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Nuevo jugador en la cancha
Chevrolet pone un nuevo sedán en el segmento de los compactos
El Sonic es una apuesta de Chevrolet que viene, de alguna manera, a ocupar el lugar que algún día tuvo el Optra. De acuerdo con la marca, sus competidores directos son el Ford Fiesta y el Toyota Yaris, pero nosotros incluiríamos ahí también a autos como el Honda City y el Nissan Versa, recién lanzado en el Salón Internacional del Automóvil Guadalajara.
Dentro de la marca, el Sonic quedará por arriba del Aveo y por debajo del Cruze, cuando llegue al mercado a principios de agosto próximo.
Mirada poderosa
La gran fortaleza del auto es, sin duda, su mirada. Con cuatro faros redondos, con fondo negro y sin la mica protectora tan de moda últimamente, los faros del Sonic producen una especie de mirada profunda, fuerte, penetrante. Sin el policarbonato que cubre los faros, la sensación de profundidad y “tres dimensiones” es muy marcada. Además, no necesitamos vencer la transparencia o los reflejos de la mica existente en otros modelos.
El resto del auto es más conservador. Tres volúmenes tradicional, el Sonic se ve distinto de costado sólo en la versión más equipada, que usa una moldura negra, mucho más ancha atrás que adelante, en sus puertas, contrastando con la carrocería. Desde algunos ángulos, puede parecer una sombra. Las calaveras son gruesas y verticales, con dos elementos circulares en su interior para las luces de freno, reversa y direccionales.
Buen espacio
Por dentro, hay amplitud para cuatro pasajeros. Incluso cinco, algo más apretados los de atrás, naturalmente. El conductor tiene buena posición de manejo y la visibilidad es igualmente buena, sólo algo perjudicada por el ancho del pilar A, que sostiene el parabrisas.
Los asientos son cómodos y poseen buena sujeción lateral. La buena cajuela, con capacidad de 460 litros, es una de sus virtudes.
Desafortunadamente los terminados no son la parte más fuerte del Sonic. Plásticos rígidos se ven por todos lados, al igual que los reflejos en el parabrisas, pero éstos no perjudican tanto la visibilidad como en el Fiesta, por ejemplo.
Los instrumentos del tablero están insertados en un “cluster”, inspirados en las motocicletas, igual al que vemos en el Spark. Del lado izquierdo está un gran reloj análogo con el tacómetro y a la derecha las demás informaciones se ven de manera digital, como el velocímetro, el odómetro y el marcador de combustible.
Hay un estéreo de calidad aceptable, con reproductor de Mp3; entrada auxiliar y USB (en la guantera). Aplausos para el Bluetooth, que sólo está presente porque, al venir de Corea, el Sonic no está atado al sistema On Star de Estados Unidos.
Sin prisa
Resulta por lo menos curioso que hay esa importancia de resaltar el tacómetro sobre el velocímetro, cuando el Sonic no es precisamente un coche rápido. Bueno, al menos no lo es en México. Aquí, el único motor disponible es un pequeño cuatro cilindros, con 1.6 litros y 115 caballos de fuerza. El torque de 114 libras-pie tampoco impresiona. El resultado, obviamente, sólo podría ser un vehículo con desempeño apenas suficiente para la ciudad, donde lo manejamos por cerca de una hora.
Parte de su modesto desempeño se debe a la caja automática, claro. Es una buena caja, con seis velocidades y modo manual que nos permite llevarla al límite sin que haga el cambio por si sola. Con la caja manual de cinco seguramente se tendrá algo más de disposición y agilidad, con el sacrificio natural de la comodidad.
La suspensión es independiente adelante y de eje de torsión atrás. Es rígida y ruidosa. Sumada a una dirección algo lenta y artificial, contribuye para una sensación de conducción poco agradable, que sólo dejará complacidos a los que ven en un auto sólo una forma de llegar de un punto a otro, pero no disfrutan el camino.
El sistema antibloqueo de frenos, el famoso ABS, sólo está disponible en la versión más equipada del auto.
Como una opción familiar y económica de transporte prioritariamente urbano, el Sonic es una buena opción. Tal vez no sea la mejor, pero es digna y ofrece una buena relación de valor por el dinero. Muchos, empero, ni siquiera pensarán en esto, simplemente se dejarán llevar por el encanto de su mirada. El Sonic, sin duda, tiene “ojos tapatíos”.
Radiografía
Motor: L4; 1.6 litros; DOHC; 115 Cv @ 6,000 ropm y 114 libras-pie de torque @ 4,000 rpm
Transmisión: Manual de cinco o automática de seis velocidades, con modo secuencial
Suspensión: Delantera independiente, tipo MacPherson y trasera de eje de torsión
Frenos: Delanteros de discos ventilados y traseros de tambor (ABS sólo en la versión más equipada)
Precio: Entre 180 mil y 220 mil pesos (estimado)
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