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Maquillaje sano, belleza íntima
Antes de usar algún cosmético, hay que asegurarse de que esté en óptimas condiciones
El maquillaje es como el cepillo de dientes: no se presta ni se deja a la intemperie, es de uso personal y sumamente exclusivo, sentencia la maquillista profesional María Teresa del Toro, experta en cosmetología y profesora del Instituto Madeleine Meyer de Guadalajara.
El uso y manipulación de maquillaje debe cubrir requisitos de aseo, cuidado y prevención para reducir las posibilidades de pescar una infección por no renovar o limpiar a tiempo el producto que permanece en el rostro durante todo el día.
Existen productos que son básicos para las mujeres: un kit de sombras, rímel, rubores, labiales y correctores que permanecen en la cosmetiquera o en el tocador hasta que el envase queda vacío o un nuevo producto acapara la atención.
La maquillista profesional, María Teresa del Toro, señala que una revisión periódica de los productos –al menos cada tres meses– es básica para quienes recurren al maquillaje con frecuencia, ya sea de uso personal o profesional, pues de esta forma se puede detectar alguna alteración en el cosmético, y así evitar alergias por caducidad o mal estado higiénico.
Todo producto de belleza debe especificar ingredientes naturales, fórmulas químicas y tiempo de vida, esta última característica –por lo general– viene marcada en un círculo con un número y una “M” que determina el número de meses en que expira para su uso apropiado.
Caducidad y protección
El mundo de los cosméticos cambia cada temporada (seis meses), al igual que con la ropa y los accesorios, en primavera-verano los colores explotan en una gama radiante de tonos cálidos y cítricos, mientras que para el otoño-invierno las texturas y matices se rinden ante un mosaico verdoso, terracota, ahumado y frío.
Antes de adquirir el producto y dejarse llevar por el frenético gusto del color, textura, marca o apariencia del cosmético a comprar, es importante saber qué tipo de piel se tiene, la compatibilidad existente entre la fórmula química y el cuerpo, así como la temporada climática y actividades que se realizaran cuando el maquillaje esté impregnado en el cutis.
Por más prestigioso y costoso que sea el producto, no garantiza que el maquillaje sea adecuado para nuestra piel; siempre hay que leer los ingredientes contenidos en ese juego de sombras, labiales y polvos faciales.
Tampoco de trata de hacer una investigación obsesiva. María Cázares, ingeniero químico y profesora de Cosmetología Aplicada a la Estética Integral, detalla que “todos los cosméticos están debidamente probados con un examen de estabilidad para garantizar no sufran alteraciones con los cambios climáticos; sin embargo, cuando se expone el producto al medio ambiente, que ya se destapó y es nuevamente guardado y almacenado, está abierto a gérmenes”.
Beatriz Cisneros, maquillista –quien ha trabajado con personalidades como Filippa Giordano, Kelly Osbourne, Paris Hilton y Robbie Will,iams, entre otros–, advierte que los productos líquidos o en crema, caducan más rápido y son más sensibles a las alteraciones, como mal olor. Si éstos están hechos a base de gel, aceite o agua, hay que desecharlos en un año. En cambio, los polvos, como las sombras, rubores, polvos faciales y sueltos, pueden durar más de tres años.
Protección al cuadrado
Muy común –sobre todo en la adolescencia– es el pedir prestado el cosmético a la mamá o la amiga, lo que representa un riesgo en el contagio de patologías o reacciones alérgicas.
“En un microscopio podemos ver la cantidad de gérmenes y bacterias que tenemos en las pestañas, en labios y sus comisuras. Tenemos muchísimos organismos que se pueden transmitir. Hay gente que cuando compra maquillaje prueba los productos de muestra, pero hay que tener precauciones”.
Aunque no se preste el maquillaje, los riesgos de infección o alergia pueden ser causados por la misma persona a causa de que las herramientas de aplicación no estén limpias y nuevas. Por ejemplo, las esponjas o brochas arrastran y conservan la grasa, suciedad o contaminación propia, desatando acné, manchas, irritación o infecciones en la piel.
TOMA NOTA
A la segura
-Evita comprar productos de belleza en tianguis o lugares de dudosa procedencia, pues en ocasiones, el cosmético no es original, está caduco y/o no cuenta con los sellos de seguridad higiénica.
-Para que un producto de belleza se venda en México, éste debe ser aprobado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), dependencia nacional responsable de vigilar que cualquier cosmético en venta solvente los procesos y etiquetados de seguridad higiénica, que estén fabricados con ingredientes no dañinos y que cuenten con las especificaciones necesarias de uso, aplicación y fechas de caducidad.
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