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Ocho siglos del carisma franciscano

Lo más aceptado es que Francisco nació a finales del año 1182 en Asís, Italia, en el seno de una familia de comerciantes de telas que gozaba de una alta posición económica

      Este 2009 la familia franciscana celebra el octavo centenario de la fundación de la Orden Franciscana, los Hermanos Menores. Pero tratar cualquier tema franciscano relacionado implica recordar brevemente la figura del fundador, San Francisco de Asís.
      Lo más aceptado es que Francisco nació a finales del año 1182 en Asís, Italia, en el seno de una familia de comerciantes de telas que gozaba de una alta posición económica. En su juventud, como los jóvenes de todos los tiempos, soñaba con altos honores y gloria, hasta que tuvo sus primeros encuentros con el Señor. Su proceso de conversión duró relativamente poco, entre el otoño de 1205 y el invierno de 1206 cuando estaba por cumplir los 24 años.
      Después de "salir del siglo", como lo expresa él mismo en su Testamento, entendió que debía ir por el mundo evangelizando, asistiendo a leprosos y saludando con la paz, sin dinero, ni cinto, ni dos túnicas, ni sandalias, ni alforja, confiando solamente en el Señor. Esta nueva y radical forma de vida captó la atención de personajes de Asís. Un día, Bernardo de Quintavalle le invitó a cenar y a pasar la noche en su casa, ocasión en la que le expresó su deseo de seguirlo. Por la mañana se encaminaron en busca del canónigo Pedro Cattani, quien tenía la misma intención de Bernardo, y juntos fueron a la iglesia de San Nicolás para consultar el evangelio, donde Francisco abrió por tres veces el texto sagrado y encontró que el Señor les decía: "Si quieres ser perfecto ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres" (Mt 19, 21), "no lleven nada para el camino" (Lc 9, 3) y "quien quiera seguirme niéguese a sí mismo" (Lc 9, 23). Entonces, exclamó: "¡Esta será nuestra Regla, id y poned en práctica el consejo del Señor!". Corría el año 1208.
     Cuentan dos de los documentos biográficos de la época que los tres encontraron en la llanura la iglesita abandonada de la Porciúncula, donde construyeron una choza para vivir. Sin embargo, el primer biógrafo oficial, Tomás de Celano, consigna además que antes de vivir en el terreno de la Porciúncula, Francisco y sus compañeros "se recogían en un lugar cerca de Asís llamado Rivotorto". Tal lugar lo describe Julián de Spira (+1250) como una  casita cubierta de forraje sobre frágiles troncos a punto de hundirse; y el fraile Francisco Bartoli de Asís, que vivió en la Porciúncula las primeras décadas del siglo XIV, llama expresamente a Rivotorto "primus locus", el primer lugar de los Hermanos Menores.
     El 23 de abril del mismo año se les unió un joven de 18 años llamado Gil, con quien sumaron cuatro compañeros. Francisco de Asís formó dos parejas, él mismo con Gil y Bernardo con Pedro, para comenzar la evangelización y prédica de la palabra de Dios. Los primeros tomaron el camino a Ancona y los segundos se quedaron Asís. Humanamente hablando, esta primera misión fue un fracaso, pero para el santo fue un recorrido glorioso por las penalidades y persecuciones sufridas. Pocos días después de su regreso, se les unieron otros tres ciudadanos de Asís: Sabatino, Morico y Juan de Capella. Cuenta fray Julián de Spira que cuando "ya gozaba de la feliz compañía de seis hermanos, siete con él, Francisco les enseñaba a caminar en pobreza y sencillez de vida, animándoles a imitar a Cristo despojado de todo lo terreno".
     Para mediados o fines de 1208, se les unieron cuatro personajes más, con los que contando a Francisco, sumaban doce. El constante aumento en el número de hermanos  incentivó al santo a redactar una Regla, que estaba formada por textos evangélicos y "otras normas indispensables y urgentes para una vida santa común", de acuerdo con Celano. Una vez redactada, reunió a los once y les expresó el deseo de ir a Roma para pedir al Papa Inocencio III su aprobación. El Papa, ante la presencia andrajosa de Francisco, no le hizo caso. Sin embargo, al día siguiente, después de un sueño revelador, mando llamar a Francisco y, reunido en consistorio, escuchó lo que el santo y sus compañeros tenían que decir. Después de no pocas vicisitudes y de acuerdo con la tradición, el 23 de Abril de 1209 el Papa abrazó a Francisco, aprobó la Regla y les dio autorización para predicar la conversión. Nacía oficialmente la familia franciscana. Que el Señor nos bendiga y nos guarde.
     
Antonio Lara Barragán Gómez OFS
Escuela de Ingeniería Industrial
Universidad Panamericana
Campus Guadalajara
alara(arroba)up.edu.mx
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