Suplementos
Para recibir la “buena vibra”
En Jalisco, las zonas arqueológicas de Guachimontones e Ixtépete reciben a los visitantes para llenarse de energía
GUACHIMONTONES, JALISCO (18/MAR/2012).- Enigmáticas fuerzas cósmicas irradian una energía especial hacia todos los puntos cardinales a la espera del comienzo del equinoccio. La fragancia del copal, percusiones, cánticos, bailes y oraciones que marcan el ritmo de la tierra, rinden tributo para atraer los favores del astro Sol. Un encuentro con el pasado y vínculo con la naturaleza. Ritual religioso ancestral que festeja el cambio de estación, cuando la luz y la oscuridad se equilibran en el planeta.
Según el Instituto de Astronomía de la UNAM, este año el fenómeno arqueoastrónimo está programado para iniciar a las 17:14 horas del 20 de marzo, y aunque la fecha astronómica no coincida, el misticismo envuelve las principales zonas arqueológicas prehispánicas que esperan la llegada de miles de turistas culturales y aventureros, quienes perpetúan este legado y se reúnen el 21 de marzo para “llenarse de energía positiva” y contemplar el “espectáculo de los dioses”.
Experiencia mística en Guachimontones
La primavera llegará al antiguo centro ceremonial de Occidente con un festival (que inició ayer y concluye el miércoles) de música, danza, gastronomía, y diversas actividades culturales.
En los últimos años se ha logrado el rescate y restauración de este histórico y mágico paisaje, localizado a menos de hora y media de Guadalajara y conocido como el sitio arqueológico más importante del Estado.
El recién inaugurado Centro Interpretativo Guachimontones (CIG) “Phil Weigand”, ubicado a 500 metros de las estructuras prehispánicas, albergará la mayoría de las actividades promovidas por la Secretaría de Cultura del Estado y el Ayuntamiento de Teuchitlán, y encaminadas a transmitir la cosmovisión y ritualidad de la cultura mesoamericana.
Recorridos guiados, sin costo, por las singulares construcciones, la ceremonia del toque del caracol que anuncia la llegada de los primeros rayos del Sol por el Oriente, la procesión de permiso y agradecimiento al astro rey y la Madre Tierra, el rito de purificación del fuego y el círculo de poder como saludo a los cuatro puntos cardinales, así como las danzas colectivas alrededor de la estructura principal, “limpias” con hierbas e incienso, y meditación en las pirámides circulares, forman parte de la tradicional celebración.
Además de lo ritual, con un itinerario amplio de actividades de entretenimiento -de 9:00 a 17:00 horas-, los visitantes podrán disfrutar de tours por el museo, la verbena popular musical con grupos regionales, proyecciones de video, funciones de teatro y danzas tradicionales, así como escenificaciones del juego de pelota, juegos autóctonos, encuentros culturales con pueblos indígenas, observación astronómica y degustaciones de comida tradicional, así también, habrá corredores artesanales para adquirir cuarzos y accesorios con piedras a fin de atraer buena vibra.
Para recibir a los visitantes, se preparan zonas para acampar y la instalación de temazcales; el CIG cuenta con estacionamiento, que tiene costo de 30 pesos.
Se estima que este año participarán en la ceremonia, en los cinco días de jornada, más de 40 mil turistas.
Energía cósmica sin salir de la ciudad
Para el nacimiento oficial del nuevo Sol, los danzantes invocarán las raíces indígenas en la sangre de los espectadores en el lugar sagrado, alguna vez centro rector del Valle de Atemajac.
Reconstruidas en 1954, las ruinas del Ixtépete, en las que habitaron Tecuexes o Cocas, entre los años 450 y 900 de nuestra era, se encuentra sobre la avenida Mariano Otero, casi al cruce con Periférico, entre los límites con la sierra de La Primavera. El área de vestigios de ocupación prehispánica actualmente es de 13 hectáreas.
Se calcula que este sitio tendrá una asistencia de más de 10 mil personas que honrarán a los antiguos dioses, levantando sus manos al cielo para recibir la energía renovadora del Sol, durante la celebración espiritual del primer cenit de la estación entre el 20 y 22 de marzo.
El Ayuntamiento de Zapopan ha programado diversas actividades, de 9:00 a 18:00 horas, en las que los rituales, cantos y danzas indigenistas para festejar el primer amanecer de la primavera estarán a la orden del día, además habrá conferencias y jornadas de observación astronómica, y antes de la puesta de la estrella diurna, se realizará la ceremonia del fuego nuevo.
Para que la vibra sea buena
Para que todo salga bien, hay algunos detalles que se deben tomar en cuenta, como prever el tiempo para llegar a cada sitio, aunque sea un largo fin de semana, probablemente habrá que cuidarse del tráfico.
Indispensable llevar gorra o sombrero, ropa y zapatos cómodos, así como bloqueador solar y agua potable embotellada. No llevar alimentos, ni bebidas embriagantes.
En ambas zonas arqueológicas hay que tomar en cuenta los señalamientos de las autoridades; en ambos casos la entrada es libre.
Dado que se trata de áreas de protección, eviten tirar basura y hacer fogatas.
En el caso de Guachimontones, el uso de cámaras profesionales de fotografía y video, requiere el trámite de un permiso en la Casa de la Cultura de Teuchitlán.
