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Lo bueno, lo malo y lo feo

En esta semana, la revista del consumidor de Estados Unidos, Consumer Reports, difundió el listado de los coches más o menos confiables a la venta en el mercado de ese país. Es una lista extremadamente respetada, debido no sólo a la extensa batería de pruebas que hace esa revista, pero principalmente a la independencia de ese medio, que compra los vehículos que prueba para informar con la mayor imparcialidad posible, al consumidor de ese país. En esa lista, supuestamente encontramos lo “Bueno, lo malo y lo feo” de la industria automotriz.

A falta de un órgano con presupuesto suficiente para hacer algo similar en nuestro país, casi siempre lo que hacemos es usar esa lista de Consumer Reports para orientarnos sobre quién está haciendo bien las cosas y quienes no.

Los resultados son, en su gran mayoría, los esperados y ponen a los orientales como los vehículos más durables, entre los japoneses y los coreanos, que crecen día con día en su calidad. Hay, empero, buenas sorpresas y la mejor de ellas es que Ford se muestra cada vez mejor, con tres de sus vehículos superando a los japoneses en durabilidad. Estamos hablando de los sedanes Ford Fusion, Mercury Milan y Lincoln MKZ, los tres producidos en Hermosillo, Sonora, lo que no deja de ser un orgullo para México.

Las otras marcas estadounidenses ocupan con mucho más frecuencia la parte baja de la lista, es decir, son apuntados como fabricantes de algunos de los vehículos menos confiables del mercado. General Motors al menos está más cerca de salir de este, digamos, bache de calidad, ya que algunos de sus nuevos modelos son considerados confiables, como el Malibu, por ejemplo. Es con Chrysler que sigue el problema, ya que varios de sus modelos ocupan la poco envidiable posición de los menos durables. Si embargo, hay que reconocer que incluso Chrysler tuvo una mejora, ya que el año pasado no tenía ningún vehículo que entrara en la categoría de recomendable, mientras que ahora la pickup Ram se encuentra en esta honrosa posición.

Es una pena que no contemos con un estudio similar en nuestro país, porque a pesar de que podemos informarnos con los resultados del estudio de Consumer Reports, éste no es 100% aplicable en México, ya que las condiciones de los caminos de ambos países son muy distintas. En México partes como los neumáticos, la transmisión, los frenos, la suspensión y la dirección, por nombrar sólo algunos componentes de los autos, sufren un desgaste mucho mayor que en Estados Unidos, debido a la cantidad de baches, vados, topes, semáforos y otros obstáculos, que terminan por exigir de los coches mucho más de lo que algunos pueden soportar.

Claro que, al menos en teoría, los vehículos que funcionan mal allá, serán aún más débiles aquí. Pero esto no siempre es cierto, ya que algunos de los que sí funcionan bien allá, pueden no tener el mismo desempeño cuando sometidos a condiciones más difíciles.

Otro detalle es que mientras menos información tenga el consumidor, mayores son las probabilidades de que haga una compra equivocada. Y en este sentido, nosotros estamos muchos menos informados que el consumidor del vecino país del norte.

Por esto, es importante saber cómo comprar un coche. La primera recomendación es ver su uso. Para qué será utilizado el vehículo, si en ciudad, si en carretera; dentro o fuera del asfalto; con un solo ocupante o siempre con varias personas, etcétera. Muchos quieren un coche que tenga un buen desempeño en carretera, cuando sólo acuden a éstas una o dos veces por año. Compran un vehículo con seis cilindros y más espacio que el que realmente necesitan. Terminan pagando un precio muy elevado, tanto en la inversión inicial como en el mantenimiento, por darse el lujo de disfrutarlo sólo en 15 de los 165 días del año. O compran una camioneta enorme, que será usada casi siempre por una señora que va exclusivamente al supermercado o una inmensa pickup de carga, que jamás verá nada en su caja. Los ejemplos son muchos.

Usar el auto adecuado para el uso que se le va a dar es uno de los factores que aumentan la durabilidad de un vehículo. Por esto, si lo que si quiere es correr, lo ideal es buscar un auto que sea capaz de hacerlo, no uno más barato que más tarde recibirá “chips”, turbos improvisados, rines de tamaño inadecuado y varias modificaciones más. Incluso un simple estéreo que no esté bien hecho o diseñado, puede sobrecargar el sistema eléctrico de tal manera que produzca desde un desgaste prematuro de la batería hasta un incendio involuntario.

Sí, las listas de coches “buenos y durables” son interesantes e informativas. Pero siempre será más importante saber usar el auto, entender la importancia de elegir el auto que necesitamos, que con mucha frecuencia puede no ser el que nos “llena el ojo”.
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