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El efecto tsunami

GUADALAJARA, JALISCO (07/MAY/2011).-  Casi dos meses después del terremoto seguido de tsunami, que azotaron a Japón el 11 de marzo pasado, finalmente los números del desastre comienzan a ser conocidos. Fue un golpe muy duro para toda la industria automotriz mundial, principalmente la japonesa, la segunda mayor fabricante de vehículos del mundo, por debajo sólo de China. Esto ya tiene consecuencias serias, que la mayoría de los consumidores mexicanos de autos pueden aún no haberlas sentido, pero lo harán más temprano que tarde.

Con afectaciones serias en su infraestructura como carreteras, teléfonos, electricidad, puertos y aeropuertos, el País del Sol Naciente lucha por reconstruir los daños, lo que va a tomar algo de tiempo, naturalmente.

Menor producción

Los cortes de producción de las grandes marcas fabricantes de vehículos nipones como Toyota, Honda, Nissan, Mazda y Mitsubishi, entre otras, hacen que las marcas hayan perdido, en los últimos 50 días, entre 50 y 65 por ciento de su producción. Son pérdidas calculadas por Goldman Sachs en 24.6 millones de dólares por día. Sólo en el primer mes se dejaron de fabricar cerca de medio millón de vehículos.

Las marcas están buscando compensar esas pérdidas transfiriendo en la medida de lo posible, la fabricación hacia otros países. Aún así se calcula que para el mes de julio próximo se habrán dejado de producir un millón de vehículos en Japón.

Problema global

Si el recorte de la producción de las fábricas japonesas se debe en buena parte a consecuencias directas del temblor y maremoto, como la falta de luz, por otro lado está la escasez de partes, ya que se calcula que existían alrededor de 500 empresas productores de autopartes en la zona más afectada por el suceso.
Por supuesto que esas empresas trabajaban, de manera primaria, para los productores locales, pero también eran proveedores de muchas marcas fuera de Japón.

Los fabricantes de autos estadounidenses, europeos, hindúes, chinos, etcétera, están ahora buscando desarrollar una proveeduría alterna, para sortear los problemas de falta de productos.

Oportunidades

Ford Motor Company, que tuvo en el primer trimestre de este 2011 una utilidad de 2.6 mil millones de dólares, es una de las empresas beneficiadas por la menor producción de autos nipones. Para esto, la empresa está también buscando proveedores alternos. Ellos, como General Motors y Volkswagen, por ejemplo, necesitan aumentar su producción para estar listos, sacar provecho y aumentar su participación en el mercado.
De hecho, en el mes de marzo, Toyota dejó el puesto de mayor productor de vehículos del mundo de nuevo en las manos de General Motors, de quien había arrebatado la posición en 2008. De hecho Toyota cayó tanto que Volkswagen le quitó el hasta el segundo lugar. La marca alemana va que vuela en su objetivo de ser número uno del mundo para 2018. Habrá que ver si GM, Toyota e incluso Ford, lo permiten

Sea para recuperar o aumentar su capacidad productiva, los fabricantes de autos del mundo están buscando nuevos proveedores. Sería muy inteligente de parte de México, tanto de empresas como de los gobiernos federal y estaduales, estimular ese sector y aprovechar el periodo de adversidad nipona para crecer. Suena feo, hasta “deshumano”, pero es la realidad de mercado. “Crisis”, la lo sabemos, significa oportunidad y para tomarlas hay que estar listos.

Los cambios ya comienzan a sentirse aquí

Ahora, no todos podrán sacar ventaja. Los precios de los autos, principalmente los japoneses, comenzarán a subir de inmediato. La oferta es mucho menor que antes. Se estima, por ejemplo que Toyota sólo tendrá disponible 30 por ciento del total de autos nuevos que normalmente tiene para el mercado mexicano. Menor oferta significa mayor precio, es una ley universal.

Una de las consecuencias es el aumento del valor de los usados. Tal vez no sea éste exactamente el mejor momento para comprar un auto nuevo. Mejor dicho, éste aún es un muy buen momento, porque en uno o dos meses a partir de ahora, los precios deben disparar hacia arriba.

A largo plazo lo que pasó en Japón va a ser muy bueno para todos, principalmente para el consumidor. Cuando esté completamente reconstruido, Japón tendrá que luchar por recuperar el mercado que un día tuvo. Entonces, tendremos de nuevo buenos autos a un gran precio. Hasta entonces, empero, hay que cuidar mucho el que tenemos en este momento.
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