TOMA NOTA
Hacia Guachimontones
Tomar la carretera hacia Tala, vuelta a la derecha en el letrero que dice a Etzatlán y Ahualulco del Mercado; a 12 kilómetros se encuentra Teuchitlán. La zona arqueológica está del otro lado de la cabecera municipal.
Según el Instituto de Astronomía de la UNAM, este año el fenómeno arqueoastrónimo está programado para iniciar a las 17:14 horas del 20 de marzo, y aunque la fecha astronómica no coincida, el misticismo envuelve las principales zonas arqueológicas prehispánicas que esperan la llegada de miles de turistas culturales y aventureros, quienes perpetúan este legado y se reúnen el 21 de marzo para “llenarse de energía positiva” y contemplar el “espectáculo de los dioses”.
Experiencia mística en Guachimontones
La primavera llegará al antiguo centro ceremonial de Occidente con un festival (que inició ayer y concluye el miércoles) de música, danza, gastronomía, y diversas actividades culturales.
En los últimos años se ha logrado el rescate y restauración de este histórico y mágico paisaje, localizado a menos de hora y media de Guadalajara y conocido como el sitio arqueológico más importante del Estado.
El recién inaugurado Centro Interpretativo Guachimontones (CIG) “Phil Weigand”, ubicado a 500 metros de las estructuras prehispánicas, albergará la mayoría de las actividades promovidas por la Secretaría de Cultura del Estado y el Ayuntamiento de Teuchitlán, y encaminadas a transmitir la cosmovisión y ritualidad de la cultura mesoamericana.
Recorridos guiados, sin costo, por las singulares construcciones, la ceremonia del toque del caracol que anuncia la llegada de los primeros rayos del Sol por el Oriente, la procesión de permiso y agradecimiento al astro rey y la Madre Tierra, el rito de purificación del fuego y el círculo de poder como saludo a los cuatro puntos cardinales, así como las danzas colectivas alrededor de la estructura principal, “limpias” con hierbas e incienso, y meditación en las pirámides circulares, forman parte de la tradicional celebración.
Además de lo ritual, con un itinerario amplio de actividades de entretenimiento -de 9:00 a 17:00 horas-, los visitantes podrán disfrutar de tours por el museo, la verbena popular musical con grupos regionales, proyecciones de video, funciones de teatro y danzas tradicionales, así como escenificaciones del juego de pelota, juegos autóctonos, encuentros culturales con pueblos indígenas, observación astronómica y degustaciones de comida tradicional, así también, habrá corredores artesanales para adquirir cuarzos y accesorios con piedras a fin de atraer buena vibra.
Para recibir a los visitantes, se preparan zonas para acampar y la instalación de temazcales; el CIG cuenta con estacionamiento, que tiene costo de 30 pesos.
Se estima que este año participarán en la ceremonia, en los cinco días de jornada, más de 40 mil turistas.
Energía cósmica sin salir de la ciudad
Para el nacimiento oficial del nuevo Sol, los danzantes invocarán las raíces indígenas en la sangre de los espectadores en el lugar sagrado, alguna vez centro rector del Valle de Atemajac.
Reconstruidas en 1954, las ruinas del Ixtépete, en las que habitaron Tecuexes o Cocas, entre los años 450 y 900 de nuestra era, se encuentra sobre la avenida Mariano Otero, casi al cruce con Periférico, entre los límites con la sierra de La Primavera. El área de vestigios de ocupación prehispánica actualmente es de 13 hectáreas.
Se calcula que este sitio tendrá una asistencia de más de 10 mil personas que honrarán a los antiguos dioses, levantando sus manos al cielo para recibir la energía renovadora del Sol, durante la celebración espiritual del primer cenit de la estación entre el 20 y 22 de marzo.
El Ayuntamiento de Zapopan ha programado diversas actividades, de 9:00 a 18:00 horas, en las que los rituales, cantos y danzas indigenistas para festejar el primer amanecer de la primavera estarán a la orden del día, además habrá conferencias y jornadas de observación astronómica, y antes de la puesta de la estrella diurna, se realizará la ceremonia del fuego nuevo.
Para que la vibra sea buena
Para que todo salga bien, hay algunos detalles que se deben tomar en cuenta, como prever el tiempo para llegar a cada sitio, aunque sea un largo fin de semana, probablemente habrá que cuidarse del tráfico.
Indispensable llevar gorra o sombrero, ropa y zapatos cómodos, así como bloqueador solar y agua potable embotellada. No llevar alimentos, ni bebidas embriagantes.
En ambas zonas arqueológicas hay que tomar en cuenta los señalamientos de las autoridades; en ambos casos la entrada es libre.
Dado que se trata de áreas de protección, eviten tirar basura y hacer fogatas.
En el caso de Guachimontones, el uso de cámaras profesionales de fotografía y video, requiere el trámite de un permiso en la Casa de la Cultura de Teuchitlán.
TOMA NOTA
Hacia Guachimontones
Tomar la carretera hacia Tala, vuelta a la derecha en el letrero que dice a Etzatlán y Ahualulco del Mercado; a 12 kilómetros se encuentra Teuchitlán. La zona arqueológica está del otro lado de la cabecera municipal.
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