Queta Lavat: actriz incansable
Uno de los rostros más hermosos de la época de oro del cine mexicano deja su estela y aporte a la industria en el más reciente FICG
GUADALAJARA, JALISCO (19/MAR/2017).- Ser considerada una diva del cine mexicano no es algo que preocupe a Queta Lavat. Aunque su rostro afilado la catapultó como una de las mujeres más hermosas de la época dorada de la cinematografía nacional, esta primera actriz prefiere hablar de las películas que marcaron su trayectoria y la colocaron al nivel de grandes personalidades de la industria.
Para Queta Lavat (Ciudad de México, 1929) la industria mexicana vive nuevamente una época de esplendor y sorpresas y pese a que su andar en la pantalla grande ha disminuido, su capacidad histriónica se ha mantenido activa en los dramas y comedias televisivos adoptando personajes que la divierten y le permiten disfrutar con mayor tranquilidad la adrenalina de los reflectores.
En su reciente visita al Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) Queta Lavat fue reconocida por ser una actriz incansable, por sus aportaciones a la industria desarrollando personajes que han enaltecido a la mujer en la sociedad y muestran esa faceta protectora y también liberal de las actrices dispuestas a luchar por un lugar digno en las producciones.
Este año ha significado grandes festejos para la primera actriz, pues a principios de año Queta Lavat fue homenajeada por la Cineteca Nacional con el impulso de su titular, el productor y director Alejandro Pelayo (Miroslava), quien dedicó horas de exhibición para memorar la filmografía de la intérprete que participó en películas clásicas como “Dos tipos de cuidado” junto a Pedro Infante y Jorge Negrete en 1952 dirigida y escrita por Ismael Rodríguez.
La comedia como eje
Para Queta Lavat más allá de adentrarse a personajes complejos con el drama puesto en cada palabra, la comedia ha figurado como una de sus grandes prioridades para desarrollarse como actriz, género en el que en los últimos años se ha instalado con naturaleza poniendo en práctica más de 70 años de trayectoria histriónica.
Entre sus trabajos más recientes destaca “El hotel de los secretos” junto a Carlos Rivera, melodrama de Televisa que, primero llevado a la plataforma digital Blim y después por las Estrellas en señal abierta, brindó la oportunidad a Queta de interpretar al peculiar personaje de “Nena” Limantour.
“Me gusta mucho la comedia, en la última serie que hice -‘El Hotel de los Secretos’- interpreté a una viejita encantadora, metiche y chismosa que anda en todo, ‘Nena’ Limantour, fue un papel muy agradable y lo disfruté muchísimo. En ‘Qué pobres tan ricos’ también interpreté a ‘Doña Maty’, una viejita que hace como si se le olvidara todo, que se sale por la tangente y eso hace que me guste mucho el lado cómico”.
El que Queta Lavat ahora sea buscada para interpretar a mujeres de su misma edad la han llevado a reflexionar sobre el paso del tiempo y cómo una actriz que gozó de protagonismo por su belleza y disciplina tiene que entender que los personajes juveniles y adultos han quedado en el pasado.
“Lo lindo de mi carrera es que ha sido muy pareja con mi envejecimiento. He ido haciendo personajes de distintas edades pero nunca he tenido que disfrazarme. Solo una ocasión en teatro cuando estaba muy joven me pusieron peluca blanca e interpreté a la esposa de Sigmund Freud. Mis papeles, en ese caso, siempre han sido de joven a vieja pero no de vieja a joven, eso sí no me lo perdonaría porque la edad se conoce en todo”.
Queta Lavat puntualiza que el llegar con buena actitud a la edad madura es algo esencial en los actores, pues olvidarse del ego y la vanidad son herramientas para conseguir personajes frescos que sean esenciales y complementarios para los protagonistas que, generalmente, son destinados a histriones más jóvenes.
“Envejecer siempre lo tomé con actitud, me gusta mucho mi edad y la digo sin ningún tapujo. Hay quienes dicen que es una falta de educación preguntar la edad pero yo me siento orgullosa de haber cumplido 88 años porque no me siento de esa edad, como ese concepto que tenemos de los viejitos. Yo veo a personas de noventa y tantos años como López Tarso y eso es una maravilla. Disfruto cada uno de mis papeles y de sus edades”.
Humildad ante todo
Que si las nuevas generaciones de actores tienen o no el mismo potencial y talento para consagrarse como las estrellas de la época de oro del cine en México es una cuestión a la que Queta Lavat no presta atención, por el contrario, aplaude que ahora los intérpretes tanto de radio, cine y televisión tengan escuelas profesionales en las que pueden desarrollar y describir aptitudes artísticas y mezclar habilidades como el canto, la danza y por supuesto, la actuación.
“Ahora casi todos los actores vienen de escuelas muy preparadas, ahí tienen teatro, danza, canto, actuación y salen muy preparados. A mí me aventaron a la pantalla sin saber ni para dónde voltear, fue cuestión de poco a poco irme habituando, asentando y después disfrutarlo, eso es lo más difícil y maravilloso, que disfrutes lo que estás haciendo, que realmente proyectes ese papel. Eso lo aprendí en la práctica porque yo nunca fui a una escuela de actuación”.
Sin embargo, Queta Lavat asevera la necesidad de reforzar el respeto hacia los directores y productores de cualquier tipo de proyecto, sea un breve y sencillo cortometraje hasta una producción más elaborada y polémica, al asegurar que el único consejo que puede brindar a los talentos emergentes es que se mantengan con los pies en la tierra.
“Quiero que las actrices de ahora se preparen mucho, que disfruten su trabajo pero que también respeten al director y productor, eso se perdió mucho, ese respeto a la autoridad máxima de un foro de filmación. El director es la autoridad máxima, hay que ser muy respetuosos y seguir la línea que él dice”.
Institución fílmica
Más de 160 películas y más de 40 telenovelas son algunos de los logros de Queta Lavat como actriz. Desde pequeña mostró inquietudes artísticas a través de la danza en la reconocida academia Shirley y posteriormente participando en convocatorias de actuación juvenil, logrando así debutar en la pantalla grande junto a Jorge Negrete en el filme “¡Así se quiere en Jalisco!” en 1942 con la dirección de Fernando Fuentes.
Su impulso artístico tuvo gran influencia por parte de su familia, pues sus hermanos Jorge y José Lavat, también actores, la animaron a seguir sus pasos en la actuación. A lo largo de carrera, Queta Lavat participó en rodajes importantes como “Hermelinda Linda”, “El deseo de otoño”, “El aviso inoportuno”, “Modisto de señoras” junto a Mauricio Garcés, “Menores de edad” con Pedro Infante, además de sumarse al elenco de “La tremenda corte” con Leopoldo Fernández