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Motor de arranque

2010 promete ser mejor

Entre septiembre y octubre pasados, hablé con varios ejecutivos de alto rango de fabricantes que operan en México. Lo hice también con algunos distribuidores y directivos de asociaciones del sector automotor. Había entonces, al menos en la mayoría, un cierto pesimismo con relación a 2010. Uno de los ejecutivos con quien platiqué, Thomas Karig, Vice-Presidente de Relaciones Corporativas y Estrategia de Volkswagen de México, comentó que no esperaba un gran año para 2010, salvo que en el último trimestre la situación cambiara radicalmente. Bueno, sí hubo cambios, no tan radicales, pero ya podemos ver con más alivio que preocupación el año entrante, que promete ser mejor que el que está por terminar.

Los mercados mundiales ya muestran una mayor tranquilidad, muy distinto de lo que ocurrió en el final de 2008, cuando vivimos un periodo de histeria colectiva y las bolsas de valores en todo el globo, parecían perder el asombro ante caídas de dos dígitos en un solo día. Las paridades entre las monedas se volvieron igualmente locas y el peso mexicano fue una de las que se vieron más afectadas. Hubo momentos en que nuestra moneda fue cotizada por más de 16 pesos por cada dólar estadounidense.

Ante una situación como esa, las marcas que tenían mucho inventario tuvieron que sacrificar precio. Las que vendían en dólares se vieron forzadas a dar descuentos nunca vistos. Y por lo menos dos de ellas, Mercedes-Benz y Volvo, decidieron mostrar sus precio en pesos en lugar de la forma tradicional de venta.

Todo esto produjo grandes distorsiones. Vehículos Premium fueron vendidos más baratos que autos de marcas de volumen, lo que hizo que muchos pudieran realizar su sueño de tener un auto exclusivo por primera vez. Pero las marcas sufrieron la gota gorda para mantenerse a flote y, más que esto, para mantener vivos a sus distribuidores.

Afortunadamente todo esto parece estar llegando, finalmente, a su final. Las ventas de autos comienzan a recuperarse en muchos países. En otros, como el nuestro, al menos caen de una manera menos acentuada. Estados Unidos se recupera y esto, como siempre, es buena noticia para México. La salida de General Motors y Chrysler de la bancarrota, también ayudó a que comenzáramos de nueva cuenta a entrar en un periodo que promete ser de estabilidad, aunque hay quienes piensen incluso en crecimiento, aunque moderado.

El peso mexicano se recupera poco a poco y a pesar de que nadie espera que vuelva a los niveles por debajo de los 11 pesos por dólar que tenía antes de la crisis, ya se acepta que se mantendrá al menos alrededor de los trece pesos.

Hay, claro, factores que nos impiden salir a la calle y gritar de alegría por el final de “la crisis”, como quedó conocida la mala racha económica por la que pasamos.

Una de ellas es el regreso del precio de los vehículos a su nivel normal. Como dijimos en muchas ocasiones, el precio de los vehículos en 2009 fue anormalmente bajo. Esto, empero, ya empezó a cambiar. Marcas como Mazda y Honda, lideran el movimiento de poner las cosas en su lugar y sus precios ya son más elevados que el de la mayoría de sus rivales. Los demás los seguirán, que no les quede ninguna duda. Lo digo de nuevo, si pueden aprovechar y comprar un auto ahora, economizarán dinero.

Otro factor son los impuestos. Comenzaremos 2010 con el IVA un punto porcentual arriba y sigue el tan criticado IETU. La gasolina debe volver a aumentar su precio y con ella, muchos productos también. Hay, pues, que cuidar el aguinaldo, porque el horno aún no está para bollos.

Pese a todo esto, hay hoy más optimismo que hace un par de meses y ésta, es una de las mejores noticias del año. Particularmente creo que el mercado de autos nuevos deberá  crecer en 2010. Hoy, ya me gusta más la cifra que nos dio Eduardo Serrano, Presidente y Director General de Ford en México, que estima en 850 mil unidades el tamaño del mercado en el año entrante.

Claro, aún hay más dudas que certezas, pero para la mayoría de la humanidad, la mejor noticia de 2009, es que está a punto de terminar. Hay, sin duda, que celebrar haberlo sobrevivido.
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