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Nuevos aires para un viejo parque
Reabierto a principios de diciembre pasado, el parque Ávila Camacho ofrece actividades para toda la familia
Cuatro años permaneció en estado de abandono, luego de que la empresa concesionaria Grupo Mantenimiento de Giros Comerciales Internacional, anunciara que dejaba el lugar por no resultar rentable. Hasta hace algunos meses, la administración actual del Ayuntamiento de Guadalajara tuvo a bien recuperar el lote que se encontraba en un estado casi selvático y con rastros de vandalismo –como grafiti, destrucción de inmuebles y árboles quemados—, para rehabilitarlo y convertirlo de nueva cuenta en un espacio de recreación para los tapatíos.
Desde el pasado 3 de diciembre y después de una inversión de 40 millones de pesos, los viejos árboles del Parque Ávila Camacho han vuelto a ver niños jugar a su alrededor, madres que los observan de cerca mientras tejen y conversan entre ellas, parejas de novios que se besan en el jardín, solitarios acompañados de sus libros, navegantes del lago artificial y –como una novedad—, decenas de chavitos en patineta que ensayan sus trucos en la recién construida skatopista.
Cincuenta años de historia
La historia del parque Ávila Camacho se remonta a los años sesenta, cuando fue construido y consolidado como sitio de atracción para los tapatíos gracias, en gran parte, a la formación de la Presa Zoquipan, lugar donde confluyen de manera natural el arroyo de la Barranca Ancha, que corre por la avenida Montevideo, y el río Atemajac, que pasa en medio de la avenida Patria.
Imágenes de esa época que circulan en la red, dejan ver un esplendoroso lago con patos, canoas y embarcaciones de mayor tamaño que se utilizaban con fines recreativos. Según se cuenta, con el paso de los años el cuerpo de agua se vio invadido por el lirio, por lo que se decidió secarlo.
Años después, a mitad de la década de los noventa, el Ayuntamiento de Guadalajara concesionó el espacio a la iniciativa privada. Primero se llamó Diversiones Maravillosas, cuya principal atracción eran los juegos mecánicos; más tarde fue Gokartmanía, lugar que disfrutaron los fanáticos de correr autos de carreras; y finalmente el parque Divertido, el cual combinó ambos atractivos.
La administración del parque Ávila Camacho regresó recientemente a manos del Ayuntamiento y fue intervenido por diversas dependencias, entre ellas la Dirección de Ecología, para retirar los arboles secos e infectados; Mejoramiento Urbano, para reparar los daños al mobiliario existente, y Obras Públicas, para la creación del lago artificial.
Espacios para todos
El escudo de la ciudad y un llamativo letrero en el rojo característico del actual gobierno, invitan al transeúnte y automovilista de la transitada avenida Manuel Ávila Camacho, a pasar a disfrutar de los distintos espacios que pretenden incluir a la mayor diversidad posible de usuarios.
Si se ingresa por la escalinata y se torna a la derecha, se verá la skatopista, explanada habilitada con rampas, escalones y rieles destinada a los amantes de la patineta, patines y bicicletas de moto cross. Son principalmente jóvenes varones entre 12 y 24 años los que circulan por el espacio y toman turnos para practicar sus trucos, observados desde las orillas tanto por grupos de chicas adolescentes, como por dos elementos de seguridad montados en bicicleta.
Uno de los que parece más joven en la pista es Juan, de 12 años, quien descubrió hace apenas siete días –gracias a sus amigos y vecinos—, la existencia del nuevo skate park. Para poder pasar las tardes mejorando su dominio de la patineta, Juan debe tomar el autobús desde los rumbos de San Isidro, y claro, haber terminado la tarea del día.
Si se llega en automóvil, el parque ofrece servicio de estacionamiento con un costo de 10 pesos. Partiendo de ahí, basta caminar unos pasos adelante para encontrar otro de los principales atractivos del espacio recién rehabilitado: un lago artificial con una superficie de cinco mil metros cuadrados y profundidad de 1.20 metros, que, en palabras del administrador del parque, Emiliano Arellano González, pretende rescatar parte de la historia de aquellos primeros años.
Allí se pueden rentar pequeñas barcas, kayaks, y hasta pelotas inflables gigantes para “caminar” sobre el agua. Los navegantes que vayan hacia el centro del parque, podrán observar al final de su trayecto, un barco de cemento que permanece sobre tierra desde que el parque fue abierto por primera vez.
Otra estructura que persiste desde entonces, es una construcción circular de cemento, actualmente en obra, pero que en un futuro cercano fungirá como comedor y área comercial. En sus paredes exteriores se han pintado coloridos murales con diferentes temas, como el fondo del mar, y al interior se encuentra –por el momento— una persona encargada del préstamo gratuito de bicicletas.
Al continuar caminando cerca de las pistas donde algún día corrieron go-karts y que hoy sirven principalmente a ciclistas, se llegará a un área de juegos que sin duda será más popular cuando empiece el tiempo de calor. Se trata de coloridas culebras de metal que incluyen chorros de agua, de manera que los visitantes podrán sentirse casi como en un balneario.
Además de las numerosas áreas verdes, falta mencionar la existencia de un auditorio para cerca de mil personas, el cual fue inaugurado el pasado 14 de diciembre por la secretaria de Cultura de Guadalajara, Myriam Vachez, con un espectáculo musical de villancicos. Se espera que el foro se mantenga activo en la organización de actividades culturales.
Los detalles faltantes
“Es la primera vez que vengo y estamos sufriendo porque no tenemos bancas”, dice una madre que, desde la barda que rodea los juegos infantiles, observa a sus pequeños hijos. “Yo vengo por segunda vez y pensé que ya iban a estar las bancas”, añade su amiga, “nos dijeron que en un mes ya las van a tener. Es incómodo venir ahora”.
Emiliano Arellano confirma que la obra se encuentra a un 90%: “Tenemos algunas cosas que nos hacen falta, como las bancas –que todo parque debe tener—, la parte de comedor que será habilitada con mesas y sillas, y la zona comercial. Pero estamos pensando que en un mes ya estamos al 100%”.
Otro aspecto pendiente es el funcionamiento de la red inalámbrica gratuita GDL libre, que aunque anunciada a la entrada del parque, aún no se tiene acceso a ella. Arellano aseguró que la red estará lista en 15 días, cuando se resuelva el contrato de la luz.
El administrador del parque, dependiente del Consejo Municipal del Deporte de Guadalajara (Comude), agrega que desde la reapertura se ha tenido una muy buena respuesta de la gente, y que, sin embargo, la expectativa es llegar a doblar la cifra de 15 mil usuarios que visitaron el parque durante el mes de diciembre. “Yo creo que es una meta bastante alcanzable, ya que apenas llevamos un mes y medio”.
PARA SABER
¡Visítalo!
* El Parque Ávila Camacho está abierto todos los días de 8:00 a 19:00 horas. La entrada tiene un costo general de $5.50 pesos y el estacionamiento de $10.00 pesos.
* La administración del lugar tiene contemplado ofrecer actividades propias. Por el momento ya es posible asistir a clases de zumba gratuitas en la explanada, de lunes a viernes de 8:30 a 9:30 horas. Echa un vistazo
Para ver imágenes antiguas del parque se puede visitar en Facebook el álbum de fotos “Presa Zoquipan (Parque Ávila Camacho)” del Grupo Tierra Mojada de México: https://www.facebook.com/grupotierramojada.
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