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Más moderno y más maduro

El MINI llega a su cuarta generación buscando agradar a otro público

GUADALAJARA, JALISCO (22/FEB/2014).- Nació como un héroe de la clase trabajadora en los años 50 del siglo pasado. Fue elevado a la categoría de objeto de culto en el año 2000, ya de las manos de BMW. Hoy ya creció lo suficiente para agradar más que nadie a los estadounidenses. Pero, ¿será esto bueno?

Los diseñadores no tenían una tarea sencilla para rehacer el MINI Cooper. Era necesario que fuera distinto. Y lo es. Era imperativo que siguiera identificándose como un MINI a primera vista. Lo lograron. Aunque cueste trabajo creerlo, el modelo 2014 es un auto distinto en todas sus partes. No hay un solo pedazo de lámina del 2013 que encaje en el auto que llegará a México en abril próximo.

Como ocurre con la mayoría de los nuevos modelos, es más largo, alto y ancho. Ese aumento de tamaño es la primera de las concesiones hechas a su principal público fuera de Inglaterra: Estados Unidos. Sí, suena curioso que un auto de este tamaño haya logrado abrir su paso en la tierra en que “mayor es mejor”. Porque aunque a los hijos de Tío Sam les haya encantado el MINI, lo querían, bueno, ya lo saben: mayor.

“As you wish” (como gusten), contestaron los ingleses, bueno, mejor dicho, los alemanes, quienes son los dueños de la marca que parece sólo recordar a sus orígenes a través de la decoración de algunos modelos —o parte de ellos— emulando la bandera británica.

No está mal para un auto ser alemán, aunque para esto haya sido necesario que el MINI abandonara su vocación original de “auto del pueblo”. Ahh, perdón, esos eran alemanes. Otros alemanes. Digamos que el MINI ya no es precisamente un inglés que votaría por el partido trabajador. Hoy frecuenta la corte y, no le digan a nadie, parece apoyar secretamente la zona del euro.

Esa nueva etapa de su vida llega con nuevos materiales en su interior. Todo se ve, se siente y es mejor que antes. La conexión con el mundo es aún mejor lograda, con música por internet a través de la conexión provista por nuestro teléfono celular. Si es un iPhone, mejor, ya que los accesorios están pensados para los productos de Apple.

Más, a veces es menos

Los asientos siguen algo angostos, pero menos que antes. La suspensión se mantiene rígida, pero menos que antes. La dirección aún es rápida y precisa pero, ya adivinaron, un poco menos que antes. Si el conductor tenía delante de sí un tacómetro, dejando el velocímetro en el gran círculo central, hoy cambiaron de posición. Si antes sólo cabían latas en los portavasos, ya no es así. Ahora para levantar o bajar los cristales hay que buscar el control en las puertas, no más en el tablero.

Con el mayor tamaño, el auto también mejora su calidad de marcha. No que vaya a complacer a los amantes de los viejos Cadillac, pero ya no manda al quiropráctico a cualquiera que lo maneje después de haber entrado en su cuarta década de vida.

Como siempre, hay un motor más orientado hacia la economía, que tendrá tres cilindros, 1.5 litros, turbo, con 136 caballos de fuerza. El Cooper S contará con un motor de cuatro cilindros, 2.0 litros y 192 HP. Las cajas son manual o automática, con seis velocidades en ambos casos. La automática tiene cambios secuenciales, con paletas en el volante en el MINI Cooper S.

En las angostas carreteras de Puerto Rico sentimos a ambas versiones agradables, cómodas, placenteras. Curiosamente el más deportivo S, que contaba con suspensión electrónicamente ajustable, se sentía más cómodo aún. Pero si por un lado Puerto Rico tiene cosas de Estados Unidos, como las leyes de tránsito estrictas lo suficiente para no permitirnos llevarlos al límite, por otro es América Latina y en las arterias imperfectas no pudimos notar uno de los principales problemas de los MINI anteriores: ruidos internos. Bien. Falta ver si en México, con más kilómetros en el odómetro, seguirá así.

Nos gustó el nuevo MINI. Y nos gustó mucho. Es algo más amplio, más cómodo, mejor terminado y más silencioso. El problema es que no sabemos si el hecho de que nos haya gustado es bueno. ¿Seguirá el MINI siendo el auto juvenil y juguetón de siempre? ¿Mantendrá ese manejo tipo Go-Kart? ¿Seguirá siendo atractivo a los jóvenes de edad y espíritu? ¿O se habrá transformado en un hatchback más, confortable, con grandes porta-vasos y velocímetro en el lugar de siempre? Probablemente el nuevo MINI ya no sea el eterno adolescente de los autos y justo por eso nos haya parecido tan atractivo. Bueno, tal vez ya no sea tan interesante a los imberbes, pero por fortuna —o simple análisis de mercado— la gran mayoría de los que tienen dinero para comprar uno son los que ya vivieron al menos 40 años. Seguramente para ellos, el MINI creció y maduró. ¡Gracias!

Sergio Oliveira / San Juan de Puerto Rico
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