
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