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Motor de arranque
Menos obras, más sentido común
Porque antes de las obras espectaculares, que parecen servir más para buscar votos que para resolver problemas viales, hay mucho que se puede hacer, con un costo mucho más bajo.
Cero topes
Una de las acciones, podría ser transformarnos en una zona urbana libre de topes. Entiendo que esas protuberancias en el piso de nuestras calles tienen mucho adeptos, pero hacen un daño enorme a todos, más que ayudar. Su función es bajar la velocidad de los autos, pero lo hace de una forma muy poco eficiente. Porque si queremos que en una calle la velocidad máxima sea de 30 km/h, como debe de ser en zonas residenciales, lo que los topes logran es que aceleremos muy rápido entre un tope y otro. Acelerar es exactamente la etapa del movimiento de un auto que más requiere gasolina. Es mejor que un auto vaya a una velocidad constante de 30 km/h, que frenar y acelerar varias veces. Además, ni siquiera por seguridad sirven los topes, ya que muchos pasan por ellos como si no existieran, sin preocuparse por el daño causado a la suspensión de su camioneta que, muchos piensan, “está hecha para esto”.
Una solución mucho más razonable es la instalación de cámaras de vigilancia de velocidad, que miden por radar qué tan rápido avanzamos y, en caso de que vayamos más allá del límite permitido, toman una foto del auto y la multa llega a nuestra casa.
Esto afectaría un área mucho más sensible de nuestro cuerpo, que la espalda que sufre con los topes que cruzamos a 40 km/h o más. Esto nos dañaría la cartera, justo donde más duele.
Estacionamientos prohibidos
Otro punto muy importante es el permiso que en la pràctica se da a que la gente se estaciona donde no debe. Y los que debían darnos el ejemplo, nuestros mismos legisladores, hacen justo lo opuesto, como a diario se ve fuera del Congreso del estado.
Un auto mal estacionado “roba” un carril y entorpece la circulación de todos los demás. No nos faltan señales que marca donde está prohibido aparcar, lo que hace falta es que se cumpla la ley que lo prohibe. Las rondas intermitentes de grúas, han probado su ineficacia. Aquí, de nuevo, sería importante el uso de las cámaras de vigilancia, que además tienen la enorme virtud de no recibir “mordidas”.
Semáforos sincronizados
En los años 90 se contrató, una empresa española que buscaba sincronizar los semáforos de la ciudad. Se llamaba Sainco Tráfico. El resultado de su trabajo fue bueno, al menos en algunas arterias. Pero nunca se dio seguimiento a esa acción y hoy en día, nos vuelve a pasar con frecuencia que salimos de un semáforo en verde sólo para caer en el alto del que sigue.
El resultado es el aumento de los tiempos de traslado, del estrés colectivo y, claro, de la contaminaciñon ambiental.
Autobuses escolares
Todos lo sufrimos. El final de las vacaciones de los niños representa el inicio del peródico de tráfico más pesado. Las madres insisten en usar sus inmensas camionetas, aun cuando tienen que llevar y recoger a un solo niño. Contaminan por usar un auto sobredimensionado, pero también lo hacen por estorbar la circulación en frente a los colegios. Obligar a los niños a ir y volver a la casa en autobuses escolares, sería un paso muy importante para desahogar la ciudad.
Servicios públicos en horas pico
Lunes, 9:30 de la mañana en avenida Hidalgo. El tráfico denso se desquicia porque un camión está recolectando basura. Más adelante, reparan banquetas. En otro tramo más, una camioneta arreglas líneas telefónicas. La lista de servicios públicos es larga y todos podrían colaborar para que tuviéramos menos caos vial, con la simple acción de hacer estos servicios por la noche, principalmente en las arterias de mayor circulación de vehículos.
Tenencia al revés
En países como Inglaterra y Japón, la tenencia va subiendo su precio mientras más viejos se van haciendo los autos. Llega a un punto que es demasiado caro tener un auto viejo, lo que incentiva la venta de autos nuevos. Como efecto en cadena, hay menos autos contaminantes, más trabajo, etc. La tenencia, en Jalisco, termina en 2012, pero no conviene celebrarlo mucho, porque seguro inventarán algo similar.
Semáforos en la noche
Es práctica común en muchos países, que después de una cierta hora en la noche, los semáforos dejan de funcionar como tal y pasan sólo a parpadear. Como el tráfico es muy ligero, quien llega a una intersección se detiene sólo para ver si debe o no cruzarla. Esto ayuda, además, a la seguridad general, ya que no obliga a que estamos detenidos ante un semáforo por mucho tiempo, casi siempre sin nadie alrededor nuestro.
De todas las acciones sugeridas aquí, la única que implicaría una inversión relativamente fuerte sería poner cámaras de vigilancia electrónica. Pero con el millón de pesos que cuesta un kilómetro de ciclovía, se alcanzaría a poner cámaras en muchas , tal vez en toda la zona metropolitana.
Además, seamos honestos, la mayoría de la población no va a dejar su coche en casa para ir a trabajar en bicicleta. Es más realista trabajar para que los autos que están, circulen más fluidamente.
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