Suplementos
Museo de la cultura wixárica
Un acercamiento a una de las zonas de mayor abolengo en el Estado, donde tradiciones centenarias no solamente se mantienen vivas, sino que se potencian al futuro
Beatriz Rojas escribió: “capitán Mateo de Silva, quien despojó de los títulos de sus tierras a los del pueblo de Nostic, que, al no querérselos regresar, convocaron a los de la sierra: Cuando en julio de 1702 los indios de diferentes pueblos se empezaron a concentrar, un indio principal de Nostic encabezó la rebelión. Se les prometió un juez privativo, para que se midieran y titularan sus tierras”. Más adelante nos dice: “Lumholtz acabó suspirando por el tipo de vida que llevaban los huicholes (1895)… dijo Diguet: los huicholes están a la altura de la naturaleza de estas regiones, lo que quiere decir fascinantes… en 1951 se fundó el Instituto Nacional Indigenista que desde entonces ha trabajado para tratar que los diferentes grupos étnicos que componen la nación mexicana puedan vivir sus diferencias. En 1960 se estableció un centro coordinador cora-huichol del INI en Mezquitic para desde allí coordinar los trabajos de la zona. En 1964 se pasó la coordinación a Tepic”.
Entramos emocionados al Museo, un huichol llamado Magdaleno Guzmán nos dio la bienvenida, “Ke’ aku”, y nos lleva sala por sala y comentando lo más relevante de cada una de las seis que conforman el recinto. Las cuales se levantaron entorno a un amplio patio redondo y un tanto hundido, como centro ceremonial, para danzas circulares acompañadas de ritos, para lograr una cosmovisión sagrada. Al centro Tatewari, Abuelo Fuego. Parte del patio fue delimitado por corredores techados, soportados por troncos y cubiertos con vigas de madera.
Varias salas son de planta cuadrada, una rectangular y la última, es redonda, representando un templo tradicional, calihuey, orientado al Este, cada amanecer es iluminado por Tau. El diámetro consta de diez metros, dos troncos soportan el caballete, el izquierdo simboliza a un dios que reúne al resto y el derecho a Sakaimuka, deidad de las aguas. Los muros son de adobe, abrazados y coronados por vigas de madera, por techo, morillos y zacate traslapado lo hacen de cuatro aguas, las demás salas tienen techo a dos aguas.
Pasamos a la Sala I, Vida cotidiana, que expone una morada huichola, ki, es sencilla. Consiste en una recámara de planta redonda o cuadrada, levantada con piedra o adobe, sin ventanas, con una puerta, el techo es cónico o a dos aguas dependiendo de la planta, se cocina bajo una enramada. Maniquíes de una familia muestran su bonita vestimenta. El papá con calzón largo de manta, bordado (en cruz) en la parte inferior, antaño usaban calzón corto, fotografías de Lumholtz lo revelan, las autoridades los obligaron a usar pantalón largo y posteriormente, en el Porfiriato se prohibió usar calzón en el país. Camisa larga y bordada, con una o dos fajas y como adorno, morralitos bordados.
En los hombros un pañolón y con sombrero de palma, adornado con plumas, hojas, flores y chaquiras. La mamá con falda amarilla, blusa rosa, pañoleta azul y un colorido morral. Los hijos con prendas similares. Al fondo de la sala, apreciamos la cocina, compuesta por un fogón y pretil, con molcajete, metate, ollas, tecomates, platos y comal. Sobre un zarzo había bateas, jícaras y bules, garabatos con cucharas y cucharones, y canastos por doquier.
TOMA NOTA
Para llegar
Se encuentra al norte de Guadalajara. Hay dos rutas: La carretera México 23 (el camino es de 4 horas y media), o la carretera Federal 54 (cinco horas y media).
El orígen
Mezquitic proviene de la unión de los vocablos náhuatl: mízquitl (mezquite) e ític (dentro). Se interpreta que el nombre significa “Dentro del Mezquite”.
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