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Motor de arranque
Nissan puede cambiar el paisaje urbano. De nuevo.
En absoluto contraste con la antigüedad del Tsuru, Nissan pondrá la que será la flotilla de taxis más moderna del mundo en la capital del país, cuando 500 vehículos Leaf, que sólo usan energía eléctrica para desplazarse, finalmente comiencen a dar servicio a la población y visitantes del Distrito Federal, en 2011.
Como todo auto eléctrico que usa la tecnología hoy disponible, el Leaf tiene tres problemas que lo impiden ser el reemplazo definitivo del auto que usa gasolina. El primero es el precio. Por ello, en este momento, el auto sólo tiene sentido con el apoyo de los gobiernos de los países y/o ciudades que aceptan subsidiarlo. Cuando el número de interesados en el programa sea grande lo suficiente para que esto produzca un cierto volumen de producción, su precio podrá bajar y su venta al público (en México) tornarse viable. La buena noticia es que a cada día hay más ciudades participando del programa.
El segundo problema de los eléctricos es autonomía. Con las baterías actuales, el auto tiene un rango de recorrido relativamente bajo, que depende mucho de las circunstancias de manejo; del peso que traiga; temperatura exterior y otros detalles. Cuando mucho, el Leaf con sus baterías totalmente cargadas puede recorrer 220 kilómetros (138 millas), de acuerdo con la página de Internet Autoblog, en información proporcionado por el fabricante. Pero en situaciones más parecidas a lo que se encuentra en la ciudad de México, es decir, tráfico intenso, calor que obligue el uso del aire acondicionado (o la seguridad, que obliga a cerrar los cristales), entre otros, su autonomía baja a 75 kilómetros. En términos prácticos el taxi que salga de Santa Fe para ir al aeropuerto, apenas alcanzará a hacer el trayecto en ambos sentidos.
El otro problema es el tiempo de recarga de la batería. Hoy en día, poner jugo a las baterías del Leaf toma ocho horas en un cargador de 220 volts ó 16 horas en uno de 110 volts (como el de la mayoría de las casas mexicanas). Para hacerlo viable como taxis, hay que usar uno de los cargadores rápidos que serán instalados en la ciudad de México. Rápido, empero, es sólo un decir. Porque la media hora necesaria para “llenar el tanque” del Leaf es una eternidad comparada a los dos o tres minutos necesarios para poner gasolina a un Tsuru.
El Leaf es una bandera. Es un símbolo de modernidad. Una afirmación de parte de las autoridades de que se preocupan con la calidad del aire que respiramos. Con el tiempo, la tecnología debe evolucionar, la autonomía de los autos eléctricos debe mejorar, al igual que su tiempo de recarga. Hasta entonces, el Leaf seguirá siendo sólo una curiosidad tecnológica cuyo uso exige sacrificios.
Sin embargo, hay más que Nissan puede hacer. Y una de esas cosas se llama Tiida. Este auto, en versiones sedán o hatchback, debe ser el sustituto natural del envejecido Tsuru, que para tener su precio bajo lo suficiente fue tan desnudado que hoy no cuenta ni siquiera con barras estabilizadoras o de protección lateral.
El Tiida es más moderno, amplio, seguro y eficiente en cl consumo de combustible que el Tsuru. Además, se fabrica a menos de dos horas de manejo de Guadalajara, lo que facilita las cosas. Con un incentivo adecuado, la ciudad podría y debería comenzar un proyecto de cambiar sus taxis de Tsuru a Tiida. ¿Qué se necesita para esto? Incentivo fiscal. Brasil lo hace. Y su flotilla de taxis es mucho más nueva, moderna y eficiente que la nuestra. Si quitáramos, digamos, el IVA de la compra de un Tiida que será usado para taxis, estaríamos ayudando al medio ambiente de una manera mucho más efectiva y rápida que poniendo una cierta cantidad de autos eléctricos en las calles.
Es cierto, el Leaf es un gran constructor de imagen. El problema es que el Tsuru también lo es, sólo que negativa. Si queremos que en los Juegos Panamericanos pasemos la mejor imagen posible de Guadalajara y del país, debemos cambiar nuestros taxis. Urgentemente.
Nissan, como vemos, puede cambiar —de nuevo— el paisaje urbano de México.
Entresacados
El Leaf es una bandera. Es un símbolo de modernidad. Una afirmación de parte de las autoridades de que se preocupan con la calidad del aire que respiramos
Con un incentivo adecuado, la ciudad podría y debería comenzar un proyecto de cambiar sus taxis de Tsuru a Tiida
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