Matemáticas luchonas

GUADALAJARA, JALISCO (10/OCT/2012).- Existía hace no mucho tiempo un luchador muy especial que con números plasmados en su máscara, gozaba de un estilo aéreo como ninguno y su mote era aterrador tanto en el ring como fuera de él: El matemático.

Como ya lo dije, su nombre estaba presente no solo en el cuadrilátero, cada vez que me enfrentaba a un examen de dicha materia, no podía sino imaginarme que subía a pelear con el susodicho y en una lucha de dos a tres caídas, admito que rara vez era yo el ganador.

Esta metáfora regresó a mí durante la preparatoria, esta vez la lucha era un hándicap. “No utilizaremos ningún signo, por ejemplo adicionaremos esta cantidad a esta otra cantidad”. El profesor me había quitado una ventaja que yo había dado por sentado toda mi vida y ahora veía la victoria más lejana que nunca.

Los signos me habían ayudado toda mi vida, a la fecha permanece como una incógnita quién los creo o como es que llegamos a utilizarlos en la vida diaria pero al no verlos en mi cuaderno experimenté un refrán a todos conocido: nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Y tú ¿cómo harías una operación sin utilizar los símbolos matemáticos?

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