Suplementos
Pionero del Tec de Monterrey
Eduardo Cardoso Ayala, un profesor que deja huella en sus estudiantes
Es lingüista y en el Tec imparte la asignatura de Expresión Verbal. Tiene fama de ser de esos profesores “gachos” que no saben otra cosa más que dejar tareas para estropear el fin de semana, pero es de la idea de que jamás hay que reprobar al estudiante.
Los alumnos le hablan con respeto y acuden con devoción a sanar las dudas gramaticales y lingüísticas, e incluso, hay quienes lo han invitado a sus bodas, fiestas, posadas y funerales familiares, pues lo consideran parte de sus vidas, más allá de ser solamente un profesor. También hay quienes le han refutado, gritado con enojo, retado y dicho sus verdades en el rostro salpicado por una docena de diminutas verruguitas marrones.
De su pantalón pende un llavero del club América. Antes fue “chiva” y ahora es americanista a morir. Al menos eso dice al confesar que en alguna ocasión pensó que sería honorable morir en un estadio de futbol viendo a su equipo favorito, a Las Águilas azulcremas del balompié, alzarse con la máxima copa. Ahora cree que sería grato despedirse de este mundo en las aulas, impartiendo clase como lo hace desde 1980, año en el que se inició en la docencia.
Hace 35 años, el profesor Eduardo Cardoso formó parte del séquito académico que fundó el campus tapatío del Tec de Monterrey en Jalisco. Ahora, en el 70 aniversario de la institución regiomontana a nivel nacional, es considerado como uno de los maestros que dejaron —continúa y seguirá— marcando huella en los alumnos y egresados, de esos profesores que se recuerdan, se añoran y se presumen por siempre.
Síguenos en