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Movimientos revelan tus mentiras
Te damos algunos puntos con los que será más fácil descubrir cuándo alguien no te dice la verdad
Aunque es difícil tener la lista en mano para seguir el test, toma en cuenta que con un poco de práctica podrás ser más meticuloso y acertar. ¡Manos a la obra! El portal lenguajecorporal.org lo define todo en breves pasos.
TE LO ACABO DE PREGUNTAR
Supongamos que quieres "cachar" a alguien en la mentira. Tu primer instinto es preguntarle para saber qué tan capaz resulta de decir la verdad. El primer tip que despertará tus sospechas es si a la pregunta recibes la repetición de la misma.
Por ejemplo, si dices: ¿Hablaste con ella anoche? y la respuesta es: ¿Que si hablé con ella anoche? ... ¡Prende la alarma!
Si el sospechoso repite toda o una parte de la pregunta como si no la hubiera entendido, o peor aún, si la repite completa y la acompaña de una respuesta tímida, te está mintiendo.
¡AGUAS CON LA BOCA!
Allan Pease, experto en lenguaje corporal y autor de libros sobre el tema, asegura que la boca y sus alrededores son una zona de peligro cuando se trata de esconder una mentira.
Tal como sucede con un niño que dice o escucha una grosería y se de inmediato se tapa la boca, los adultos tienen la misma reacción, aunque ya más "madura".
Si el interrogado se toca las comisuras de los labios o la punta de la nariz mientras te responde, te está mintiendo.
TRANSPIRA LA PAZ
Cuando una persona se siente amenazada suda mucho. Esto se debe a que el sistema límbico presiente el peligro, el cual se deriva de no tener cómo cubrir una mentira.
Si está sudando, está nervios@, y de ser así, tienes otra pista.
DEJA DE MIRARME
El que miente sufre su propio infierno, así que al ocultar la verdad tratará a toda costa saber si realmente le creíste. Ahí es donde lo puedes poner a prueba. Las manos, al igual que los ojos, se mueven menos cuando te mienten.
El exceso, dicen los expertos, es sospechoso. Si esa persona se queda viendo fijamente un objeto para no mirarte, lo más probable es que no tiene un argumento para defenderse.
SIN RODEOS
¿Recuerdan esa frase de "explicación no pedida, culpabilidad manifiesta"? En este punto la palabra clave es: justificación.
Cuando nos sentimos culpables o queremos demostrar nuestra inocencia, nos justificamos de manera innecesaria. Quien dice una mentira habla de manera fluida incluso porque ha ensayado su respuesta, mientras que alguien que no miente se da tiempo para estructurar la respuesta y hablar con la verdad.
NO BAJES LA VOZ
Aunque parezca trillado, el tono y volumen de voz baja hasta 50 por ciento cuando alguien miente. No es que el mentiroso se quede afónico, pero sí que en ciertos puntos de su plática, de manera inconsciente, omita con el volumen los detalles para no ser descubierto.
¿Y LA BABA?
Pasar saliva es un proceso natural que hacemos mucho a lo largo del día, pero si se trata de ocultar una mentira, esta actividad, sin que lo notemos, sucede de manera más constante, así que mira la garganta de tu interlocutor.
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